La capital
alemana inaugura la primera exposición monográfica sobre el dictador y su
sociedad desde 1945
AGENCIAS
Berlín 14/10/2010
Cruces gamadas, puños de
hierro, cachiporras y botas militares y bustos de Adolf Hitler. Algunas de
estos enseres componen una nueva exhibición que se inaugura este viernes en el
Museo de Historia Alemana de Berlín que lleva por nombre "Hitler y los
Alemanes. Comunidad y Crímenes" centrada en la figura del dictador alemán.
La muestra estará abierta hasta el 6 de febrero.
No sólo se trata de la primera
muestra monográfica que se dedica a Hitler en Alemania desde que terminó la
II Guerra Mundial en 1945 sino que refleja los condiciones que le llevaron al
poder en la Alemania de los años 30 y la permisividad de la sociedad teutona
ante las atrocidades que cometió el régimen nazi dentro y fuera de su
territorio.
La muestra, que incluye
desde uniformes de la SS y la Gestapo hasta un mueble de la oficina de Hitler,
refleja cómo todos los niveles de la sociedad alemana -los medios, la
industria, la Iglesia, las escuelas- contribuyeron a crear el culto al dictador
en la década de 1930 y lo sostuvieron durante la Segunda Guerra Mundial.
La sociedad que encumbró a
Hitler
Uno de los comisarios de
la exhibición advierte: "No queremos centrarnos en Hitler como personaje".
"Queremos ver el ascenso del régimen, cómo operó en el poder y cómo cayó,
y el potencial tremendamente destructivo que desató el
nacionalsocialismo", agregó.
La muestra se organizó en
un moderno anexo detrás del museo en Unter den Linden, el boulevard en el que
Hitler mandó a talar los tilos que le dieron su nombre. No hay publicidad sobre
la exhibición ni en los medios ni a las afueras del edificio, en cumplimiento
de la ley alemana que prohíbe mostrar símbolos nazis.
Pero dentro de la misma los
visitantes se sumergirán en un mundo de propaganda, desde paquetes de
cigarrillos con la esvástica hasta una carretilla para vender el diario del
partido, "Voelkischer Beobachter". Además de documentar la
construcción del Estado nazi, con su industria, autopistas y festivales, la
exhibición también refleja el creciente odio racial y la discriminación, que
tuvo su expresión más radical y deplorable en el holocausto judío.
Como muestra de la teoría
de la superioridad aria, un póster muestra a un niño con discapacidad
mental al lado de un musculoso atleta rubio, que advierte sobre los peligros
demográficos "si los retardados tienen cuatro hijos y los normales sólo
dos".
También
aparecen las estrellas amarillas que debían usar los judíos como
brazalete y los uniformes rayados de los campos de concentración que vistieron
algunos de los 6 millones de judíos asesinados en el Holocausto junto a otras
víctimas del nazismo.
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