Las tasas de desempleo de las mujeres con respecto a las
de los hombres son más altas ahora que antes de la crisis económica y
financiera mundial.
Una situación que no se prevé que mejore hasta el año
2017.
"Incluir a las mujeres en el mercado laboral para
recuperar la Economía no es solo lo correcto sino que es lo más
inteligente", aseguró Michelle Bachelet.
EFE. 11.12.2012 - 15.07h
Las tasas de desempleo de las mujeres con
respecto a las de los hombres son más altas ahora que antes de la crisis
económica y financiera mundial, una situación que no se prevé que mejore
hasta 2017, según denuncia un informe de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) presentado este martes.
El informe, Tendencias Mundiales del Empleo de las
Mujeres 2012, analiza las desigualdades de género en materia de
desempleo, empleo, participación de la fuerza de trabajo, vulnerabilidad, y
segregación sectorial y profesional. Hasta 2007, las diferencias entre el número
de mujeres que tenían un empleo y el de hombres se habían atenuado con
respecto a la década de los noventa, una tendencia que se revirtió entre 2008 y
2012.
En el lustro de 2002 a 2007 la tasa de desempleo
femenina se situó en 5,8 % y la masculina en 5,3 %. Esta disparidad de un 0,5 %
se incrementó hasta el 0,7 % en 2012, dado que la crisis ha destruido 13
millones de empleos para las mujeres, revela el texto. La crisis empeoró las
disparidades de género en el desempleo en todas las regiones del mundo
sin tener en cuenta si éstas fueron el centro o no de la debacle económica.
"Las disparidades existían antes de la crisis y
ésta no ha hecho más que exacerbarlas. Ahora más que nunca debemos integrar
a la fuerza laboral femenina al mercado de trabajo", señaló en rueda
de prensa al presentar el informe la directora ejecutiva de ONU Mujeres,
Michelle Bachelet.
El texto revela que la crisis también afectó a los
porcentajes de crecimiento del empleo de las mujeres, históricamente mayores -un
1,8 % de las féminas respecto al 1,6 % para los hombres- situándolos un 0,1
% por debajo de los de sus pares masculinos y sin proyecciones de mejorar hasta
2017. Pero no sólo la cantidad de empleos para las féminas ha disminuido, sino
que la calidad también ha retrocedido.
En 2012, la proporción de mujeres que tenían un
empleo vulnerable (trabajadoras familiares no remuneradas y trabajadoras
por cuenta propia en contraposición a las asalariadas) es del 50 %, mientras
que la de los hombres se sitúa en el 48%. Otro de los problemas es que las
mujeres siguen estando segregadas profesionalmente, dado que sigue
habiendo barreras para que accedan a cierto tipo de trabajo.
En 2012, a nivel mundial, un tercio de todas las
mujeres estaban empleadas en la agricultura, cerca de la mitad en
servicios (básicamente sanidad y educación) y un sexto en la industria.
"No puedo creer que con todos los retos económicos
que tenemos por delante no se entienda que no se puede obviar a la mitad de la
población. Las mujeres no son la solución por si solas, pero tienen que ser
parte de la solución", afirmó Bachelet. Ante esta situación, el informe
enumera una serie de directrices políticas que ayuden a disminuir las
disparidades de género.
Una de ellas es la mejora de las infraestructuras
en el campo para ayudar a las mujeres de los medios rurales (electricidad,
agua corriente, saneamiento, transporte).
Otra es suministrar servicios de cuidado a menores y
a ancianos, "porque estas tareas recaen especialmente en las mujeres
que se ven obligadas a abandonar o delegar sus trabajos para cuidarlos. Deben
desarrollarse subsidios, armonizar horarios de trabajo, crear sistemas públicos
de asistencia, esto no sólo incrementará la participación femenina, sino que
reducirá el absentismo", agregó Bachelet.
Otras sugerencias son equilibrar la división del
trabajo remunerado y no remunerado entre mujeres y hombres, principalmente
a través de programas que promuevan la repartición de las responsabilidades
familiares. Asimismo, el informe promueve un sistema fiscal que garantice que
los impuestos no creen desincentivos para las familias con dos fuentes
de ingresos.
Fomentar los permisos de paternidad
Sin olvidar la necesidad de establecer medidas
dirigidas a eliminar el impacto negativo de la interrupción de la
actividad profesional a través de una licencia de maternidad remunerada y del
derecho a regresar al mismo puesto de trabajo, reza el texto. "Se tienen
que fomentar los permisos de paternidad, y los trabajos a media jornada de
los padres" -señaló la ex presidenta chilena, que también defendió las
cuotas.
"Las cuotas y otras medidas especiales
transitorias son esenciales para abrir puertas y dar espacio, tanto en
política como en la empresa. Está demostrado que las empresas cuyos consejos de
dirección tienen al menos 40 % de mujeres obtienen mejores resultados. No es
por nada que España, Francia o Italia lo han incorporado".
Finalmente, la realización de campañas
de sensibilización para cambiar los estereotipos de género y para
garantizar la implementación de la legislación contra la discriminación. "Incluir
a las mujeres en el mercado laboral para recuperar la Economía no es solo
lo correcto sino que es lo más inteligente", concluyó Bachelet.
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