El país está
dominado desde 1971 por la dinastía Asad, de confesión alauita, minoritaria en
el país.
La primavera
árabe estalló contra Bachar Al-Asad en marzo de 2011.
El detonante
de la intervención será el uso de armas químicas por el régimen.
A favor: EE
UU, Reino Unido, Francia, Turquía y Arabia Saudí.
En contra:
Rusia, China e Irán.
Hasta ahora
han muerto más de 200.000 personas y se han convertido en refugiados más de
3.000.000. En total, seis millones de desplazados.
20MINUTOS.ES.
29.08.2013 - 12:16h
Una pieza
geoestratégica en el puzzle de Oriente Medio
Con 22
millones de personas, Siria tiene una importancia geoestratégica vital en el
siempre tenso Oriente Medio. Dispone de salida al mar Mediterráneo, es un
enclave esencial como paso de gaseoductos y oleoductos, mantiene buenas
relaciones con Irán y hace frontera con Turquía por el norte, Irak por el este,
Israel y Jordania al sur, y Líbano por el oeste.
Composición
étnica y minorías hinchadas
El 87% de la
población siria es musulmana. De ellos, el 74% son suníes y el 13%, de las
ramas chií, alauí e ismailí. Los cristianos son el 10% y los drusos (una secta
de origen islámico), un 3%. Existen también minorías turcas, armenias y kurdas.
Como herencia de la época colonialista francesa, las minorías disfrutan de una
gran relevancia en el país y la dinastía Asad es de una de ellas, la alauita.
Gran parte de los rebeldes son de la rama suní, por lo que cuentan con el apoyo
de Al Qaeda.
Los Asad,
una dinastía casi eterna en el poder
Siria está
controlada por el partido Baas (socialismo panarabista) desde el golpe de
Estado de 1963. Siete años después -y mediante otro golpe- todo el poder pasó a
una familia, los Asad (león, en árabe), y su círculo íntimo. Hafez Al-Asad,
padre del actual presidente, diseñó y dirigió durante tres décadas un régimen
monolítico y policial, basado en dos pilares: el partido y los órganos de
seguridad del Estado. La muerte de Hafez ascendió al poder a su hijo Bachar,
quien ha mantenido el régimen dictatorial, en tela de juicio desde el inicio de
la primavera árabe.
El origen de
la revolución
Hasta marzo
de 2011, la primavera árabe, que se había extendido por Egipto, Túnez y
Libia, no había alcanzado Siria. Ese mes, las protestas se multiplicaron por el
país desde la ciudad de Deraa, origen de la revolución. En esa provincia, unos
jóvenes fueron detenidos y torturados por pintar unos grafitis contra Asad. Las
manifestaciones para su liberación acabaron con varias personas muertas. Desde
ese momento, el levantamiento se extendió por todo el país y la violenta represión
del Gobierno aumentó.
¿Quién apoya
una interevención militar?
Siria ha
esquivado la intervención militar internacional desde hace dos años, pero el
supuesto uso de armas químicas por parte del régimen, del que la administración
estadounidense afirma que tiene "pruebas innegables", puede ser el
detonante para la misma. Así lo ha dicho Barack Obama, presidente de EE UU,
aunque le está costado tomar la decisión, sobre todo, porque tiene muy en
cuenta las posibles bajas en sus tropas.
Reino Unido
es el país que más decidido se ha mostrado a intervernir y ha sido el país que
ha pedido una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de
Naciones Unidas (ONU) que la apoye. Francia se ha unido a la petición, pero
ninguno de los tres quiere esperar a dicha resolución.
Israel. El
ejército de la estrella de David puede aprovechar el río revuelto para reforzar
sus posiciones en Oriente Medio ante los países árabes. Siempre contará con el
apoyo de EE UU. Irán ya ha amenazado con que "si hay ataque, la llama de
la indignación apuntará a Israel".
Turquía y
Arabia Saudí son los principales países árabes defensores de una intervención
en Siria. Los otomanos porque quieren controlar a los kurdos que están en el
norte de Siria y atacan en territorio turco. Además, ansían incrementar su
influencia sobre el paso de oleductos y gaseoductos por la zona.
Los saudíes
encabezan el grupo de naciones petroleras del Golfo Pérsico, en el que también
están Kuwait, Qatar, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos. Les interesa ganar
más peso en la región y, si en Siria cae el alauita Asad, saldría fortalecida
su facción, la de los suníes. Estos países han sido fundamentales en el
suministro de armas a la oposición rebelde siria, en especial, Arabia Saudí. La
OTAN se ha sumado a este grupo: "El uso de armas químicas no puede quedar
sin respuesta".
¿Quién está
en contra de la intervención?
Rusia y
China son los principales defensores del régimen de Asad. Sobre todo, los
rusos, quienes anunciaron "consecuencias catastróficas" en el caso de
que Siria fuera atacada. China está situada en segundo plano, pero insiste en
que se deje trabajar a los inspectores de la ONU para tomar una decisión.
Entre los
países árabes, Irán es el mayor valedor del régimen sirio. De hecho, ambos
países, de gobiernos chiítas, al igual que Irak, fueron incluidos en el Eje del
Mal del presidente estadounidense George W. Bush. Rusia opina que el
derrocamiento de Asad sería el primer paso para llegar a Irán.
El papel de
la ONU
La ONU, por
su parte, ha afirmado que "cualquier acción debe contar con el aval del
Consejo de Seguridad". Entre tanto, un grupo de sus inspectores se
encuentra en Siria desde el pasado lunes 26 de agosto investigando el supuesto
uso de armas químicas e intentando recabar pruebas. El trabajo no les está
resultando fácil, ya que solo pueden llegar dónde les dejan y cuándo les dejan.
De hecho, fueron tiroteados por francotiradores el primer día. Han pedido 4
días más para que les de tiempo a concluir sus investigaciones.
En el pasado
la falta de aval de la ONU no ha impedido que en el pasado se atacaran otros
países sin mandato deNaciones Unidas: Kosovo en 1999 e Irak en 2003. Y parece
que EE UU, Gran Bretaña y Francia no quieren esperar más.
El detonante
químico
Obama dijo
en 2011 que "la línea roja" que no se podía traspasar en Siria sería
el uso de armas químicas contra la población. Presuntamente, el régimen de
Asad, que posee reservas de gas sarín y gas mostaza, las ha utilizado en
suburbios de Damasco, con el resultado de 1.300 muertos.
En cambio,
Rusia no ha descartado la posibilidad de que los rebeldes también las hayan
usado, aunque los expertos militares aseguran que es complicado que cuenten con
un armamento pesado de tal calibre.
El Reino
Unido también ha esgrimido otro argumento a última hora: "Proteger a los
civiles". Este es el que ha esgrimido ante la ONU para solicitar la
intervención, tal y como ocurrió en Libia en 2011 y que acabó con la caída de
Muamar el Gadafi. Rusia afirma que el proyecto de resolución solo es una
maniobra táctica para justificar un ataque unilateral.
Una ofensiva
a distancia
El ataque,
de producirse, será desde el aire y desde el mar, evitando en todo momento el
despliegue de tropas terrestres, como ha dejado claro Obama en varias
ocasiones. No desea que la guerra se convierta en un "nuevo Vietnam",
como le amenazó Asad. El presidente estadounidense desea evitar la muerte de
soldados estadounidenses, hecho que minaría su imagen pública y, sobre todo,
algo que tienen más en cuenta los políticos de su país: se desplomaría en las
encuestas.
El ataque
por mar lo realizarán cuatro destructores que el ejército estadounidense ya
tiene desplegados en el Mediterráneo. Lanzarán sobre territorio sirio misiles
Tomahawk.
El apoyo
aéreo consistirá en bombardear y destruir instalaciones militares y de
comunicación enemigas y almacenes de armas químicas.
Para
defenderse, Siria cuenta con material bélico ruso y, supuestamente, con los
modernos misiles antiaéreos S-300, también rusos. El Kremlin ha negado que se
los haya enviado aún, ya que la entrega está prevista para 2014. Además, se
supone que tiene el cuarto arsenal químico del mundo. Es uno de los cinco
países que no firmaron la Convención Internacional contra su uso en 1993
(Angola, Corea del Norte, Egipto , Sudán del Sur y Siria).
Seis
millones de desplazados
Desde que
comenzó el conflicto, 6 millones de personas se han visto desplazadas de sus
hogares y 3 millones han tenido que escapar de Siria, convirtiéndose en
refugiados. De esta última cifra, más de un 1 millón son niños. Los países
receptores de este éxodo son Turquía, Irak, Jordania y Líbano. La guerra civil
en Siria ha dejado, hasta el momento, más de 200.000 muertos, de los cuales
40.000 son víctimas civiles. Se calcula que más de 5.000 son niños.
¿Y después,
qué?
Las
reticencias al ataque aumentan entre la coalición internacional al pensar en el
futuro sin Asad. El lado rebelde no está estructurado políticamente y se le
acusa de estar formado en gran parte por células de Al Qaeda. Los grandes
temores son que el país caiga en manos de los islamistas o que se enquiste como
en Libia. De hecho, EE UU ha comentado que no busca derrocar a Asad, sino que
los países de la región entiendan que hay consecuencias si usan armas químicas.
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