mércores, 4 de setembro de 2013

Memoria de una masacre indígena


Por: Fernando Gualdoni | 30 de mayo de 2013
Esta semana en Brasil sucedió un hecho clave para su historia. Tras 45 años perdido o creído extinto, reapareció un tristemente célebre informe sobre las atrocidades cometidas contra los indígenas de Brasil entre los años cuarenta y sesenta por parte de los terratenientes y el propio Servicio de Protección Indígena (SPI).
El conocido como Informe Figueiredo, presentado en 1967 por el fiscal Jader de Figueiredo Correia, describe las torturas, los robos de tierras, los envenenamientos, las violaciones y el genocidio de las tribus indígenas. Algunas de estas comunidades desaparecieron o quedaron al borde de la extinción. Cuando se hizo público el documento de 7.000 páginas hubo un gran revuelo internacional por las brutalidades que describía. Dio pie a una investigación que acabó con 134 funcionarios acusados de cometer más de un millar de crímenes de toda índole. Apenas una cuarentena fueron destituidos y ninguno fue a prisión.
Poco después de salir a la luz, el informe supuestamente quedó destruido en un incendio. Se achacó a la dictadura una maniobra para hacer desaparecer el documento, en un intento de echar tierra sobre el escándalo y de paso lavar la imagen de muchos latifundistas aliados del régimen. Sin embargo, 45 años después el texto fue hallado en el Museo del Indio de Brasil.
Entre las atrocidades recogidas en el informe, se describe la “masacre del paralelo 11”, en la que se arrojó dinamita desde un pequeño avión sobre una comunidad de indígenas Cinta Larga. Treinta indígenas murieron, y solo dos sobrevivieron para contarlo. También se da cuenta del envenenamiento de cientos de indígenas con azúcar mezclada con arsénico, y brutales métodos de tortura como aplastar lentamente los tobillos de las víctimas con un instrumento conocido como el “tronco”.
En 1969, en un artículo titulado Genocidio que apareció en el Sunday Times británico, el cronista Norman Lewis escribió: "Desde el fuego y la espada al arsénico y las balas: la civilización ha enviado a seis millones de indígenas a la extinción". El artículo motivó a un pequeño grupo de personas a fundar Survival International ese mismo año. De acuerdo con la ONG Survival, el informe será considerado por la Comisión Nacional para la Verdad de Brasil, que investiga las violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar entre 1946 y 1988.

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