El periodista y escritor Sylvain Estibal debuta en la dirección de
largometrajes con 'Un cerdo en Gaza', una historia sobre el conflicto
israelí-palestino construida desde la comedia y que se estrena este viernes
BEGOÑA PIÑA Madrid 07/11/2013 publico.es
"Cuando
conoces la vida diaria, íntima, del otro es más difícil odiarle", asegura
Sylvain Estibal, un escritor y fotógrafo de prensa que en 2004 viajó a Hebrón
(Cisjordania) enviado por la agencia France Presse. Allí prestó un par de
cámaras a una familia palestina y a otra israelí, separadas por la valla, y les
pidió que fotografiaran su día a día. "Descubrieron que sus vidas eran
parecidas y creo que eso cambió algo sobre la percepción de su enemigo".
Otra convicción como aquella, la de que "cuando te ríes con tu enemigo, ya
no es nunca más tu enemigo" le ha llevado a rodar su primera película, Un
cerdo en Gaza, donde retrata el conflicto israelí-palestino desde la
comedia.
Protagonizada
por Sasson Gabay, una estrella del cine de Israel, la película cuenta la
historia de Jafaar, un pescador palestino en Gaza, que un día encuentra en sus
redes un cerdo. Animal impuro para musulmanes y para judíos, el primer impulso
de este hombre es el de librarse de él. Sin embargo, su lamentable situación
económica cambiaría si consiguiera venderlo. Ahí comienza la verdadera
aventura.
Usted es
de familia judía, pero no es religioso, ¿por qué ha hecho una película sobre el
conflicto?
El conflicto
israelí-palestino ha desbordado Oriente Medio y ahora todos estamos vinculados
de una manera o de otra. Esta película es un grito de rabia cómico, porque hay
mucha rabia detrás de una situación que parece eterna y todos debemos ser
capaces de decir algo ante eso.
¿Y la
comedia?
La comedia,
el humor, es una buena manera de dar un mensaje. Quería hacer algo que pudiera
ser aceptado por los dos lados. La película no es ni pro Palestina ni pro
Israel. Solo quiero contar las cosas que veo, aunque, para ser sincero, también
quiero provocar un poco y eso lo hago desde el humor. Cuando te ríes con tu
enemigo ya no es nunca más tu enemigo. Mucha gente de la zona de conflicto nos
ha dicho que por fin alguien ha visto en ellos algo gracioso.
Supongo
que ha hecho esta película porque usted cree posible una solución en la zona,
¿es así?
Sí. La
película al final es una visión de esperanza de dos pueblos heridos, con su
pasado, su historia, luchando... y yo creo que eso se puede superar y que
juntos pueden construir algo bonito. La solución no es que unos se vayan de esa
tierra, sino que vuelvan a intentarlo juntos. Yo soy optimista.
¿Han
visto Un cerdo en Gaza allí?
No ha habido
una proyección oficial, pero sí la ha visto muchísima gente por Internet. Personas
de los dos lados han visto lo positivo de la película y es así porque habla de
ellos desde el humor.
¿En
Francia, donde hay un fuerte movimiento sionista, cómo ha sido la reacción ante
la película?
Muy buena.
Se ha abierto un debate interesante gracias a la asociación Francia-Palestina y
en la embajada de Israel la película se ha proyectado en algunas de sus
fiestas. Yo sé que la película no va a cambiar la situación, pero creo que es
muy importante abrir ventanas y el cine puede ayudar mucho a eso. Ofrecer una
visión distinta es fundamental. Desde la comedia se puede hacer una denuncia,
por ejemplo, en la película se muestran situaciones reales, como la de soldados
que viven en el techo de tu casa y entran para ir al baño, que parecen
completamente absurdas cuando las ves con humor.
¿No ha
habido ninguna crítica negativa?
Algunos
europeos dicen que es una visión muy tonta de algo que es muy duro, pero son
los que no conocen nada del tema. En Colombia, donde la gente conoce muy bien
la guerra y la violencia, ha tenido mucho éxito la película, porque la gente lo
siente de otra manera. Muchos europeos piensan que se debe hablar de este
asunto con seriedad, con gravedad, pero el ser humano tiene siempre ganas de
reír, incluso en Gaza. Hay algo muy absurdo en Europa, en estar tan negativos.
No nos sirve para nada eso. Europa es algo increíble, tenemos una libertad que
muchos otros quisieran tener, tenemos paz... y no le damos el valor suficiente.
Es verdad que ahora en Europa vivimos un momento difícil, pero no hay que
añadir más depresión.
¿Se puso
algún límite al hacer Un cerdo en Gaza para no molestar a nadie, ni
musulmanes ni judíos?
No
hubo autocensura, dije todo lo que quería decir, aunque sí puse especial
cuidado en que no hubiera provocaciones religiosas. De otro modo, tal vez la
gente no hubiera podido entenderlo. Las religiones no están para que se aplique
todas las palabras de los textos sagrados al pie de la letra, deberían estar
para ayudar al ser humano y en este caso deberían ayudar a que ambos pueblos
vivieran juntos.
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