xoves, 5 de agosto de 2010

Besos, muerte y humillación



NATALIA JUNQUERA - Valladolid
EL PAÍS - 23-07-2010

Un beso de guerra, es decir, apasionado, en medio de un montón de gente y de ruido, y sabiendo que quizá sea la última vez. Dos cadáveres, los primeros en Barcelona, tirados en una plaza desierta que unas horas antes estaba abarrotada de gente. Una hilera de hombres agachados sobre unos cubos en los que hacen sus necesidades, que el director del campo de concentración en el que está vende luego como abono a un granjero.

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