Claudia Patricia Moreno - World Vision.05/02/2013 – eldiario.es
Hay realidades que una fotografía nunca podrán contar, en las que aquello
de “una imagen vale más de mil palabras” deja de ser cierto y se convierte en
un concepto obsoleto. Éste es el caso de la Ablación o Mutilación Genital
Femenina, una violación a los derechos de las más antiguas, menos perseguidas y
más invisibles del mundo, que cada año afecta a 3 millones de niñas.
En la fotografía podemos ver a Unice en una pose que puede parecer nostálgica
y triste. Parece una joven más de su edad, algo recatada. Pero lo que está
imagen no cuenta son los 30 kilómetros que esta joven caminó a sus 14 años
huyendo de dos tradiciones que mutilan los derechos más básicos de las niñas de
Kenia: el matrimonio forzado a edades tempranas y la mutilación genital que
suele preceder dicha unión. La instantánea tampoco narra la valentía de esta
joven que decidió enfrentarse a su padre argumentando que su deseo era
continuar con sus estudios.
La mujer que aparece en la siguiente imagen es Fatiah, una madre que aún
recuerda el dolor que soportó, siendo apenas una pequeña niña, cuando le
practicaron la mutilación genital. De la foto no se deduce el coraje que
demostró esta madre al decidir enfrentarse a una tradición milenaria en su
comunidad, dar un paso en frente y defender su decisión de no mutilar a su
hija.
Lo que estas dos fotografías tampoco cuentan es que la
mutilación genital femenina, en los más de 28 países en los que se practica,
provoca problemas de salud, como dolores abdominales o problemas durante el
parto, que la mayoría no relacionan con la extirpación de parte de sus
genitales externos. Ni que hay una serie de prejuicios muy arraigados que
mantienen viva esta tradición según los cuales una mujer que no hay pasado por
la ablación no podrá dar a luz, será infiel o es indigna de casarse, por listar
algunos ejemplos, ya que estas ideas erróneas varían según el país y la etnia.
Asimismo, no es fácil mostrar en imágenes que con
información y educación es posible llevar a cabo proyectos especiales de
prevención de la ablación como los que desde World Vision realizamos en
Kenia y gracias a los cuales más de 600 familias han optado por no
practicar la mutilación genital. Gracias a estos proyectos Unice y Fatiah han
encontrado apoyo a sus decisiones. Unice es ahora una de las estudiantes de una
escuela refugio en Marigat, Kenia, que acoge a jóvenes que, como ella, huyen de
los matrimonios forzados y de la ablación. Fatiah recibió apoyo del personal
del proyecto de la ablación para que su hija no fuera mutilada.
Con motivo del 6 de febrero, Día Mundial de la Tolerancia
Cero a la Ablación, hemos puesto en marcha la iniciativa STOP ABLACION con el objetivo de informar
sobre este tema y sumar apoyos a los proyectos de prevención de la ablación que
se llevan a cabo en países africanos.
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