martes, 16 de marzo de 2010

¿Cuánto vale una isla griega?



ÁLVARO DE CÓZAR - Madrid
EL PAÍS - Internacional - 13-03-2010

A los griegos no les ha hecho mucha gracia la idea propuesta por dos parlamentarios alemanes para salir de la crisis. Los señores diputados Josef Schlarmann y Frank Schäffler, de la coalición de centro-derecha de Angela Merkel, sugirieron al diario sensacionalista Bild que, en lugar de recibir ayuda financiera de los alemanes, los griegos podrían vender algunas de las casi 6.000 islas deshabitadas que poseen. "¡Vendan sus islas, griegos quebrados! Y la Acrópolis también", tituló el diario Bild. "No, no creo que sea gracioso y tampoco que fuese una broma. Es absurdo", contestó ayer el ministro de Turismo griego, Pavlos Geroulanos.

Tampoco obtuvieron muchos beneficios los franceses cuando en 1803 vendieron a Estados Unidos el territorio de Luisiana. El precio de la venta fue de 11,2 millones de dólares de la época, más del doble de lo que recibió España por la venta de Florida. Sí resultó rentable para los rusos la venta de Alaska en 1867, no porque se llenaran excesivamente los bolsillos con los 7,2 millones de dólares que les costó a los estadounidenses, sino porque entonces era un terreno improductivo y difícil de defender. En aquel momento, nadie entendió bien la operación. La prensa estadounidense ironizó llamando al territorio Icebergia, "la nevera nacional" o simplemente "la estupidez de Seward", nombre del secretario de Estado y quien más insistió en la compra. El acuerdo no fue ninguna tontería: los nuevos propietarios encontraron primero oro y petróleo cien años más tarde.

Ante tal imposibilidad, y descartada la opción poco estética de la invasión militar, algunos países se han inclinado por el llamado land grabbing (apropiación de tierras en inglés), una modalidad criticada por su carácter neocolonialista. China, India y Corea del sur llevan acaparando terrenos en África desde hace 10 años. Tanto en esos casos como en la venta de islas habitadas, nadie suele preguntar a la población si está de acuerdo. En 1899, perdidas ya las islas Filipinas, España vendió las islas Carolinas y las Marianas a Alemania por 25 millones de pesetas. La única voz que se levantó contra la venta fue la del ex presidente Pi y Margall: "Debo rechazar toda cesión de territorios que se haga sin el consentimiento explícito de sus habitantes porque es una cosa contraria a la dignidad y personalidad de los pueblos". Su opinión no suena hoy tan antigua.

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