Abandonados, apropiados por agentes de las fuerzas de
seguridad... las historias de los niños que descubrieron que sus madres habían
sido asesinadas
ALEJANDRO
REBOSSIO Buenos Aires 5 JUL 2012 - 14:30 CET
En más de tres décadas de lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo han
conseguido ser identificados 105 niños que nacieron de mujeres secuestradas por
la dictadura argentina y fueron separados de sus madres y entregados a familias
adeptas al régimen militar. Estos son sus nombres y sus historias, que forman
ya parte de la historia contemporánea de Argentina.
Anatole y Victoria Julien Grisonas, localizados por la
Iglesia brasileña
Victoria y Mario militaban en el Partido por la Victoria del Pueblo en
Uruguay. El primer hijo de la pareja, Anatole, nació en Montevideo en 1972. Su
segunda hija, Victoria, nació en 1975 en Buenos Aires. El 26 de septiembre de
1976 la familia fue secuestrada por la última dictadura de Argentina
(1976-1983). En 1979 los niños fueron localizados por Clamor, organización de
derechos humanos de la Iglesia brasileña, en Chile, donde vivían junto a una
familia de ese país que los había adoptado tras encontrarlos abandonados en una
plaza de Valparaíso en 1977. Anatole y Victoria continuaron viviendo con su
familia adoptiva pero en contacto con sus familiares biológicos.
Tatiana Ruarte Britos y Laura Jotar Britos, abandonadas
en una plaza
Mirta y Oscar militaron en las Fuerzas Argentinas de Liberación 22 de
Agosto (FAL-22) y en el Partido Revolucionario de los Trabajadores
(PRT)-Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). En 1973 tuvieron a Tatiana en
Córdoba (Argentina). Después se separaron. En 1976 Oscar fue secuestrado. Mirta
había formado pareja con Alberto, militante de las mismas guerrillas. En 1977
tuvieron a Laura. La pareja fue secuestrada y las niñas, abandonadas en una
plaza. Vivieron en centros de menores hasta que fueron adoptadas de buena fe
por el matrimonio Sfiligoy. En 1980 fueron localizadas por Abuelas de Plaza de
Mayo y se reencontraron con su familia biológica, pese a que siguieron viviendo
con los Sfiligoy.
Juan Pablo Moyano, con la democracia volvió a su familia
Elba y Edgardo militaban en la guerrilla peronista Montoneros. En 1976
nació su hijo Juan Pablo en la zona sur del Gran Buenos Aires. Edgardo
desapareció en 1977 y Elba, en 1978, en un operativo en el que dejaron al niño
con unos vecinos. Un juzgado otorgó la tenencia de Juan Pablo a una familia,
pero en 1983, año del regreso de la democracia en Argentina, Abuelas de Plaza
de Mayo lo localizó y en 1984 fue restituido a sus parientes biológicos.
Tamara Arze, con su madre en Suiza
Tamara nació en 1974. Primero secuestraron a su madre, Rosa, y después a la
pareja que había quedado a su cargo. Los agentes dejaron a Tamara con unos
vecinos. En 1981 Rosa fue puesta en libertad y se exilió. En 1983 la niña fue
localizada en Guernica, provincia de Buenos Aires, y ahora ella y su madre
viven en Suiza.
Martín Baamonde, sin rastros de su familia paterna
Clara y Miguel Ángel militaron en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y
después en Montoneros. En 1974 nació su hijo Martín. Miguel Ángel desapareció
en 1976 en Lanús, zona sur del Gran Buenos Aires. Martín y su madre, en 1978 en
la capital. Un juez dio la guarda de Martín a una tía materna, que lo mantuvo
en secreto con el argumento de que tenía miedo al clima de terror de Argentina,
y así fue que hasta 1983 el niño no se reencontró con la rama paterna de su
familia.
Humberto Colautti Fransicetti y Elena Ferri Fransicetti,
cuidados por sus tíos
Elda militaba en el PRT-ERP. Formó pareja con Renato y tuvieron un hijo,
Humberto. En 1975, en el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976), Renato fue
detenido como preso político. Elda formó una nueva pareja con Roberto, otro
militante del PRT-ERP, y engendraron a Elena. En 1977 el domicilio de la pareja
fue allanado. Los niños quedaron abandonados y fueron rescatados por unos vecinos.
Un tío de Elda los cuidó hasta que en 1983 Renato fue liberado y se quedó con
Humberto. Elena fue criada por sus tíos maternos.
Sebastián Rosenfeld Marcuzzo, uno de los nacidos en la
ESMA
Patricia y Walter militaban en Montoneros. Fueron secuestrados en 1977 en
Mar del Plata, cuando ella estaba embarazada de tres meses. En la Escuela
Superior Mecánica de la Armada (ESMA), en Buenos Aires, Patricia dio a luz a
Sebastián. El niño fue entregado a su abuela materna. Solo en 1983 recuperó
contacto con su familia paterna.
Eduardo Garbarino Pico, el niño que acabó en México
Aurora militaba en el PRT-ERP. Formó pareja con Antonio y en 1969 nació
Eduardo. En 1974 el niño fue secuestrado junto con su madre en Buenos Aires.
Eduardo vivió desamparado durante dos años hasta que un matrimonio que ignoraba
su identidad se lo llevó a México. En 1983 Antonio lo reencontró con ayuda de
Abuelas de Plaza de Mayo.
Ana Laura Hisi, adoptada por desconocidos
Viviana y Carlos Alberto tuvieron una hija, Ana Laura, en 1976 en Santa Fe.
Primero fue detenido por motivos políticos él. Después desapareció ella, que
militaba en el Movimiento de Inquilinos Peronistas (MIP) y en Montoneros.
Carlos Alberto fue liberado en 1983 y junto con sus suegros hallaron a Ana
Laura, que había sido adoptada por una familia desconocida.
Astrid Patiño Carabelli, su padre desapareció cuando la
buscaba
María Gabriela, italiana, y Omar militaban en el PRT-ERP. En 1973 tuvieron
a Astrid. En 1976 madre e hija fueron secuestrados en Córdoba. En 1977
desapareció Omar cuando hacía gestiones para encontrar a su hija. En 1984
Abuelas de Plaza de Mayo con la colaboración del Servicio de Paz y Justicia
(SERPAJ) localizaron a Astrid, que había sido adoptada.
Federico Spoturno, siempre conoció su identidad
Alicia y Luis eran del PRT-ERP. En 1975 nació su hijo Federico. Luis murió
ese año en el intento de toma del cuartel de Monte Chingolo, provincia de
Buenos Aires. En 1976 Alicia y Federico fueron secuestrados en Merlo, oeste del
Gran Buenos Aires. El niño permaneció a cargo de una familia que nunca le negó
su identidad y que lo cuidó hasta que en 1984 se reencontró con sus parientes
biológicos.
Andrés La Blunda Fontana, entregado pese a las
reclamaciones
Mabel y Pedro tuvieron en 1977 a Andrés. Ambos militaban en la Juventud
Peronista (JP) y en Montoneros. La familia fue secuestrada aquel año en San
Fernando, zona norte del Gran Buenos Aires. Andrés fue dado en adopción, pese a
las reclamaciones de Abuelas de Plaza de Mayo y sus familiares. El niño fue
localizado en 1984. Andrés continuó viviendo con su familia adoptiva pero en
contacto con sus parientes biológicos.
Amaral García Hernández, uno de los hijos de uruguayos
Mirta y Floreal eran uruguayos. Militaban en el Movimiento Nacional de
Liberación (MNL)-Tupamaros. En 1971 nació su hijo Amaral. En 1974 la familia
fue secuestrada en Buenos Aires. En 1984 Abuelas de Plaza de Mayo halló a
Amaral en poder de una pareja de policías, Liliana Calderón y José Antonio
Moreno, quienes lo habían inscripto como hijo propio. Esta pareja falleció y el
niño quedó al cuidado de los que figuraban como sus abuelos maternos. Ellos
también murieron y Amaral quedó a cargo de un falso medio hermano que integraba
la Secretaría de Inteligencia. En 1984, Abuelas de Plaza de Mayo pidió que cotejaran
su ADN con los del Banco Nacional de Datos Genéticos, donde se hallan muestras
de familiares de desaparecidos, y al año siguiente Amaral fue restituido a su
familia biológica en Uruguay.
Diego Mendizábal Zermoglio, un régimen de visitas
complicado
Sara y Horacio eran montoneros. Se exiliaron a Cuba y en 1979 nació su hijo
Diego. Volvieron a Argentina ese año y Horacio fue asesinado. Sara desapareció
después y Diego fue entregado a una ex cuñada de Horacio. El niño pasó después
a manos de un matrimonio cercano, los Schoeffer, que lo adoptaron. En 1984 fue
hallado por su familia biológica, que acordó con los Schoeffer un régimen de
visitas de difícil cumplimiento, según Abuelas de Plaza de Mayo.
Paula Logares, el primer caso resuelto con el ADN
Mónica y Ernesto eran montoneros. En 1976 nació la primera hija de la
pareja, Paula, en Buenos Aires. La familia fue secuestrada en 1978 en
Montevideo, adonde se habían refugiado. Mónica estaba esperando otro bebé. La
pareja fue trasladada a Argentina. En 1983 Abuelas de Plaza de Mayo halló a una
niña que había sido inscripta como hija propia por el subcomisario de la
policía bonaerense Rubén Lavallén y su esposa, Raquel Leiro. En 1984 las
pericias genéticas confirmaron que se trataba de Paula. Fue el primer caso en el
que la justicia usó como prueba de filiación los análisis de ADN. Paula fue
criada desde entonces por su abuela materna.
Sebastián Juárez, entregado a la Casa de Belén
Lucinda militaba en el PRT-ERP. En 1974 tuvo a Sebastián en Córdoba. Ambos
fueron secuestrados en 1977 en Claypole, provincia de Buenos Aires. Sebastián
fue abandonado en la casa de unos vecinos. Una juez lo ingresó en un hogar de
niños llamado Casa de Belén y en su expediente judicial omitió su foto y le
cambió la identidad. Así que difícil que sus familiares y Abuelas de Plaza de
Mayo lo encontraran. Finalmente lo hicieron en 1984.
Felipe y María Eugenia Gatica Caracoche, los que acabaron
en Brasil
Ana María y Juan Oscar tuvieron dos hijos: María Eugenia, en febrero de
1976 y Felipe, en diciembre de ese año. En 1977 fuerzas de seguridad
secuestraron a un matrimonio que tenía a cargo a María Eugenia. También aquel
año Ana María y Felipe desaparecieron en Berisso, provincia de Buenos Aires.
Tiempo después ella fue liberada. Los represores entregaron a Felipe a una
vecina, que a su vez lo dio a una familia que lo inscribió como hijo propio. En
1984 sus padres lo recuperaron. Al año siguiente hallaron a María Eugenia, que
también había sido anotada como propia por el comisario policial Rodolfo Silva
y su esposa Armanda Colard. Toda la familia Gatica se marchó después a Brasil.
Carla Rutila Artes, apropiada y abusada
Graciela y Enrique, uruguayo y ex militante del MNL-Tupamaros, vivieron un
tiempo en Bolivia y se incorporaron al Ejército de Liberación Nacional (ELN)
del Che Guevara. En 1975 nació Carla en Perú. Graciela fue detenida junto a su
hija en 1976 en Oruro (Bolivia). Ambas fueron entregadas al régimen argentino.
Enrique fue asesinado meses más tarde en Cochabamba (Bolivia). En 1983 Abuelas
de Plaza de Mayo encontró a Carla en poder de Eduardo Ruffo, integrante de la
paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), y su esposa Armanda
Cordero. El matrimonio se mantuvo prófugo de la justicia hasta que en 1985 fue
localizado. Eduardo Ruffo está siendo juzgado en el proceso por el robo de
bebés y además ha sido acusada de abuso sexual por Carla.
Jorgelina Molina Planas, reencuentro con su media hermana
Cristina y José militaban en el PRT-ERP. Tuvieron a Jorgelina en 1973 en
Rosario. José fue asesinado en 1974. En 1977 fue secuestrada Cristina en Lanús,
sur del Gran Buenos Aires. Jorgelina quedó al cuidado de una vecina. Una juez
la ingresó en un hogar. Allí comenzó a ser visitada por un miembro de la Fuerza
Aérea de apellido Sala que consiguió adoptarla en 1979. En 1984, la familia
biológica la encontró, pero acordó con los Sala que permaneciera con ellos. En
1996, Damián, hijo de una anterior pareja de Cristina, se reencontró con su
media hermana Jorgelina.
María Fernanda Álvarez, una de las hijas de los
militantes del ERP
Clara era del PRT-ERP. Fue secuestrada junto a su hija María Fernanda en
1978 en Laferrere, provincia de Buenos Aires. La niña fue localizada en 1985
por una comisión gubernamental y volvió con su familia.
Marina y Liliana Bau Delgado, hermanas recuperadas
Margarita y Horacio eran montoneros. Tuvieron dos hijas en Bahía Blanca:
Marina Leonor en 1976 y Liliana en 1977. La familia desapareció este año en
Ensenada, provincia de Buenos Aires. Las niñas fueron localizadas en 1985 por
una comisión gubernamental.
Paula y Esteban Badell Acosta, el regreso al Chile
materno
Maria Eliana, chilena, y Esteban militaban en el PRT-ERP. Tuvieron dos
hijos en La Plata: Esteban en 1967 y Paula en 1969. La pareja fue secuestrada
en 1976 cerca de allí, en City Bell. Los niños quedaron en poder de un tío
policía de la provincia de Buenos Aires. En 1986 los jóvenes pudieron
encontrarse con su abuelo materno, que vivía en Chile y que siempre había reclamado
por ellos. Desde entonces Paula y Esteban viven junto a su familia materna.
Ramón Pintos, una vida corta
Lucía militaba en el PRT-ERP. En 1976 nació su hijo Ramón en Avellaneda,
sur del Gran Buenos Aires. Fue secuestrada junto con su hijo en 1977 en Caseros,
noreste de la periferia bonaerense. En 1984 Abuelas de Plaza de Mayo halló a
Ramón en poder de un policía de la provincia de Buenos Aires que tramitaba su
adopción. Dos años después regresó con su familia materna. Al poco tiempo el
niño sufrió una parálisis muscular y murió de un paro cardíaco en 1990.
Laura Scaccheri Dorado, criada por los testigos del
secuestro
Stella Maris y José militaron en la JP y en Montoneros. En 1977 nació su
hija Laura. Ese año toda la familia desapareció en Lanús. En 1985 Laura fue
localizada por Abuelas de Plaza de Mayo. Había sido inscripta como hija propia
por un vecino de apellido Caccace que había presenciado el operativo de
secuestro. En 1986 fue restituida a su verdadera familia.
Marcos Moscato y Paula Orlando Cancela, historias
enredadas
Mirtha y Rosario tuvieron a Marcos en 1967 en La Plata. Ella militó en el
MIP y en el PRT-ERP. Después de separarse de Rosario, formó pareja con José,
que estuvo en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y en el PRT-ERP. José fue
asesinado en 1975, el mismo año en que nació su hija Paula. Marcos se
encontraba al cuidado de una pareja de compañeros de la madre, pero también
cayeron muertos. El niño fue dejado a la abuela paterna de Paula. Mirtha y la
niña desaparecieron aquel año. La beba también quedó en manos de su abuela
paterna, que a su vez la entregó a una pareja amiga de José. La abuela materna
de los niños desconocía su paradero hasta que los halló entre 1986 y 1987.
Elena Gallinari Abinet, apropiada por un policía
bonaerense
María Leonor y Miguel Ángel eran Montoneros. Él fue detenido en 1976 en
Morón, provincia de Buenos Aires. Después fue secuestrada ella, que estaba
embarazada de siete meses. Abuelas de Plaza de Mayo localizó en 1986 a una niña
inscripta como hija propia por un subcomisario de la Policía de la Provincia de
Buenos Aires, Domingo Madrid, y su esposa, María Mercedes Elichalt. En 1987 dos
jueces dispusieron su restitución.
Gabriela Gallardo, la falsa desaparecida
Gabriela nació en 1971. Abuelas de Plaza de Mayo recibió la denuncia de la
familia por su desaparición en la dictadura. En 1987 se pudo comprobar que ni
ella ni su madre habían estado desaparecidas por motivos políticos, sino por
problemas familiares.
María José Lavalle Lemos, apropiada por una policía
Mónica era trotskista y Gustavo, montonero. En 1977 fueron secuestrados en
José C. Paz, noroeste del Gran Buenos Aires. Ella estaba estaba embarazada de
ocho meses de María José. A partir de 1985 Abuelas de Plaza de Mayo comenzó a
recibir denuncias acerca de una policía bonaerense, Teresa González, que junto
a su esposo, Nelson Rubén, tenían una niña inscripta como hija propia. En 1986
se inició una causa penal. El juez ordenó el allanamiento de la casa del
matrimonio y la pericia genética de la niña. En 1987 María José pasó a vivir
con su hermana mayor y su abuela materna.
Hugo Ducca, de vuelta en Santiago del Estero
María Rosa y Antonio militaban en el PRT-ERP. En 1975 tuvieron a Hugo. En
1976 Antonio fue secuestrado en San Fernando y más tarde le ocurrió lo mismo a
María Rosa, que se encontraba junto a su hijo en General Pacheco, también en el
norte del Gran Buenos Aires. Hugo quedó al cuidado de una vecina hasta que pudo
ser recuperado por compañeros de sus padres. Después fue entregado a sus tíos
maternos en Santiago del Estero. La familia paterna solo pudo encontrarlo en
1988.
María Victoria Moyano Artigas, el hermano de un
uniformado
María Asunción, uruguaya, y Alfredo militaban en el MLN-Tupamaros. En 1977
desaparecieron en Berazategui, sur del Gran Buenos Aires. Ella estaba
embarazada de dos meses y medio. Abuelas de Plaza de Mayo recibió denuncias que
indicaban que el hermano de un comisario policial de apellido Penna tenía una
niña inscripta como hija propia. Se iniciaron acciones judiciales y en 1988 los
resultados de los análisis de ADN confirmaron que era hija de María Asunción y
Alfredo. María Victoria fue restituida a su familia biológica.
Ximena Vicario, la primera nulidad de una adopción plena
Stella Maris y Juan Carlos eran del PRT-ERP. En 1976 nació su hija Ximena.
Al año siguiente Stella Maris y su hija fueron secuestradas en Buenos Aires. A
Juan Carlos le ocurrió lo mismo en Rosario. Ximena fue adoptada en forma
irregular por una empleada del hospital porteño Casa Cuna, Susana Siciliano. En
1986 se hicieron los análisis de ADN. En 1989, la justicia le restituyó su
identidad. Este caso se constituye como el primero en el que los tribunales
anulan una adopción plena.
Gonzalo y Matías Reggiardo Tolosa, el escándalo en los
medios
Su caso armó un gran revuelo público en su momento. María Rosa y Enrique
eran montoneros. Ella fue secuestrada en 1977 en Florencio Varela, sur del Gran
Buenos Aires, cuando estaba embarazada de seis meses y esperaba mellizos.
Enrique fue secuestrado el mismo año en Lanús. Por denuncias de familiares de
otra desaparecida, Abuelas de Plaza de Mayo comenzó a investigar la posibilidad
de que los mellizos inscriptos como hijos propios por el subcomisario policial
Samuel Miara fueran los hijos de aquel matrimonio. Cuando en 1986 el juez
ordenó los análisis, Miara y su esposa se llevaron los niños a Paraguay. Cuando
se consiguió la extradición y los pequeños volvieron al país, se hizo la
pericia. En 1989 se confirmó que eran hijos de María Rosa y Enrique. En 1993 la
justicia les restituyó su identidad. En su momento, algunos medios de
comunicación hicieron campana a favor de que los niños se quedaran con el
policía que los había criado e incluso los mellizos pidieron públicamente quedarse
con Miara y su esposa. “Por intromisión de personas extrañas al caso y por la
violenta campaña desatada en los medios contra la restitución de los niños
apropiados, se entorpeció la relación que habían comenzado a entablar con la
familia biológica materna”, opinan las Abuelas de Plaza de Mayo. Hasta alcanzar
la mayoría de edad, los mellizos Gonzalo y Matías vivieron con una familia
sustituta. En la actualidad mantienen contacto con sus parientes biológicos.
Nunca dejaron de verse con Miara, que está preso por diversos delitos de lesa
humanidad, y su esposa, pese a que Matías ha reconocido su satisfacción por
haber recuperado la identidad.
Marcelo, María de las Victorias y Laura Ruiz Dameri, cada
uno por separado
Silvia y Orlando eran montoneros. En 1976 nació su hijo Marcelo. En 1977 se
exiliaron en Suiza y allí nació María de las Victorias en 1978. La familia
regresó a Argentina y fue secuestrada en 1980. Silvia estaba embarazada de
cinco meses y parió una hija en la ESMA. Marcelo fue abandonado en el hospital
Casa Cuna de Córdoba con un cartel con su nombre, pero fue adoptado por la
familia Heinzmann. En 1989 se hizo los análisis genéticos y en 1990 se
confirmaron que se trataba de Marcelo Ruiz Dameri. El joven continuó viviendo
con su familia adoptiva y en contacto con su familia biológica. En 1998 Abuelas
de Plaza de Mayo recibió una denuncia anónima sobre una joven que había sido
abandonada en 1980 en las puertas del Sanatorio de Niños de Rosario con un
cartel que decía Victoria. La niña fue adoptada por el matrimonio Torres. En
1998 un periódico publicó las fotos de hijos desaparecidos junto con sus
padres, Victoria vio esa foto y se reconoció. En 1999 la joven se hizo los
análisis que confirmaron su identidad. Marcelo y Victoria se reencontraron. Las
Abuelas tenían fuertes sospechas acerca de que el ex prefecto naval e
integrante del grupo de tareas de la ESMA Antonio Azic tenía en su poder a la
otra hija del matrimonio Ruiz Dameri. Ya se había comprobado que el represor se
había apropiado de otra hija de desaparecidos, la ahora diputada progresista
Victoria Donda, también nacida en la ESMA y que recuperó su identidad en 2004.
La joven anotada como hija propia de Azic se negaba a someterse a las pruebas
de ADN. Muchos como ella temían que las personas a las que consideraban sus
padres acabaran en la cárcel. Una juez ordenó entonces un procedimiento
judicial para obtenerlas a través de objetos personales de la joven. En 2008 se
confirmó que se trataba de la otra hija de los Ruiz Dameri, Laura.
Emiliano Castro Tortrino, el caso que llegó a la Corte
Interamericana
María del Carmen y Carlos militaban en la JP. Él entró después en
Montoneros. En 1976 tuvieron a Emiliano. Carlos fue secuestrado ese año en
Buenos Aires. En 1977 le tocó el turno a Martía del Carmen y su hijo. Los
abuelos del niño lo localizaron en el hospital Casa Cuna, pero no pudieron
impedir que fuera dado en adopción. El juez Jorge Müller consideró que el
matrimonio Castro Tortrino había incurrido en "incumplimiento de
asistencia familiar" y otorgó la guarda provisoria a un amigo suyo, el
abogado Domingo Maggiotti. Desde el retorno de la democracia se ha pedido en
reiteradas oportunidades que Emiliano se hiciera los análisis. En 1995 la Corte
Suprema dio por prescripta la acción penal. Ese mismo año, Abuelas denunció al
Estado argentino ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la
violación de la Convención Internacional por los Derechos del Niño que consagra
el derecho a la identidad.
Mariana Zaffaroni Islas, tras su hermano desaparecido
María Emilia y Jorge, uruguayos, militaban en la Asociación de Estudiantes
de Magisterio de Montevideo (AEMM). Jorge también adhirió al PVP. En 1975 nació
en Buenos Aires su hija Mariana. En 1976 toda la familia fue secuestrada. María
Emilia estaba embarazada de tres meses. En 1983 Abuelas de Plaza de Mayo
localizó a Mariana en manos del agente de inteligencia Miguel Ángel Furci y su
esposa. Inmediatamente el matrimonio se fugó con la niña. En 1991 se los halló
y se le hicieron los análisis a la niña. En 1993 la justicia le restituyó su
identidad. Su hermana o hermano menor permanece desaparecido.
José Sabino Abdala Falabella, otro hijo de montoneros
Susana y José tuvieron en 1974 a José Sabino en La Plata. Ambos eran
montoneros. En 1977 la familia desapareció el niño fue secuestrado junto con
sus padres en su domicilio de la ciudad de La Plata. Junto con ellos fue
secuestrada también otra nieta recuperada, María Eugenia Gatica Caracoche, hija
de un matrimonio amigo de los Abdala Falabella. En 1992 José Sabino fue
localizado en poder de un matrimonio que lo había inscripto como hijo propio.
Su filiación fue confirmada en 1993 y la justicia le restituyó su identidad en
1998.
María Alejandra, Stella María y Raúl Fuente Alcober,
desencontrados por su tío
José y María Rosa tuvieron tres hijos: María Alejandra en 1969, Stella
Maris en 1970 y Raúl en 1972. José militaba en el PRT-ERP y desapareció en 1976
en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, donde vivía con su familia. Su
hermano, que se encontraba detenido por aquel tiempo, perdió contacto con su
cuñada y sus sobrinos y pensó erróneamente que también habían sido
secuestrados. En 1994 Abuelas de Plaza de Mayo los localizó.
Carlos D’Elía Casco, en poder de un agente de
inteligencia
Yolanda y Julio, uruguayos, militaban en los Grupos de Acción Unificadora
(GAU), movimiento de izquierda de su país. Fueron secuestrados en San Fernando,
norte del Gran Buenos Aires, en 1977. Yolanda se encontraba embarazada de ocho
meses y medio y dio a luz en cautiverio a un varón al que llamó Martín. Abuelas
de Plaza de Mayo halló una partida de nacimiento que correspondía a un niño
inscripto como hijo propio por un miembro del Servicio de Inteligencia
Nacional, Carlos De Luccia, y su esposa, Marta Leiro. En 1994 los análisis
confirmaron la verdadera filiación del niño. La causa concluyó en el primer
juicio oral que llevó adelante Abuelas de Plaza de Mayo. En el proceso Marta
Leiro confesó que el joven no era su hijo biológico sino que había sido
entregado en circunstancias poco claras. En 1998 la justicia le restituyó la
identidad. El joven prefirió seguir llamándose Carlos, en lugar de recuperar el
Martín original.
Laura Acosta, una confusión y una búsqueda
María Dolores, militante del PRT-ERP y Lidio tuvieron una hija, Laura, en
1974. Aquel año Lidio fue detenido. María Dolores y Laura desaparecieron en
1977. En 1995 Laura fue recuperada. Había sido entregada a la familia Molinas,
que también buscaba a una niña desaparecida llamada Paula. Los Molina criaron a
Laura como propia sin saber que la verdadera Paula Molinas había sido adoptada
por un matrimonio de Córdoba cercano a su padre. Cuando Paula tomo conocimiento
de su historia y localizó a la familia Molinas en la provincia de Santa Fe,
éstos recurrieron a Abuelas de Plaza de Mayo para saber cuál era la verdadera
identidad de Laura. En 1995 los análisis genéticos confirmaron que era de la
familia Acosta. Laura se reencontró entonces con su padre, que había
permanecido detenido hasta 1987. Las familias Acosta y Molinas permanecen en
contacto. El padre de Paula continúa desaparecido y su madre fue asesinada en
1975.
Manuel Gonçalves Granada, el niño que se salvó en
el armario
Ana María y Gastón militaban en la JP y después en Montoneros. En 1976
nació Manuel. Gastón desapareció en 1976 en Zárate, provincia de Buenos Aires.
Ana María fue asesinada en San Nicolás en 1976. Junto a ella se encontraba
Manuel, que salvó su vida gracias a que su madre lo ocultó en un armario. El
niño fue llevado con graves problemas respiratorios al hospital de San Nicolás,
donde permaneció ingresado durante tres meses con custodia policial. En 1977 un
juez dio al niño en adopción al matrimonio Novoa. En 1997 Manuel se hizo los
análisis que confirmaron su verdadera identidad. Pudo rencontrarse entonces con
su familia biológica.
Javier Penino Viñas, cambió el apellido pero no el nombre
Cecilia militaba en el Frente Antiimperialista y por el Socialismo y eran
sindicalista de la industria del motor. Ella y Hugo se sumaron al PRT-ERP. En
1977 la pareja fue secuestrada en Buenos Aires. Cecilia estaba embarazada de
siete meses y pensaba llamar a su hijo Hugo Carlos. Lo dio a luz en la ESMA. En
diciembre de 1983, el mes en que regresó la democracia a Argentina, la joven
logró comunicarse telefónicamente con sus familiares y afirmó que esperaba ser
liberada. En marzo de 1984 estableció el último contacto. Aquel año Abuelas de
Plaza de Mayo inició una causa judicial contra el marino Jorge Vildoza, que se
había desempeñado en la ESMA y tenía en su poder un niño llamado Javier que
podía ser hijo de desaparecidos. Vildoza y su esposa, Ana María Grimaldos, se
fugaron con el pequeño. En 1998 Javier, que sabía que los Vildoza estaban
acusados en la justicia, se presentó ante una juez para hacerse los análisis.
En 1999 la justicia le restituyó su identidad, recuperó los apellidos, pero
mantuvo su nombre.
Paula Cortassa Zapata, la mentira del juez
Blanca y Enrique comenzaron su militancia en el Partido Auténtico de
Rosario. Después pasaron a la JP y Montoneros. En 1975 nació su hija Paula. En
1977 todos desaparecieron. Blanca estaba esperando su segundo bebe. Paula fue
dada en adopción al matrimonio Guallane. El juez les mintió sobre el origen de
la niña. Con el apoyo de su familia adoptiva buscó su verdadera historia. En Abuelas
había denuncias desde 1986, pero no coincidían con su situación ya que ninguna
de sus dos familias de origen había denunciado su desaparición. La joven
comparó su ADN con los del Banco Nacional de Datos Genéticos, pero no coincidía
con ninguna de las familias allí inscriptas. Paula hizo pública su búsqueda de
identidad y entonces fue identificada por conocidos de sus padres. En 1998
logró recuperar sus orígenes. Su hermana o hermano menor permanece
desaparecido.
Andrea Hernández Hobbas, una familia diezmada
Lourdes, uruguaya, y Nelson tuvieron cuatro hijos: Beatriz, Washington,
Esteban y Andrea. Lourdes militaba en Montoneros y fue secuestrada en 1977 en
Munro, norte del Gran Buenos Aires, cuando Nelson era preso político. La hija
mayor, Beatriz, fue secuestrada poco después y Washington corrió la misma
suerte. Unos compañeros de militancia de los Hernández Hobbas dejaron a Andrea
a cargo de un matrimonio conocido en Beccar, también en el norte de la
periferia de la capital. Si bien el hombre que la crió no le ocultó su
verdadera historia, su esposa la había inscripto como hija propia. En 1998
Andrea se comunicó con Abuelas para buscar datos de su familia. Sus parientes
biológicos también rastreaban sus huellas desde hace años. En 1999 los
resultados de los análisis genéticos confirmaron su identidad. Su padre había
fallecido, pero la joven pudo reencontrarse con uno de sus hermanos, Esteban.
En cambio, Beatriz y Washington siguen desaparecidos.
Carmen Gallo Sanz, pruebas fallidas hasta que una acertó
Aída y Eduardo, uruguayos, militaban en el Frente Amplio 26 de Marzo y en
el MNL-Tupamaros. Eduardo también había integrado la Unión de Trabajadores
Azucareros de Artigas. Aída fue secuestrada en 1977 en San Antonio de Padua,
oeste del Gran Buenos Aires. Estaba embarazada y dio a luz en cuativerio a una
niña. Ese mismo año fue secuestrado Eduardo en Laferrere. En la década del 80
Abuelas de Plaza de Mayo localizó una partida de nacimiento de un médico
policial acusado de crímenes de lesa humanidad, Jorge Bergés, en la que
constaba que había nacido en su consultorio una niña de un matrimonio de
civiles de apellido Fernández. La justicia ordenó un análisis de ADN, pero la
familia con la cual se le comparó el material genético no era la propia. En
1999 otra hija de desaparecidos que buscaba a su hermana nacida en cautiverio
fue a verla pensando que podría ser ella y le propuso hacerse nuevos análisis.
Así fue que descubrió que era Carmen Gallo Sanz, la hija de Eduardo y Aída.
Claudia Poblete Hlaczik, una joven que aceptó el análisis
Gertrudis y José, chileno, tuvieron en 1978 a Claudia. En Chile, José había
llegado a ser presidente del centro de estudiantes de su colegio secundario por
el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) e integró el Frente de
Estudiantes Revolucionarios (FER). Migró a Argentina, donde militó en la
Juventud Universitaria Peronista (JUP). Allí conoció a Gertrudis. Juntos
participaron de Montoneros y del Frente de Lisiados Peronistas (FLP) porque él
había perdida las piernas en un accidente. En 1978 toda la familia fue
secuestrada. En 1999, una joven fue citada por un juez para que se sometiera a
análisis genéticos. Había sido inscripta como hija propia por Ceferino Landa,
integrante de la estructura de inteligencia del Ejército, y su esposa, Mercedes
Moreira. La joven accedió a hacerse las pruebas y en 2000 recuperó su
identidad.
Hilda Montenegro, en manos del coronel Tetzlaff
Hilda y Roque militaban en el PRT-ERP. En 1976 tuvieron a Hilda, porteña.
La familia fue secuestrada ese año. En 1984 Abuelas de Plaza de Mayo recibió
información acerca de un represor apodado El Gordo José, que podría tener en su
poder a una hija de desaparecidos. Se trataba del coronel Herman Tetzlaff.
Junto a su esposa, Carmen Eduartes, habían inscripto a la niña como hija
propia. En 1988 se inició una acción judicial que se dilató por el permanente
cambio de domicilio de los Tetzlaff. Finalmente, la joven se analizó y en 2000
confirmó que era hija de Hilda y Roque. En 2001 se reencontró con su familia
biológica.
Macarena Gelman, la nieta del premio Cervantes
Marcelo Gelman, hijo del poeta y premio Cervantes Juan Gelman, militaba en
el Movimiento al Socialismo (MAS). Después, con su pareja, María Claudia García
Iruretagoyena, se enrolaron en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y en
Montoneros. Ambos fueron secuestrados en 1976 en Buenos Aires. María Claudia
estaba embarazada de siete meses de una niña a la que pensaban llamar Ana. A
comienzos de 2000, a partir de gestiones personales de Juan Gelman ante el
gobierno uruguayo, pudo avanzar la investigación y se supo que María Claudia
había sido llevada por fuerzas de seguridad argentinas a Montevideo, donde dio
a luz la beba en el Hospital Militar. La niña fue entregada al matrimonio
Tauriño Vivian, integrado por un comisario policial uruguayo y su esposa,
quienes la anotaron como hija propia bajo el nombre de Macarena. La joven fue
localizada en marzo de 2000. Se hizo los análisis genéticos en Argentina y en
junio de ese año se confirmó que era la nieta del escritor. El caso de Macarena
Gelman llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ordenó a
Uruguay que investigara todos los crímenes de la dictadura más allá de lo
permitido por ley de caducidad (amnistía) y que el Estado hiciera un acto
formal de petición de perdón a Macarena. El Gobierno de José Mujica cumplió con
la sentencia y organizó este año un acto para pedir disculpas a la joven, que
sigue viviendo en Uruguay, y a las demás víctimas del régimen que asolo a ese
país entre 1973 y 1985.
Guillermo Rodolfo Pérez Roisinblit, la visita de la
hermana
Patricia comenzó su militancia en el PRT. José se inició en la JP y se
enroló en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Después se encontraron en
Montoneros. En 1977 nació su primera hija, Mariana. Al año siguiente fue
secuestrada toda la familia. Mariana fue entregada a su familia paterna por
personas que se identificaron como pertenecientes a la Coordinación Federal.
Patricia estaba embarazada de ocho meses y dio a luz a un varón llamado
Rodolfo. El obstetra del parto fue Jorge Luis Magnacco, acusado en el juicio
del robo de bebés. En 2000, Abuelas de Plaza de Mayo recibió una denuncia
anónima que afirmaba que el agente civil de la Fuerza Aérea Francisco Gómez y
su esposa, Teodora Jofré, tenían un niño inscripto como hijo propio. Después de
ser visitado por Mariana, el joven aceptó hacerse los análisis genéticos. Los
resultados confirmaron que era su hermano. El joven sumó a su nombre de hasta
entonces, Guillermo, el que le había puesto su madre, Rodolfo.
Martín Castro Rocchi, el hijo de un español
Rubén había nacido en Galicia en 1945. Migró a Argentina y allí conoció a
su pareja, Isolina. Militaron en el PRT-ERP. En 1975 nació su hijo, Martín, en
Buenos Aires. En 1977 Rubén e Isolina le pidieron a unos compañeros que
cuidaran a Martín por una noche. Fue la misma noche en que ambos
desaparecieron. Los amigos de Rubén e Isolina desconocían a la familia
biológica de ambos y entregaron al niño a un matrimonio de apellido Mayta, que ya
tenía tres hijos. Los Mayta lo adoptaron y desde un principio le contaron la
verdad de sus orígenes. En 2000 recuperó la identidad tras hacerse unas pruebas
genéticas.
Gabriel Cevasco, el que se reencontró con su padre
María Delia era del PRT-ERP. Formó pareja con Enrique y en 1976 nació
Gabriel. En 1977 fueron secuestrados en San Martín, noroeste del Gran Buenos
Aires. Gabriel fue entregado por la Policía de la Provincia de Buenos Aires a
un matrimonio de Pergamino (a 223 kilómetros de Buenos Aires) compuesto por
Roberto Duarte y Margarita Fernández, quienes lo inscribieron como hijo propio.
Desde pequeño Gabriel tuvo dudas sobre su identidad y en 1999 decidió
presentarse en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad. Se hizo los
análisis y en 2000 Gabriel se reencontró con su padre. Su madre sigue
desaparecida.
Simón Gatti Méndez, recuperado por la madre
Sara y Mauricio, uruguayos, tuvieron en 1976 a Simón en Buenos Aires. Sara
y Simón desaparecieron ese año. Ella fue trasladada a Uruguay, donde después de
cuatro meses se la oficializó como presa política. Estuvo detenida hasta 1981.
Inmediatamente después Sara y Mauricio se pusieron a buscar al niño. Él murió
antes de encontrar a Simón. Ella lo halló en 2002.
María Eugenia Sampallo Barragán, hija de marxistas
leninistas
Mirta y Leonardo militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista
(PCML). La pareja fue secuestrada en 1977 en Buenos Aires. Mirta estaba
embarazada de seis meses. En 1989 Abuelas de Plaza de Mayo recibió las primeras
denuncias sobre el caso. En 2000, María Eugenia se presentó ante la Comisión
Nacional por el Derecho a la Identidad y se hizo un análisis que confirmó que
su identidad. La joven había sido inscripta como hija propia por Osvaldo Rivas
y Cristina Gómez Pinto.
Susana Coloma Larrubia, la que cruzó la cordillera
Susana y Juan Adolfo, chileno, eran montoneros. En 1978 tuvieron a Susana.
Luego todos fueron secuestrados La Plata. Diez días después, la niña fue
devuelta a su abuelo materno con una carta de puño y letra de su madre. Una
familia vecina del abuelo la cuidó. En 2002 Susana se acercó a Abuelas de Plaza
de Mayo para ubicar a su familia paterna. Gracias al trabajo conjunto de esta
organización y de otras de Chile fue posible contactar a los parientes en ese
país, que la habían buscado durante mucho tiempo. En 2003 Susana viajó a Chile
a reencontrarse con la rama paterna de su familia.
Horacio Pietragalla Corti, criado por la asistenta del
coronel
Liliana y Horacio eran montoneros. Horacio había estado antes en la JUP, la
JP y el Frente Sindical de la Organización 17 de Octubre. En 1975 él fue
detenido y asesinado, pero había engendrado con Liliana un hijo que nació en
1976. Su madre lo llamó también Horacio. Ella fue asesinada meses después en un
operativo del régimen en su casa de Villa Adelina, norte del Gran Buenos Aires.
El bebe fue llevado por personal policial a la Clínica Mayo y a la Brigada
Femenina de San Martín. El teniente coronel Hernán Tefzlaff lo entregó a la
asistenta de su casa. En 2002, el joven Horacio se acercó con dudas sobre su
identidad a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad. En 2003 conoció
quiénes habían sido sus padres.
Gustavo Godoy Ferreyra, la confesión antes de la muerte
Oscar era sindicalista en la fábrica donde trabajaba. Con Olga tuvo cuatro
hijos: Julio César en 1970, Cristián en 1972, Gustavo en 1973 y Javier en 1975.
Fueron secuestrados en 1978 en General Pacheco. Olga estaba embarazada. En 2000
Abuelas de Plaza de Mayo recibió a un joven que sabía que era hijo de desaparecidos
porque su apropiador le había confesado antes de morir que lo había ido a
buscar al regimiento de Campo de Mayo. Gustavo había sido inscripto en Paraguay
como hijo propio por el matrimonio de Gerardo Weil y Estela Flores Pujol. En
2003 los resultados de los análisis confirmaron que era hijo de Olga y Oscar.
Juan Cabandié, el ariete kirchnerista
Alicia y Damián fueron de la UES y la JP. Desaparecieron en 1977 en Buenos
Aires. La joven estaba embarazada de cinco meses y dio a luz en la ESMA con
asistencia del obstetra Jorge Luis Magnacco. A los pocos días, el niño fue
entregado al matrimonio de Luis Antonio Falco, policía federal, y Teresa
Perrone, que lo anotaron como hijo propio. En 2003 Abuelas de Plaza de Mayo
recibió una denuncia sobre el matrimonio Falco. Ese mismo año el joven se
acercó voluntariamente a Abuelas y a la Comisión Nacional por el Derecho a la
Identidad con dudas sobre su origen. En 2004 recuperó su identidad y desde
entonces ha militado en el kirchnerismo. En la actualidad es uno de sus
principales diputados en el Consistorio porteño. Cabandié ha declarado en el
juicio contra Falco por su apropiación. Describió su casa como una “comisaría”
policial. La hija natural de Falco apoyó a Cabandié. El agente fue condenado a
18 años de prisión.
Victoria Analía Donda, la diputada progresista
María Hilda y José pertenecían a Montoneros. En 1976 nació Eva, su primera
hija. En 1977 la pareja fue secuestrada. La pequeña Eva se encontraba al
cuidado de la abuela materna. María Hilda estaba embarazada de cinco meses y
dio a luz en la ESMA a una niña a la que llamó Victoria. El parto fue asistido
por el obstetra Jorge Luis Magnacco. En 2003 Abuelas de Plaza de Mayo recibió
una denuncia sobre el caso de una niña que había sido anotada como hija propia
por un miembro de las fuerzas de seguridad de apellido Azic, que había actuado
en la ESMA. Juan Antonio Azic está siendo juzgado ahora por el robo de bebés y
ya fue condenado por otros crímenes cometidos en la ESMA. Luego de varios meses
la joven llamada Analía decidió hacerse los análisis genéticos. En 2004
descubrió que su nombre era Victoria y se lo añadió. Ya entonces era militante
de izquierdas y se sumó entonces al kirchnerismo. En 2007 fue elegida diputada
nacional y después se alejó del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y se
integró en el Frente Amplio Progresista (FAP), que lidera el socialista Hermes
Binner. Su juventud, sus propuestas rupturistas y su empuje la ha convertido en
una de las figuras del FAP. Siempre ha preferido mantener en reserva su
relación con Azic y su esposa. A diferencia de ella, la otra niña apropiada por
Azic se resistió a hacer las pruebas de ADN. A su vez, su hermana Eva ha
participado de actos con militantes de derechas que exigen reparación por los
crímenes de las guerrillas en los 60 y 70, delitos que la justicia argentina
considera prescriptos y diferentes, por tanto, de los del terrorismo de Estado.
Pedro Nadal García, criado por un policía
Hilda militaba en el PRT-ERP. Con Jorge tuvo dos hijos: Carlos en 1974 y Pedro
en 1975. Jorge fue detenido por razones políticas en 1975. Hilda y Pedro
desaparecieron en 1976 en Quilmes, provincia de Buenos Aires. Carlos se
encontraba al cuidado de unos compañeros, que lo entregaron a sus abuelos
maternos. En 1979 Jorge se exilió en París, donde se reencontró con su hijo
mayor. El menor había sido inscripto como hijo propio por el policía Luis
Alberto Ferian. En 2003 Abuelas de Plaza de Mayo presentó la denuncia ante un
juez que ordenó la pericia genética. Pedro aceptó y en 2004 se confirmó su
identidad. Se reencontró con su padre y su hermano.
Leonardo Fossati Ortega, entregado por el coronel
Inés era de la UES y Rubén, de la JUP. Ambos desaparecieron en 1977 en
Quilmes. Ella estaba embarazada de siete meses. La joven pudo compartir con su
hijo menos de cinco días hasta que los guardias le anunciaron que "El
Coronel" quería conocerlo y que se lo entregaría a su familia biológica.
En 2004 un joven con dudas sobre su identidad y datos que certificaban que no
era hijo de quienes lo habían criado se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo. En
2004 se hizo los análisis y en 2005 los resultados confirmaron que era el hijo
de Inés y Rubén.
Sebastián José Casado Tasca, una causa judicial lo
mencionaba
Adriana, que había militado en la JUP, y Gaspar pertenecieron a Montoneros.
Desaparecieron en 1977 en Buenos Aires o La Plata. Ella embarazada de cinco
meses y dio a luz en cautiverio al bebe que planeaba llamar José. El niño fue
entregado por un oficial de la Fuerzas Armadas a un matrimonio allegado de
apellido Capitolino. Fue inscripto con una falsa partida de nacimiento. En 2005
el joven escribió a Abuelas de Plaza de Mayo consultando sobre una causa
judicial que lo mencionaba como posible hijo de desaparecidos. Se hizo los
estudios y en 2006 pudo confirmar que era hijo de Adriana y Gaspar. Sebastián
se añadió el nombre José.
Natalia Suárez Nelson Corvalán, los objetos prueban la
identidad
María Elena era de la JUP y Mario, de la Federación Universitaria de la
Revolución Nacional (FURN). Después se integraron a Montoneros. Secuestrados en
1977 en La Plata, la joven estaba embarazada de siete u ocho meses y pensaba
llamar Lucía a la beba. En 1985 Abuelas inició una causa a partir de denuncias
que aseguraban que un comerciante de La Plata tenía una niña anotada como
propia que podía ser hija de desaparecidos. Cuando el matrimonio fue citado por
la justicia dio un relato falso sobre el nacimiento de la joven y se opuso a
las pericias científicas. En 1986 se fugaron con la niña a Paraguay. En 2005 la
justicia ordenó análisis a partir de una petición de Abuelas. Ante la negativa
de la joven, se recogieron objetos personales de su domicilio para extraer
muestras de ADN. En 2006 se confirmó que era la hija de María Elena y Mario.
Éste es el primer caso en el que se determina la identidad de una hija de
desaparecidos por medio una medida judicial alternativa a la extracción de
sangre.
Alejandro Pedro Sandoval Fontana, una búsqueda incansable
Liliana comenzó su militancia en un movimiento llamado MESEP y Pedro, en la
Juventud Revolucionaria Peronista (JRP). Después se enrolaron en el FR-17.
Fueron secuestrados en 1977 en Caseros, noroeste del Gran Buenos Aires. La
joven estaba embarazada de dos meses y medio. Pensaban llamar Pedro al bebé.
Sus familiares lo buscaron sin descansar. Abuelas de Plaza de Mayo impulsó
denuncias judiciales que permitieron citar a un joven que podía llegar a ser el
hijo de la pareja. Había sido inscripto como hijo propio del exagente de
inteligencia de la Gendarmería Nacional Víctor Rei. El joven se negó a
comparecer y la justicia ordenó recoger objetos personales de su domicilio para
extraer muestras de ADN. En 2006, Alejandro pudo conocer su origen y a su
familia biológica.
Marcos Suárez Vedoya, el hijo en busca del padre
María Teresa y Hugo eran de la JUP y después de Montoneros. Hugo había
militado en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). En 1975 nació su
hijo Marcos en La Plata. En 1976 los tres desaparecieron. La familia de Marcos
comenzó a buscarlo en organismos del Estado, iglesias y hospitales. En 2006 se
presentó en Abuelas de Plaza de Mayo un joven interesado en conocer su
filiación paterna porque en el Registro Civil no figuraba ninguna información
sobre su padre. Los resultados de los análisis de ADN confirmaron que se
trataba del hijo de María Teresa y Hugo.
Pablo Casariego Tato, el hallazgo tras la fuga a Paraguay
Norma y Jorge militaban en la JTP. En 1977 fueron secuestrados en Buenos
Aires. La joven estaba embarazada de cinco meses y dio a luz un varón en el
Hospital Militar de Campo de Mayo. Desde 1984 Abuelas recibió denuncias sobre
dos niños presuntamente hijos de desaparecidos anotados como hijos propios por
el matrimonio de un médico del Ejército, Norberto Bianco, y Nilda Wehrli. En
1985 las Abuelas iniciaron acciones legales y en 1986, ante el requerimiento
judicial, se fugaron a Paraguay con los pequeños. En 2003 una hija de
desaparecidos se acercó a Pablo, que aceptó hacerse los estudios de sangre y
recuperó su identidad. En 2007 se oficializaron las pruebas.
Celina Manrique Terrera, una foto identificada por
televisión
Laura y Alfredo tuvieron en 1976 a Celina. Ambos eran montoneros. En 1977
desaparecieron tras partir de San Juan hacia Mendoza. En 2006 la Red por el
Derecho a la Identidad recibió un comunicado anónimo en el cual alguien decía
reconocer a la niña cuya fotografía había aparecido en una escena de una serie
televisiva sobre la apropiación de niños durante la dictadura. En 2007 se
reactivó la causa ya iniciada en relación a la desaparición y apropiación de
Rebeca. Frente a la evidencia presentada, el juez ordenó análisis genéticos a
una joven que finalmente era la hija de Laura y Alfredo.
María Belén Altamiranda Taranto, entregada a un
movimiento cristiano
Rosa y Horacio militaban en el PRT-ERP. Fueron secuestrados en 1977 en
Florencio Varela. Ella estaba embarazada de siete meses y parió en el Hospital
Militar de Campo de Mayo. Le dijo a una de sus compañeras de cautiverio que
había tenido una niña a la que pensaba llamar María Luján. La beba fue
entregada al Movimiento Familiar Cristiano, que a su vez la dio en adopción. Su
nueva familia la llamó María Belén. La joven siempre supo que era adoptada y en
2005 comenzó a buscar su origen. Se presentó en Abuelas de Plaza de Mayo y en
2007 descubrió que era la hija de Rosario y Horacio.
Evelin Bauer Pegoraro, anotada como hija de un marino
Susana fue de la JUP y la JP. Rubén, de la UES y la JTP. Ambos formaron
parte de Montoneros. En 1977 desaparecieron en Buenos Aires y La Plata,
respectivamente. Ella estaba embarazada de cinco meses. Dio a luz en la ESMA.
La niña fue entregada al matrimonio del exmarino Luis Vázquez Policarpo y su
esposa, Ana María Ferra, quienes la anotaron como hija propia. En 1999, Vázquez
Policarpo reconoció que recibió a la niña mientras desempeñaba tareas en un
edificio de la Armada. La joven se negó a someterse a análisis genéticos. En
2008 la justicia ordenó recoger objetos personales de su domicilio para extraer
muestras de ADN y así se conoció su verdadera identidad.
Milagros Castelli Trotta, siempre buscada y un día
encontrada
María Teresa y Roberto eran montoneros. Desaparecieron en 1977 en el oeste
de la periferia bonaerense. La joven estaba embarazada de seis meses y medio y
parió en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Sus familiares siempre la
buscaron. En 2008, los resultados de los análisis genéticos confirmaron que una
joven dada en adopción por el Movimiento Familiar Cristiano era la hija Roberto
y María Teresa. Milagros pudo reencontrarse con sus parientes biológicos. Este
caso confirmó que este movimiento entregaba irregularmente niños sin investigar
el paradero de su familia de origen.
Jorge Goya Martínez Aranda, un niño nacido en España
Francisco militó en el Movimiento Nacionalista Tacuara, en la JP y en
Montoneros. Se exilió en México y allí conoció a María Lourdes, afiliada al
Partido Comunista de su país. En 1979 la pareja se fue a España y allí nació su
hijo Jorge. Los tres fueron secuestrados en 1980 en Argentina. La búsqueda del
niño cobró fuerza por una denuncia hecha ante el Equipo Argentino de
Antropología Forense. Así se pudo hallar al joven, que en 2008 recuperó su
identidad.
Alejandra Cugura Casado, en una familia escurridiza
Olga y Juan Oscar militaban en Montoneros. Ambos desaparecieron en 1977.
Ella estaba embarazada de siete meses. Las familias de Olga y Juan Oscar
dejaron sus muestras de sangre en el Banco Nacional de Datos Genéticos que se
creó en la democracia. Entre 1985 y 2000, Abuelas recibió varias denuncias
acerca de un matrimonio que tenía una niña anotada como hija propia y que podía
ser hija de desaparecidos. La localización de la joven no fue fácil ya que la
familia apropiadora solía mudarse con frecuencia. La filiación de la joven pudo
establecerse luego de que un juez ordenara un allanamiento para extraer
muestras de ADN. En 2008, Alejandra supo que era la hija de Juan Oscar y Olga.
Laura Catalina de Sanctis Ovando, una carta reveladora
Miryam estuvo en la JUP y en la JTP. Con su pareja, Raúl, se integró a
Montoneros. Ambos desaparecieron en 1977. Miryam estaba embarazada de seis
meses. Por una carta que recibió su familia se supo que la joven había dado a
luz una niña a la que llamó Laura. La búsqueda de la niña comenzó en 1982.
Abuelas comenzó a trabajar el caso a partir de denuncias que daban cuenta de
una joven que había sido anotada como hija propia por un militar y podía ser
hija de desaparecidos. Un juez ordenó que se tomaran las medidas necesarias
para dar con el paradero de la joven y que se le extrajeran objetos personales
para conocer su identidad. En 2008, la justicia confirmó que Catalina era la
hija de Raúl y Miryam y había nacido en el Hospital Militar de Campo de Mayo.
La joven incorporó el nombre de Laura.
Federico Cagnola Pereyra, los HIJOS lo encontraron
Liliana y Eduardo militaron en la JUP y Montoneros. En 1977 fueron
secuestrados en Mar del Plata. Ella estaba embarazada de cinco meses y dio a
luz en Buenos Aires, en la ESMA, a un niño llamado Federico. En 1981, las
familias de Liliana y Eduardo denunciaron la desaparición de los dos, con ella
embarazada. Años más tarde, llegaron a Abuelas denuncias sobre un matrimonio
que tendría en su poder un posible hijo de desaparecidos. Esta asociación e
HIJOS, el colectivo de descendientes de desaparecidos, dieron con el paradero
de Federico. Un juez ordenó tomar muestras de ADN de las pertenencias del
joven. En 2008 se obtuvieron los resultados.
Sabrina Valenzuela Negro, los mellizos separados al nacer
Raquel militó en la JP, en el Movimiento Villero Peronista (MVP), en la
Agrupación Evita y en las FAR. Tulio, en la Juventud del Partido Bloquista de
San Juan y en la organización ARP de la Facultad de Derecho. Después ambos
confluyeron en Montoneros. En 1978 desaparecieron en Mar del Plata. Raquel
estaba embarazada de siete meses de mellizos, una niña y un niño. Las fuerzas
de seguridad abandonaron a la pequeña en la puerta de un convento y fue dada en
adopción a la familia Gullino. Esta información pudo obtenerse a partir de una
causa iniciada en 2005. En 2008, una joven que dudaba de su identidad se
presentó en Abuelas y las pericias demostraron que era hija de Raquel y Tulio.
Su hermano mellizo continúa desaparecido.
Bárbara García Recchia, del catolicismo a la guerrilla
Beatriz y Antonio pasaron de los grupos católicos a la militancia en los
barrios y en Montoneros. Fueron secuestrados en Villa Adelina en 1977. Junto
con ellos se encontraba su pequeña hija Juliana, que fue entregada a su abuela
materna. Pero Beatriz estaba embarazada de cinco meses de otra niña. La beba
nació en el centro clandestino de detención de Campo de Mayo. Sus familiares y
Abuelas de Plaza de Mayo la buscaron siempre. La asociación inició una causa
para conocer el origen de una joven que podía ser hija de desaparecidos. Una
juez pidió análisis genéticos en 2009 y comprobó que era la hija de Beatriz y
Antonio.
Martín Amarilla Molfino, la segunda es la vencida
Marcela y Guillermo comenzaron su militancia en el Peronismo de Base,
después pasaron a la JP y finalmente, a Montoneros. Guillermo también había
pertenecido al Integralismo de Resistencia, capital de la provincia norteña de
Chaco. Tuvieron tres hijos: Mauricio en 1975, Joaquín en 1977 e Ignacio en
1978, en este caso durante el exilio de la pareja en Francia. Volvieron a
Argentina en 1979 y toda la familia fue secuestrada. Marcel se encontraba
embarazada de un mes. Los tres niños fueron devueltos a su abuela paterna en
Resistencia. En el momento del secuestro, la familia desconocía que Marcela
estaba embarazada. El cuarto hijo de la pareja comenzó su propia búsqueda en
2007 porque dudaba de su identidad. Se hizo los análisis en el Banco de Datos
Genéticos, pero como el embarazo de su madre no había sido denunciado se le
comunicó que su perfil genético no coincidía con ninguna de las familias
registradas. En 2009 se presentó ante la Secretaría de Derechos Humanos una
sobreviviente de Campo de Mayo que relató que Marcela había dado a luz un niño
en ese centro clandestino de detención. Fue así que el Estado se comunicó con
las familias Marcela y Guillermo para pedirles muestras de ADN. Fue así que se
cruzaron pruebas y se descubrió que aquel joven que dudaba de su identidad era
el hijo de aquella pareja. Martín pudo así encontrarse con sus hermanos.
Matías Espinosa Valenzuela, un encuentro en la
clandestinidad
Tulio, el padre de Sabrina Valenzuela Negro, había tenido antes otro hijo
con Norma, también militante de montonera. La pareja se separó cuando ella
había quedado embarazada. Norma dejó la guerrilla y tuvo a su hijo Matías en
1976 en Lomas de Zamora, sur del Gran Buenos Aires. Cuando tenía seis meses
organizó un encuentro con Tulio para que conociera a Matías. Como Tulio estaba
en la clandestinidad, el niño no pudo ser inscripto con el apellido de su
padre. Matías se crió con su madre y sus abuelos maternos. De adolescente se
acercó por primera vez a Abuelas para conocer más de su padre y allí le
facilitaron el contacto con sus tíos paternos en San Juan.
Francisco Madariaga Quintela, sus dos apropiadores en el
banquillo
Silvia y Abel era montoneros. Ell fue detenida en Florida, zona norte del
Gran Buenos Aires. Estaba embarazada y dio a luz en el Hospital de Campo de
Mayo en 1977. Llamó Francisco a su bebe. Abel se exilió en Suecia y México,
hasta que en 1983, con el regreso de la democracia, volvió a Argentina y se
incorporó a Abuelas. Francisco se acercó a esta asociación en 2010 bajo el
nombre de Alejandro Gallo. Desde hacía mucho tiempo tenía dudas sobre su
identidad por lo que decidió preguntar a la mujer que decía ser su madre, Inés
Colombo, si tenía información sobre su origen. Colombo, acusada en el actual
juicio por el robo de bebes, le confesó que lo habían traído de Campo de Mayo y
que había posibilidades de que fuera hijo de desaparecidos. El joven llevó a
Colombo a Abuelas y allí ella manifestó que su exesposo, Víctor Gallo, era
oficial de Inteligencia del Ejército. Francisco acudió al Banco Nacional de
Datos Genéticos, descubrió su identidad y se reencontró con su padre. Víctor
Gallo también está imputado por el robo de bebés.
Ezequiel Rochistein Tauro, de negarse a las pruebas a
alegrarse por la verdad
María Graciela militó en la JUP y después, con Jorge, en Montoneros. Fueron
secuestrados en 1977 en Hurlingham, zona oeste del Gran Buenos Aires. La joven
estaba embarazada de cuatro meses y medio. En la ESMA dio a luz en 1977 a un
varón bajo la asistencia del médico militar Jorge Luis Magnacco. La
investigación que permitió encontrar al hijo de Graciela y Jorge comenzó hace
varios años a partir de la denuncia de un represor. El niño había sido
inscripto como hijo propio de un integrante de los grupos de tareas de la
Fuerza Aérea. Abuelas de Plaza de Mayo inició las acciones judiciales para
avanzar en la investigación. Ante la negativa del joven a someterse a pruebas,
la asociación presentó el caso en la Corte Suprema, que se expidió en contra de
la extracción obligatoria de sangre y a favor de medidas alternativas para
obtener muestras de ADN. Un juez ordenó un allanamiento para recoger objetos
personales del joven, pero se cometieron irregularidades en la toma de las
muestras. Después pidió una requisa imprevista de ropa del joven. En 2010 se
conoció su identidad. Ahora ha declarado que está satisfecho con haberla
recuperado.
María Pía Klotzman Barral, entregada por un juez
cuestionado
Cecilia y Ricardo militaban en el PRT-ERP. Fueron secuestrados en 1976 en
Rosario. La joven estaba embarazada de nueve meses. La pequeña recién nacida
fue entregada en adopción por el juez Luis Vera Candiotti, recientemente
procesado por la supresión de identidad de otra joven. El caso de María Pía
llevaba varios años en la justicia federal. Finalmente en 2011 comenzaron los
estudios comparativos en el Banco de Datos Genéticos y se conocieron los
resultados.
Laura Reinhold Siver, un abrazo tan esperado
Susana y Marcelo militaban en la JUP y en Montoneros.
En1977 ambos fueron secuestrados. Susana estaba embarazada de cuatro meses. En
el Hospital Naval nació su hija Laura. En 1982, la madre de Marcelo y suegra de
Susana se acercó a Abuelas para denunciar la situación. En 2011 una joven que
siempre había tenido dudas sobre su identidad hizo los análisis y así fue que
pudo reencontrarse con su familia que la buscaba desde hace tanto tiempo.
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