sábado, 10 de outubro de 2009

Un premio marcado por los desatinos


Personajes tan polémicos como Kissinger fueron premiados por su supuesto pacifismo

TRINIDAD DEIROS - Público - 10/10/2009

Barack Obama es el cuarto presidente de Estados Unidos el tercero en ejercicio galardonado con un premio que, en sus estatutos, establece que se otorgará "al individuo o grupo que más haya trabajado por la fraternidad de las naciones, por la abolición de los ejércitos o por la promoción de congresos de paz".

Si bien estos conceptos han experimentado cambios notables desde principios del siglo XX, cuando fueron premiados dos de los predecesores de Obama el tercero fue el ex presidente Jimmy Carter en 2002, el perfil de ninguno de estos dos hombres se ajustaba al de un filántropo.

El primero fue Theodore Roosevelt, galardonado en su segundo mandato, en 1906, por su mediación entre Rusia y Japón. A Roosevelt se le considera uno de los padres del imperialismo norteamericano y, siendo secretario adjunto de Estado de la Armada, no dudó en acusar sin pruebas a España de la voladura del acorazado Maine, casus belli de la Guerra de Cuba de 1898.

Thomas Woodrow Wilson, vigésimo octavo presidente norteamericano, fue el elegido para el premio cuando ya llevaba seis años en el cargo, en 1919, como reconocimiento a su impulso a la Sociedad de Naciones y "por la promoción de la paz tras la I Guerra Mundial". El Comité de los Nobel no tuvo entonces en cuenta su política intervencionista en Latinoamérica, ni sus órdenes para invadir México (1914), Haití (1915) y República Dominicana (1916), dirigidas a derrocar a sus respectivos gobiernos y sustituirlos con ejecutivos afines.

Los Nobel de la Paz empezaron en 1901 con una elección que hacía honor a sus principios: la de Henry Dunant, el suizo que sentó las bases del Derecho Humanitario Internacional y fundó la Cruz Roja. Desde este primer premio, los aciertos se han codeado con enormes desatinos.

Extraños pacifistas

Henry Kissinger, el político estadounidense que instigó el golpe de Estado de Pinochet en Chile y cientos de miles de asesinatos en Vietnam y Camboya: premiado en 1973; Anwar el Sadat, presidente egipcio, conocido por organizar accidentes aéreos para acabar con sus rivales: honrado en 1979, ex aequo con el sionista Menajem Begin; Shimon Peres, el actual presidente de Israel, premiado en 1994 junto con Yassir Arafat un "pacifista" que vistió toda su vida de uniforme e Isaac Rabin.

Los loables principios del Nobel no impidieron a Peres ordenar en 1996 la operación Uvas de la Ira contra Líbano, en la que murieron muchos civiles. Sobre la conciencia de Peres pesan por ejemplo las 118 personas muchas de ellas niños masacradas en un complejo de la ONU atacado por aviones israelíes en Qana.

El Comité de los Nobel ha premiado a presuntos delincuentes Garzón intentó procesar por crímenes contra la humanidad a Kissinger en 2001, pero también a personajes que construyeron su reputación sobre un fraude biográfico. Ese parece ser el caso de la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, distinguida en 1992, que narró una historia de atroz represión contra su familia que después resultó ser en gran parte falsa, como reveló en 1999 el antropólogo David Stoll.

La controversia ha rodeado a estos premios muchos años. También el absurdo. No hay más que recordar que Hitler y Stalin fueron propuestos para este galardón.

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