D. CALDENTEY
08.01.2013 – 20minutos.es
El Régimen de China ha anunciado este lunes que podría
abandonar, antes de finales de año, su controvertida práctica de ‘campos de reeducación’. Este
sistema, desde su creación, en 1955, ha despertado permanentes críticas de las
organizaciones de Derechos Humanos a nivel internacional. Los ‘campos de
reeducación’ albergan a miles de disidentes del Partido Comunista. La medida
podría ser aprobada en marzo próximo.
¿En qué consiste el sistema?
El Partido Comunista chino define al ‘laogai’ (en mandarín) como un “sistema de reeducación” para disidentes del régimen. Establecido
en los primeros años del maoísmo, en realidad suele ser utilizado como
castigo contra detenidos sin juicio previo. Implica mano de obra penal,
o lo que en China se conoce como "reeducación mediante el trabajo".
Según José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad
CEU-San Pablo, ha tenido siempre como finalidad “apresar al disidente y
apartarlo de la sociedad por sus pensamientos o posturas políticas. Son centros
creados especialmente para marginar a disidentes”.
¿Cuántos centros hay en la actualidad?
En la actualidad están habilitados unos 350 centros de este tipo.
Desde su creación se estima que han pasado por sus instalaciones unas 50
millones de personas. Hoy albergan aproximadamente a 160.000 detenidos, según
cifras oficiales. Los arrestados han sido privados de la libertad, sin
juicio previo, durante más de medio siglo, bajo los cargos de disidentes,
peticionarios y “alborotadores". En opinión de Orella, "se
diferencian de los campos de concentración convencionales en sus métodos, pero
tienen similares objetivos: eliminar de la sociedad a los contrarios a
regímenes totalitarios".
¿Qué diferencias existen con el ‘laojiao’?
El sistema ‘laogai’ en China se distingue del ‘laojiao’ (que es la
detención administrativa de una persona que no se considera un delincuente,
pero ha cometido delitos menores). En el primer caso, las personas están
detenidas en instalaciones que pertenecen al sistema penitenciario
general chino. En el segundo, los arrestados permanecen alojados en centros
diferentes a los del sistema penitenciario. Ambos sistemas, sin embargo,
implican mano de obra penal.
¿En qué regiones abundan estos centros?
Durante la década del 60 las cárceles chinas fueron organizadas como auténticas
fábricas, donde los reclusos realizaban una gran diversidad de labores y
tareas estratégicas. Veinte años más tarde, miles de personas arrestadas por
razones políticas o religiosas fueron liberadas gracias a las reformas de Deng
Xiapoing. El Código de Procedimiento Penal, revisado en 1997, puso fin a la
política oficial de ‘laogai’, pero en varias cárceles de la República
Autónoma del Tíbet y de la provincia de Qinghai, principalmente,
miles de personas permanecen aún detenidas debido a esta práctica de trabajo
forzoso.
¿Este sistema sigue vigente en otros países?
Según José Luis Orella, los ‘campos de reeducación’ para
el trabajo implementados por el comunismo maoísta "fueron copiados y
trasladados al sudeste asiático". Por ejemplo, en Corea del Norte,
un satélite chino, funcionan y siguen abiertos. China está viviendo una
revolución cultural que implica una apertura económica y una transformación
hacia el mundo. "Antes había un mayor control de la población china, pero
ahora se está generando un cambio profundo en su condición de potencia
económica”, ha afirmado a 20 Minutos.
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