domingo, 26 de xuño de 2011

Usted puede ser tertuliano. España a través de su televisión


ROSARIO GARCÍA GÓMEZ 18/06/2011
Ensayo. Es el electrodoméstico más venerado y el más vilipendiado. Informa y entretiene; absorbe la atención de los españoles cuatro horas diarias y en el último medio siglo ha entrado a formar parte de la memoria colectiva. Es la televisión, esa "pista del circo global" en que se ha convertido el planeta, como la define el periodista Javier Valenzuela en Usted puede ser tertuliano, un libro ameno y documentado en el que muchos lectores-espectadores se verán reflejados. Personajes esperpénticos y situaciones histriónicas que han ido labrando la historia del medio son rescatados del olvido para hilvanarlos a los sucesos políticos más relevantes de las últimas tres décadas. Por las páginas del libro de Valenzuela desfilan, por ejemplo, Hervé Villechaize, aquel enano de extraordinario parecido con Felipe González, o el incomparable "yo he venido aquí a hablar de mi libro" de Francisco Umbral. También se ahonda en la cara más inteligente de la pantalla, que permite al espectador seguir de manera casi presencial sucesos como el escalofriante desplome de las Torres Gemelas o la cruenta guerra de Irak. Además, va entrelazando los fenómenos televisivos con los acontecimientos clave de la España democrática. Se detiene en el baño de Fraga en Palomares, relata el intento de golpe de Estado de 1981 ("un macro-reality con todos y cada uno de los elementos del género"), describe los cara a cara González-Aznar y Rajoy-Zapatero, o la fiesta colectiva alrededor de La Roja. Y enseña lo que se esconde detrás de la pantalla, la cara y la cruz de una industria donde lo que importa es el espectáculo. Para quienes aspiran a pasarse al otro lado de los focos (como tertulianos, la especie invasora dominante en el ecosistema audiovisual), Valenzuela ofrece, con sorna, un catálogo de normas elementales que concluyen en esta: ante las cámaras se vomita la bestialidad más grande que se le pasa a cualquiera por la mollera y se queda como un campeón.

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