El tren descarrilado el domingo en México sufre accidentes similares una o
dos veces al año, denuncia Alejandro Soladine, fundador de un albergue de esta
ruta migratoria
Señalan el robo de piezas de la vía y la falta de mantenimiento como
posibles causas del accidente
A los secuestros y robos que sufren los migrantes, se suma una nueva
práctica: pagar 100 dólares por tramo.
Lydia Molina 28/08/2013 - 20:23h eldiario.es
No es la primera vez que descarrila "La Bestia", el tren de carga
en el que recorren México los migrantes, centroamericanos en su mayoría, que
quieren cruzar a EEUU y en el que el domingo murieron nueve
personas y una veintena resultaron heridas. El convoy ya sufrió
un accidente similar en marzo y un par más el año pasado y el anterior. Lo
recuerda Alejandro Solalinde, sacerdote y fundador del albergue Hermanos del
Camino de Ixtepec, lugar al que acuden habitualmente las personas que realizan
esa ruta migratoria. Poca gente ha convivido como él con la realidad de quienes
cada día se suben a sus vagones. Y por eso, porque conoce la
"indiferencia" que rodea a este asunto, denuncia que " si no
hubiese habido muertos, habría pasado desapercibido. Generalmente, desde el
Gobierno minimizan las informaciones y no se cuentan las cosas como son. Eso
sí, en los medios de comunicación el tema está más visible que antes",
reconoce el sacerdote, en una conversación telefónica con el eldiario.es.
Solalinde afirma que el accidente del domingo fue provocado por tres
factores: el robo de clavos y placas que aseguran las vías por las que
pasa el tren, confirmado por
las autoridades mexicanas, por el que reclama una investigación que
aclare "quiénes fueron y por qué"; las lluvias que ablandaron la
tierra ya de por sí húmeda por la cercanía de un pantano; y la falta de
mantenimiento que sufre el camino. "Hay un total descuido. Muchas de las
maderas están podridas y eso facilita que ocurran este tipo de
acontecimientos".
Los datos oficiales hablan de quince heridos trasladados al hospital, pero
el sacerdote cree que habría muchos más, teniendo en cuenta la cantidad de
gente que viaja habitualmente en el tren y que volcaron ocho de los doce
vagones, en los que viajaban unas 200 personas, según datos oficiales. "No
sabemos su gravedad, probablemente leve, pero muchos han preferido seguir el
camino y no detenerse porque saben que serían repatriados inmediatamente".
El equipo de su albergue ha avisado a otros centros, que salpican los
alrededores de la vía por la que transcurre el convoy, para que estén
preparados. Mientras, intentan dar apoyo a quienes se ponen en contacto desde
otros países pensando que sus familiares podrían haber ido en el tren
descarrilado. " Llaman principalmente de Honduras (de donde
procedían las seis personas muertas en el accidente) e intentamos pasarle toda
información posible, pero nuestra capacidad es limitada".
La espiral de violencia contra los migrantes va a más, admite Solalinde.
" El migrante es una mercancía sometida a extorsiones, robos y
secuestros durante el camino. Ahora, además, se ha impuesto una nueva práctica:
pedirle cien dólares por cada tramo que recorren en el tren y, si no los
tienen, los tiran. A algunos los matan, otros tienen la suerte de caer en
blando y solo resultan heridos, otros son mutilados", denuncia el
sacerdote que ha sido en varias ocasiones agredido, e incluso detenido, señalar
a grupos criminales y acusar a las autoridades de pasividad y complicidad. Solo
entre abril y septiembre de 2010, 11.000 migrantes fueron secuestrados en
México, según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
de ese país. "El Gobierno es muy consciente de lo que está sucediendo pero
ha abandonado su responsabilidad de proteger a estas personas".
El albergue Hermanos del Camino de Ixtepec es un oasis en mitad del
trayecto. Un lugar para descansar, sin preguntas, sin papeles, sin temor a ser
detenidos. Lo más parecido a un hogar que pueden encontrar. Allí reciben
atención integral. "Ofrecemos asistencia humanitaria, defensa de sus
derechos, apoyo psicológico y espiritual, comunicación con sus familias e
información sobre el camino. También trabajamos la incidencia política para
exigir leyes más justas". Solalinde defiende la creación de un visado
humanitario con el cual los migrantes de Centroamérica y Sudamérica podrían
permanecer 180 días en territorio mexicano, tiempo suficiente para llegar a
EEUU. "No estarían obligados a viajar en tren. Podrían hacerlo por otras
vías más seguras, como los camiones". La medida fue
anunciada en 2011 por Felipe Calderón, entonces presidente del
Gobierno, pero finalmente no llegó a desarrollarse.
Desde sus comienzos en 2007, el centro ha crecido hasta
ocupar 16.000 metros cuadrados en los que los migrantes pueden acceder a una
cama, bliblioteca, capilla, sala de juegos y una granja. El tiempo máximo que
pueden permanecer en él son tres días "porque no es un hostal, es un lugar
para viajeros en tránsito". En su página web,
comparten muchos de los consejos que dan a quienes llegan a sus instalaciones:
dónde deben subir o bajar del tren, dónde ubicarse para respirar mejor en los
túneles, recomendaciones para no caer, las rutas menos peligrosas, el tipo de
personas en las que no deben confiar, ect. En esencia, un mapa de lo que
encontraran en el camino y de qué pueden hacer para que el trayecto sea lo más
seguro posible. "Son personas que han salido forzadas de sus casas y de
sus países porque no hay trabajo y no hablemos ya de calidad de vida. Nosotros
tratamos de avisarles de que lo que hay en el norte (de México) es peor. Les
hablamos de los secuestros, les explicamos que ponen en juego su vida, pero nos
dicen que, para morir en sus lugares de origen, mejor morir intentando
llegar al norte. Y seguirán viajando y buscando nuevos rincones para
conseguirlo".
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