La justicia considera probado un delito de lesa humanidad "mediante la
práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de
niños menores de diez años". Formaba parte un "plan general de
aniquilación" contra parte de la población civil con el argumento de
acabar con la "subversión" durante la dictadura
EFE Buenos Aires 05/07/2012 23:55
La justicia
argentina condenó el jueves al exdictador Jorge Rafael Videla a 50 años
de cárcel por el robo de bebés
dentro de un plan sistemático ejecutado durante la última dictadura militar en
Argentina (1976-1983). Junto a Videla, primer hombre fuerte del régimen, se
sentaron en el banquillo Reynaldo Bignone, último presidente de la dictadura,
condenado a 15 años, Antonio Vañek, ex-almirante, condenado a 40 años, el
ex-capitán de fragata Jorge Eduardo Acosta, sentenciado a 30, y el exgeneral
Omar Riveros, a 20, entre otros represores de la dictadura.
La justicia
consideró probado un delito de lesa humanidad "mediante la práctica
sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de niños
menores de 10 años", en el contexto de un "plan general de
aniquilación" contra parte de la población civil con el argumento de
acabar con la "subversión" durante la dictadura militar.
Sentados en
primera fila del tribunal oral Número 6 de Buenos Aires, Videla, de 86 años, y
Bignone, de 84, escucharon sin inmutarse los gritos de júbilo de víctimas y
familiares que abarrotaban la sala tras el anuncio de la condena, que se suma a
las penas de cadena perpetua que ya pesan en su contra por delitos cometidos
durante la dictadura.
En las
puertas del tribunal, cientos de personas siguieron la lectura de la
sentencia desde pantallas gigantes y estallaron en gritos de alegría al
escuchar las sentencias. El juicio alcanza a 34 delitos de apropiación de
hijos de mujeres que, en su mayoría, dieron a luz en los centros de detención
de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), la guarnición militar de
Campo de Mayo y el denominado Pozo de Banfield, en la periferia de Buenos
Aires.
Durante el
proceso, que comenzó en febrero de 2011 como resultado de una denuncia
presentada hace más de 15 años por Abuelas de Plaza de Mayo, se han sucedido
los testimonios de víctimas y represores, como el propio Videla, que negó un
plan sistemático de robo de bebés y llegó a afirmar que las madres "eran
militantes activas de las maquinarias del terrorismo y muchas de ellas usaron a
sus hijos embrionarios como escudos humanos al momento de ser
combatientes".
Considerado un
proceso "emblemático" por las organizaciones de Derechos Humanos,
el juicio comenzó por una denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo y abarca más de
una treintena de casos.
Entre las
víctimas, Sara Méndez, detenida en 1976 en Buenos Aires por un comando que le
arrebató a su hijo de 20 días. Trasladada ilegalmente a Montevideo, estuvo
presa cuatro años y medio y al recuperar la libertad se volcó en buscar a su
hijo, a quien encontró en 2002 adoptado por un expolicía argentino. El juicio
se ocupó también del caso de Macarena, la nieta del poeta argentino Juan
Gelman, que fue localizada en el año 2000 en Uruguay, donde nació mientras su
madre estaba detenida, y que hoy se sumó a la celebración de las organizaciones
humanitarias en Buenos Aires.
"Sentencia
histórica"
"Es una
sentencia histórica que confirma el plan sistemático de robo de bebés y,
en mi caso, se reafirman condenas de Videla y Bignone, es muy positivo. Empezar
a ver las caras de los responsables es una señal de que la justicia avanza",
dijo uno de los afectados.
"Esta
causa ha sido suficiente para demostrar que había un plan sistemático, para mí
es algo muy positivo", insistió la joven. También para Estela de Carlotto,
presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, hay motivos para celebrar porque
"hemos logrado que se reconozca que fue un plan sistemático, que tuvieron
esa aberrante idea de que nosotros no íbamos a criar a nuestros nietos, pero
viajamos por todo el mundo para encontrarlos".
Sentado en
primera fila, Videla escuchó sin inmutarse la condena, que se suma a las
pena de cadena perpetua que ya pesa en su contra por delitos de lesa humanidad
cometidos durante el régimen de facto. Según estimaciones de organizaciones
humanitarias, 105 niños robados durante la dictadura han recuperado su
identidad, aunque aún hay más de 400 denuncias pendientes por casos similares.
El tribunal
también condenó al excapitán del Ejército Víctor Gallo a 15 años de cárcel y a
su exesposa, Susana Inés Colombo, a cinco; al antiguo prefecto Juan Antonio
Azic, a 14 y al represor Jorge Magnacco, a 10. Mientras, el exjefe de la Armada
almirante Rubén Oscar Franco y el exagente de Inteligencia Eduardo Ruffo fueron
absueltos.
Según
estimaciones de organizaciones humanitarias, 105 niños robados durante la
dictadura han recuperado su identidad, aunque aún hay más de 400
denuncias pendientes por casos similares y unas 300 familias han depositado
datos en bancos de ADN con la esperanza de recuperar a sus hijos y nietos
robados. Unas 30.000 personas detenidas clandestinamente desaparecieron durante
la dictadura, según estimaciones del Gobierno argentino y organismos
humanitarios.
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