venres, 30 de abril de 2010

El buen hombre del Reich

Franz Ziereis era el comandante del campo de Mauthausen, a donde fueron deportados más de 7.000 españoles republicanos de la Resistencia


El líder nazi posa en el interior del campo de Mauthausen, donde murieron al menos 130.000 personas.
GUILLAUME FOURMONT - Madrid - 25/04/2010 19:07

En las afueras de un campo de exterminio, Faust Dietrich Zur Linde deja un arma a su hijo para que mate "a ese perro", un preso condenado a servir a sus verdugos nazis. El niño duda, el padre dispara. Faust era para sus superiores "un buen alemán"; Faust es un personaje inventado por Javier Cosnava en el cómic Un buen hombre (Glénat), que retrata la cotidianeidad de los altos cargos que ejecutaron la Solución Final. Porque Faust existió de verdad; era Franz Ziereis, comandante del campo de Mauthausen, donde murieron 130.000 -algunas fuentes hablan de 320.000- "enemigos del Tercer Reich".

Cuando llegó a Mauthausen, en la actual Austria, el 9 de febrero de 1939, Ziereis era el perfecto soldado que nunca había puesto en tela de juicio la ideología del nacionalsocialismo. Franz nació en Múnich el 13 de mayo de 1905 en el seno de una familia humilde. La muerte de su padre en las trincheras de la Primera Guerra Mundial marcó su vida para siempre, pues a los 8 años dejó la escuela y tuvo que buscarse la vida: trabajó en varios almacenes y fue carpintero, entre otros oficios, antes de terminar en las colas del paro.

Ziereis era un nazi modélico conocido por su brutalidad con los presos

La Alemania vencida de los años veinte era un país arruinado, destruido, y en algunos sectores -como el ejército y el naciente partido nazi- surgió un sentimiento revanchista. Ziereis se alistó en 1924, salió del ejército 12 años más tarde con el grado de sargento. Adolf Hitler llevaba dos años en el poder y el Partido Nacionalsocialista buscaba a los mejores portavoces del Tercer Reich; Ziereis acabó convirtiéndose en un alto mando de las SS.

Mauthausen no era un campo como los demás. Era uno de los mayores centros de detención, de trabajo forzoso -había minas y fábricas de armamento- y de exterminio de la Europa ocupada por los nazis. Dirigir Mauthausen significaba ser el responsable de unos 45 campos anexos. Según cuenta Javier Cosnava en Un buen hombre, los altos cargos nazis vivían en residencias situadas en la afueras del campo principal. Ahí se instaló durante toda la guerra Ziereis con su mujer y su hijo.

Los presos que sobrevivieron al exterminio nazi -entre ellos, el fotógrafo español Francisco Boix- describieron al comandante Ziereis como un hombre que recurría siempre a la brutalidad y que sentía satisfacción cuando los maltrataba. Mauthausen era un campo de grado tres; es decir, destinado a "los enemigos políticos incorregibles del Reich".

Contra el fascismo

Tras la Guerra Civil, miles de republicanos se alistaron en la Resistencia o en la Legión Francesa, aunque muchos acabaron siendo deportados a Mauthausen. Los registros de la guerra hablan de unos 7.300 españoles encarcelados en el campo nazi; al menos 5.000 de ellos no sobrevivieron.

Fue ahorcado en una alambrada tras la liberación del campo

La escena de Ziereis -dibujado como Faust- en la que deja un arma a su hijo es, según relatos históricos, un eufemismo de la realidad. Varios testimonios aseguran que Ziereis permitía a su vástago de 11 años disparar a los presos desde el balcón de su casa.

Cuando EEUU liberó Mauthausen el 5 de mayo de 1945, las banderas republicanas habían sustituido a las nazis y una inmensa pancarta se alzaba en la entrada del campo: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras". Zieries huyó al monte, donde fue capturado el 23 de mayo. Murió el día siguiente. Su cadáver fue ahorcado en la alambrada del campo.

La organización de los centros de exterminio

La creación de los campos
El Tercer Reich ordenó la construcción de los centros de detención a partir de 1933 para recluir a judíos, gitanos, testigos de Jehová y a todos los considerados “enemigos” (homosexuales, opositores políticos), que servían de mano de obra esclavizada.

Theodor Eicke
Es el cerebro de la organización de los campos. Al cargo de Dachau desde 1933, Eicke puso en marcha todas las normas que regían los centros, como la servidumbre de los reos, una disciplina de hierro o la obediencia ciega de los militares.

Cámaras de gas
Desde 1939, algunos campos de concentración fueron utilizados para gasear a los detenidos. Ciertos campos de exterminio fueron especialmente construidos para la Solución Final.

Auschwitz
Dirigido por las SS y situado en Polonia, fue creado en mayo de 1940 y liberado por los Aliados el 27 de enero de 1945. Más de 1,3 millón de personas fallecieron en las cámaras de gas, la inmensa mayoría eran judíos. Chelmno, Belzec, Sobibor y Treblinka fueron campos exclusivamente creados para el exterminio de los judíos.

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