La colección 'Photobolsillo' edita un libro con las imágenes de este
pionero del fotoperiodismo del siglo XX
MOKHTAR ATITAR - Madrid - 24/01/2011
Fortino Samano, antes de ser fusilado, 1917 |
El imaginario de la Revolución Mexicana se alimenta en muchas ocasiones
de las fotografías tomadas por Agustín Víctor Casasola (1875-1938) . La colección
Photobolsillo, con la financiación de la Agencia Española de Cooperación
y Desarrollo, ha editado un libro que reúne imágenes de este pionero del
reporterismo gráfico.
La idea de crear una agencia de fotografía para nutrir a las principales
publicaciones mexicanas, que demandan a principios del siglo pasado material
fotográfico y que no cuentan ni con el personal ni con la infraestructura
necesaria, parte de Agustín Víctor Casasola. Iniciado en el mundo editorial
como tipógrafo, aunque pronto daría el salto al reporterismo escrito y tomaría
la cámara nada más despuntar el siglo XX, para "ilustrar sus artículos
periodísticos", según sus propias palabras.
Es el movimiento social liderado por Zapata el que dio alas a Casasola.
En 1912, cuando la demanda de material sobre la Revolución por parte de periódicos
y publicaciones es insaciable, Agustín Victor Casasola abre, junto a su primo
Gonzalo Herrerías, la Agencia Mexicana de Información Fotográfica, con un lema:
"Tengo o hago la fotografía que usted necesite". La agencia funcionará
como una suerte de cooperativa de fotógrafos, décadas antes del nacimiento de
la agencia Magnum y modelo asociativo. La guerra civil mexicana aúpa a
Casasola, considerado hoy como uno de los padres del fotoperiodismo en México.
Esas fotografía constituyen "la idea visual de la primera revolución
social", señala en la introducción de este libro el investigador Daniel
Escorza Rodriguez, experto en la obra del fotógrafo.
Además de dirigir la agencia, el propio Agustín Víctor tomaría fotos de
la mayoría de esos acontecimientos convulsos, con una imagen icónica para los
mexicanos: el cadáver de Emiliano Zapata, exhibido en Cuautla, el 10 de abril
de 1919. A esa tapa también pertenece la fotografía de Fortino Sámano antes de
ser fusilado. "Esta foto captura a un hombre en paz consigo mismo y con
sus ideas", describía en 2001 el fotógrafo Sebastián Salgado en un artículo
publicado en The New York
Times , y dónde elegía esta imagen como una de sus cinco imágenes
fundamentales. "No es una composición complicada. Pero el fotógrafo en una
fracción de segundo, fue capaz de mostrar el lado heroico del comportamiento
humano".
Agustín Victor Casasola tuvo también una vocación de coleccionista y
preservador de fotografías. Gracias a esta labor, se pudo salvar el archivo
fotográfico del diario El Imparcial, y de otros tantos fotógrafos, como Gerónimo
Hernández o el estadounidense Jimmy Hare, y poder crear así el propio Archivo
Casasola.
La labor fotográfica de la agencia Casasola no se limitó a la guerra.
También documentó la vida cotidiana de México, desde sucesos, redadas
policiales, la vida social de la burguesía, uno de los primeros vuelos sobre México
o la vida de los obreros en las fábricas. La muerte Agustín Víctor Casasola en
1938 no terminó con el archivo. Fueron sus hijos los que continuaron haciendo
acopio de fotografías. En 1976, ante la imposibilidad de preservar con garantías
el ingente fondo, los herederos donaron el archivo al estado mexicano, siendo
una de las claves para la creación de la Fototeca Nacional Mexicana .
'Casasola', editado por La Fábrica, dentro
de la colección Photobolsillo, con un
precio de 12,50 euros.
Ningún comentario:
Publicar un comentario