xoves, 17 de outubro de 2013

La mala vida de una buena madre


Por: Tereixa Constenla | 20 de septiembre de 2013

El primer cómic de Gemma Sesar empieza así: "28-01-2012. Sábado. Otra vez sin chica. Me he pasado todo el día en la cama, con fiebre, dolor de cabeza y sudando una barbaridad (esto último seguro que adelgaza, o elimina toxinas, o ventila el cuerpo, así que está bien). Baldo se ha encargado de la casa y de los niños, que hoy parecía que tenían la solitaria porque han hecho un camino de su habitación al cajón de las galletas".
Gemma Sesar es la directora de El Patito Editorial, un pequeño sello dedicado al cómic y los libros ilustrados radicado en Santiago de Compostela, la autora del blog Vida de Madre y la madre de Olivia y Antón, de cuatro y tres años. También es la pareja de Fausto y la amiga de Marta y... en realidad no tiene tiempo para ser nada de esto último y ha de conformarse con ser, esencialmente, madre y empresaria en crisis.
En 2010 estrenó un blog sobre esa nueva identidad -la maternal- que ha engullido a casi todas las demás. Todos tienen una teoría de la maternidad que a menudo choca con la que posee cada madre. Sesar se siente distinta aunque está hermanada con todas las madres trabajadoras del mundo por algo común: ir corriendo detrás de la vida con la lengua fuera. ¿Cómo? Café y renuncias. "Desde hace cuatro años, primero soy madre, luego empresaria y, finalmente, si sobra algo de tiempo, soy mujer. Soy buena madre, aunque cometa al día cientos de errores; aunque no sea la madre que nos quieren vender los psicólogos, estudiosos, libros de autoayuda, abuelas perfectas y madres delicadas", escribe en la introducción a la obra.
Vida de madre (El Patito Editorial, con versión en gallego y castellano) es el título del cómic que recoge las experiencias de Sesar en el que ella pone el guion, Ramón Marcos las ilustraciones y Jorge Castelli el color. Es la historia de dos niños felices -los hijos- y dos adultos sobrepasados -los padres- que tienen que mantener todos los malabares de la vida en el aire procurando que ninguno se rompa.
Gemma pasa por sucesivas fases. Cae en la trampa de la superheroína que puede con todo tras encadenar fallidas experiencias de asistencia doméstica. Enferma, se concede treguas, finalmente admitirá ante sí misma que necesita ayuda en la casa y en un momento delicado se romperá su fuerza en mil añicos. Porque todo lo anterior ocurre simultáneamente en la vida de una empresaria que, en 2012, es desgarrada por la crisis. Y que debe repensar cosas, idear iniciativas, defender proyectos, esto es, que necesita la vehemencia y la energía de un titán justo en un momento en que dos felices criaturas se la succionan por completo. Vida de madre parece un cómic sencillo pero aborda algo tan complicado como la vida de una madre empresaria que no desea renunciar a ninguna de las dos cosas. Y que no tendría por qué hacerlo.
Y es, lo haya pretendido o no su autora, un tebeo de denuncia social: una prueba más del agujero de las políticas de igualdad y conciliación que existen en este país para contribuir a que las mujeres tengan hijos -algo muy interesante para la madre en particular y el futuro de la sociedad en general- y facilitar al tiempo que las mujeres tengan vidas... profesionales.

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