Albert Solé
presenta en la Seminci 'Al final de la escapada', un documental sobre la muerte
digna de un revolucionario
SARA BRITO
Valladolid 25/10/2010
Es hora de desenterrar a
los muertos. Y de ajustar cuentas con los vivos. De hablar de la vida y la
muerte de cara. Eso hace en Al final de la escapada Albert Solé,
realizador ganador de un premio Goya por su documental, Bucarest, la memoria
perdida, e hijo del político catalán Jordi Solé Tura. "Esta es una
película sobre la muerte digna de un hombre digno", afirma el
director, poco después de haber presentado su filme en la Seminci.
Miguel Núñez es ese hombre
digno. Nacido en 1920 en Lavapiés, fue militante comunista y comisario político
durante la Guerra Civil. En el franquismo fue repetidamente encarcelado. Se
convirtió en uno de los héroes de la lucha antifranquista por su resistencia
ante las torturas. Más tarde sería diputado por el PCE en el Congreso, y justo
cuando tenía ante sí "una prometedora carrera de burócrata de primera
línea", como dijo Vázquez Montalbán, se marchó a Latinoamérica para
emprender otras luchas por los derechos civiles. En Nicaragua y Bolivia llevó a
cabo actividades de cooperación junto a Evo Morales o Ernesto Cardenal.
La actitud revolucionaria
también marcó su muerte. Cuando las fuerzas le empezaron a fallar, Núñez se
trasladó a Barcelona. Sabía que en Madrid, tras el caso Leganés, en el
que la derecha de Esperanza Aguirre demonizó la práctica de los cuidados
paliativos en el Hospital Severo Ochoa, no podría asumir su "derecho a
apearse de la vida", como dejó dicho en el documental.
Albert Solé, que conocía a
Núñez por la amistad que le unía con su padre, decidió grabar esa última lucha.
Al final de la escapada es, a la vez, un tributo a una generación de
luchadores "que hemos escondido bajo la alfombra", y un alegato por
la muerte digna. "Mi intención es abrir ese debate. Llamar al pan, pan y
al vino, vino. Es una actitud progresista. Por eso enseño la muerte de Miguel
en la película. Vamos a dejarnos de metáforas: Miguel se muere y así se
muere un librepensador", afirma.
Pasar página
Por el filme, salpicado
del humor socarrón de Miguel y las viñetas de un cómic sobre su vida que saldrá
próximamente, pasan Marcos Ana, Agustín Ibarrola, el comunista catalán Sebastià
Piera, Evo Morales y Pasqual Maragall, que intercambia chascarrillos con Núñez
unos días antes de su muerte por sedación. "Como decía Vázquez Montalbán:
cada generación tiene su musculatura. Y la nuestra tiene mucho que aprender de
la de Miguel y la mirada clara que tiene sobre la muerte", apunta.
Cuando
se cumplen diez años de la primera fosa común abierta, Solé se pregunta cuándo
vamos a rendir tributo a toda esa gente. "¿Vamos a esperar a que se mueran
todos y entonces erigir estatuas y museos?". Como dice Marcos Ana en el
documental: "Pasar página sí, pero después de haberla leído".
Miguel Núñez cerró el libro después de haberlo hecho.
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