El Centro Simon Wiesenthal lo responsabiliza de la
deportación de unos 15.700 judíos húngaros
Las autoridades inician el procedimiento para que sea
puesto bajo arresto domiciliario
La fiscalía de Budapest afirma que el hombre ha rechazado
las acusaciones en su contra
FRANCISCA
RISATTI / AGENCIAS
Madrid / Budapest 18 JUL 2012 - 12:18 CET
La fiscalía general de Budapest ha anunciado este miércoles que el presunto
criminal de guerra nazi László Csizsik-Csatary, localizado el
pasado domingo por periodistas del diario británico The Sun en la capital
húngara, ha sido detenido y ha rechazado las acusaciones en su contra.
Según un comunicado de la fiscalía, el expolicía de 97 años, presunto
responsable de la deportación al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau
de más de 15.000 judíos durante la Segunda Guerra Mundial, ha sido interrogado
como acusado y las autoridades judiciales húngaras han comenzado el
procedimiento para que sea puesto bajo arresto domiciliario.
La fiscalía reconoce que en octubre del año pasado se confirmó la identidad
del acusado, que vivía bajo su nombre real en Budapest desde hace 15 años,
cuando huyó de Canadá después de que se descubriera su identidad y las
autoridades de ese país, en el que había pasado varias décadas, iniciaran una
investigación.
El Centro Simon
Wiesenthal de Jerusalén responsabiliza a Csizsik-Csatary de
haber enviado a los campos de exterminio nazis de la Polonia ocupada a
alrededor de 15.700 judíos en 1944, el año en que un golpe de Estado llevó al
poder en Hungría al partido filonazi Cruz de Flecha, que seguía la línea
criminal y antisemita del régimen de Adolf Hitler.
"Estamos muy satisfechos con las medidas adoptadas en Budapest, pero
sólo son pasos iniciales y exhortamos a las autoridades húngaras a agilizar
este caso para que se alcance la justicia", afirmó el director de esa
organización con sede en Jerusalén, Efraim Zuroff.
Según señaló Zuroff el pasado lunes, Csizsik-Csatary también es
responsable, como jefe del gueto de la ciudad de Kassa (hoy Kosice, en
Eslovaquia), del traslado en 1941 de unas 300 personas a la ciudad de
Kamenetz-Podolsk en Ucrania, entonces también bajo ocupación nazi, donde la
inmensa mayoría murió.
Según informa hoy la fiscalía húngara, la justicia eslovaca ha confirmado a
las autoridades de Budapest que el acusado fue condenado a muerte en la
entonces Checoslovaquia tras la Segunda Guerra Mundial. El expolicía, sin
embargo, fue hallado culpable en ausencia, ya que tras la victoria de los
aliados en la guerra huyó a Canadá, donde se creó una nueva identidad como
comerciante de obras de arte. Las autoridades canadienses le retiraron la
nacionalidad cuando fue descubierto, pero Csizsik-Csatary logró huir de nuevo
en 1997, antes de que se tramitase su deportación. A partir de ese momento, el
expolicía se instaló en Budapest con su identidad original, según ha confirmado
la fiscalía húngara.
El equipo de reporteros británicos logró localizar a Csizsik-Csatary en
Budapest con ayuda del Centro Simon Wiesenthal y su proyecto Operación:
Última Oportunidad, con el que la organización judía busca llevar ante la
justicia a los criminales de guerra nazis que aún viven. En la lista de los más
buscados el húngaro ocupaba el primer lugar.
"(Csizsik-Csatary) era conocido por su sadismo y por su deseo expreso
de apresar a todos los judíos para deportarlos a Polonia. Si se hace justicia
con este hombre servirá para cerrar en cierto modo la cuestión para las
comunidades judías de Hungría y Eslovaquia", afirmó Zuroff el pasado
domingo, después de que los periodistas del diario británico localizaran y
fotografiaran al expolicía.
Cuando los reporteros llamaron a su puerta, tras seguirlo en un paseo de
cuatro horas por su barrio, el hombre les abrió en ropa interior y se negó a
hablar de su pasado. "No, no. Marchaos", les
dijo Csizsik-Csatary en inglés, con un acento canadiense que adquirió
durante los años que pasó en Toronto y Montreal, según el artículo en el que The
Sun dio a conocer la noticia del hallazgo.
El expolicía también se negó a hablar sobre la investigación abierta por
las autoridades canadienses, pero los periodistas insistieron. "¿Lo niega?
Mucha gente murió como consecuencia de sus acciones", le espetó uno de
ellos. "No, no lo hice. Marchaos de aquí", les dijo antes de cerrar
la puerta con violencia.
El portavoz del la Cancillería israelí, Lior Ben Dor,
afirmó que la detención de Csizsik-Csatary es muy importante para conservar la
memoria del Holocausto. "La intolerancia y falta de una educación adecuada
y de valores humanos pueden llevar a holocaustos contra otros pueblos, por eso
debemos unirnos para que nunca se repita contra ningún otro pueblo",
señaló el funcionario.
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