Un informe científico internacional demuestra que en el sistema educativo
de ambas naciones todo lo que aparece sobre el otro, "es poco y
negativo"
EFE JERUSALÉN 04/02/2013
Un informe
internacional de carácter científico presentado hoy en Jerusalén demuestra una
sistemática "negación del otro" en los libros de textos israelíes y
palestinos, aunque, curiosamente, minimiza el alcance de la
"deshumanización" y "demonización" que hacen del
"enemigo". "No hay cosas falsas en los libros de texto, todo es
verdadero, pero el 95 por ciento de lo que aparece sobre el otro, que es muy
poco, es negativo", afirmó el investigador estadounidense Bruce Wexler, de
la Universidad de Yale, al presentar los resultados de tres años de trabajo en
un proyecto que ha cruzado fronteras.
Financiada
por el Departamento de Estado de EEUU, la investigación ha levantado ampollas
en el Ministerio de Educación israelí por comparar los dos sistemas educativos.
Fuentes gubernamentales citadas por el diario Haaretz aseguraron que la
metodología empleada fue "tendenciosa". Por parte palestina,
curiosamente la más perjudicada por los resultados, el primer ministro Salam
Fayad felicitó, sin embargo, hoy a los autores y exhortó a Israel a que
"deje de denigrar el profesionalismo" del informe. "(El estudio)
confirma que los libros de texto palestinos no contienen ninguna expresión
evidente de incitación", indicó un comunicado de su oficina con el que la
Autoridad Nacional Palestina (ANP) rechaza la habitual acusación israelí de que
la educación palestina está impregnada de incitación contra Israel y el
judaísmo.
Las
conclusiones de los investigadores, procedentes de varios países y con
experiencia en varios conflictos, indican que, en contra de la creencia
generalizada, los casos de "deshumanización" del otro pueblo son
"excepcionales" tanto en los libros de textos israelíes como en los
palestinos. "El fenómeno más recurrente, y que es absolutamente normal en
sociedades en conflicto por todo el mundo, es que las partes no sólo se
disparan mutuamente, sino que luchan por construir una narrativa que ilumina,
justifica y explica todo el conflicto con el fin de movilizar a su propia
población", explicó Daniel Bar Tal, del Departamento de Desarrollo
Infantil y Educación en la Universidad de Tel Aviv.
Sami Adwán,
profesor de Ciencias de la Educación en la Universidad de Belén, agregó, por su
parte, que "no analizaron las intenciones, el efecto y el impacto que los
contenidos pueden llegar a tener, sino únicamente lo que aparece o deja de
aparecer". En ese sentido, una selección de 148 libros en la Autoridad
Nacional Palestina (ANP) y 492 en Israel, revelaron una adaptación sistemática
de los textos a las necesidades políticas e históricas de cada pueblo, la
"narrativa que quieren construir". Según los investigadores, ambos caen
en la negación del otro no por lo que publican sino por lo que omiten.
"Casi
no hay información del otro, de su historia o de su religión, el 96 por ciento
de los mapas palestinos omiten a Israel y el 87 por ciento de los israelíes
omiten a Palestina o a la ANP", observó Wexler, que inició la
investigación en 2009 a raíz de una invitación del Consejo de Instituciones
Religiosas en Tierra Santa. Entre las recomendaciones que los estudiosos
hicieron hoy está la de adaptar los libros a un "estado de conciencia por
la paz", y que el problema sea parte integral de cualquier proceso
negociador en el futuro. Los acuerdos de paz entre 1993 y 2000 establecían la
creación de comités conjuntos, con participación estadounidense, para abordar
el contenido de los libros de texto, pero ninguna de ellas llegó a reunirse,
advirtieron los tres investigadores.
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