![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitqFCp0ufXa0NxdIgxeonxBP1HIgj2QdjAB6U5Yjv1bLy021-VDtNFiZ4FTkFLM-3rz6b67Vbn7crcOd1DTVTlgdPAzy8QFq6rcx6JHq7BuGG1SxYHoW0b3tkxR5DDUu_cFgtS8YFnQUg/s400/7521172.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpnvjXGOnxJCS2yUGQmSW-mPGKoyr6xLWRX6yFvb7EaspCg4G4RafBUPjV23SpKApUlvbpEqrWW0b641LC34ORhx5rS4nnB7k5IIibmM0VqZyfiLfTJhTEt-coBliqjDl52xZnq293B6E/s400/Imagen_tomada_abril_1945_Rumania.jpg)
IGNACIO VIDAL-FOLCH
Sobre la vida y la muerte en los campos de esclavos durante el régimen soviético es ya considerable el número de testimonios de los supervivientes y de los trabajos de los investigadores en los archivos abiertos tras la caída del bloque soviético. El secretismo absoluto sobre lo que allí sucedía, preocupación constante del régimen, y el régimen mismo, son ilusiones del pasado. Ahora, gracias a los libros de Anne Applebaum -Gulag-, de Gustaw Herling -Un mundo aparte-, de Margarete Buber-Neumann -Prisionera de Stalin y Hitler: un mundo en la oscuridad-, que vienen a agregarse a los vía crucis clásicos de Varlam Shalámov -Relatos de Kolymá- y Solzhenitsin -Archipiélago Gulag-, además de la memoria carcelaria del polaco Alexander Wat -Mi siglo-, por citar algunos de los que se vienen editando en España en los últimos años, se conocen las macrocifras, las grandes magnitudes de la catástrofe, y también se conoce una miríada de detalles, infernales detallitos.
Ningún comentario:
Publicar un comentario