El espacio digital Mujer y Memoria arranca la narración de la
memoria histórica de la mujer del siglo XX en España con su primer proyecto, Madres
e Hijas de la Transición Española.
Un archivo audiovisual refleja la "magnitud y celeridad" del tránsito
inconcluso hacia la igualdad de género desde mujeres educadas bajo el nacional
catolicismo al "concepto radicalmente diferente" que trajo la
democracia.
"¿Y en aquellos tiempos se hacían abortos?", preguntan en uno de
los 39 diálogos entre madres e hijas, y es que "a mi generación no
le resulta fácil ponerse en los zapatos de nuestras madres", apunta la
directora de la iniciativa, Aránzazu Borrachero.
Juan Miguel
Baquero 16/02/2014
– el diario.es
"Pero si yo no tengo nada que contar". Con esa frase, casi un
mantra, comienzan las entrevistas del proyecto Madres e Hijas de la Transición
Española, primer trabajo del espacio digital Mujer y Memoria. Luego,
según los 39 diálogos que alberga su archivo audiovisual, hay mucho que narrar.
Tanto como los cambios sociales, culturales y políticos de las últimas décadas,
la memoria histórica de las mujeres españolas del siglo XX.
"A mi generación no le resulta fácil ponerse en los zapatos de
nuestras madres", confiesa la directora de la iniciativa, Aránzazu
Borrachero Mendívil. Para facilitar el proceso empático aparecen estas
historias orales, conversaciones familiares donde son las hijas quienes
entrevistan a sus madres para legar relatos de vida que tratan aspectos clave
como educación, trabajo, derechos reproductivos, sexualidad, matrimonio… Mujer y Memoria
subraya su página web con una cita de Gerda Lerner (feminista e
historiadora, autora de La creación del
patriarcado): "A pesar de los cientos de años de
discriminación y olvido, las mujeres han insistido en que tienen una
historia".
Pregunta: "Oye ama, ¿y en aquellos tiempos se hacían
abortos?". Respuesta: "¡Jesús! A punta pala, había una
enfrente de mi casa que cuando veíamos que subía una un poco rara –se arruga la
falda– decíamos, ya va a casa de fulana a hacer un aborto, hasta que la cazó la
policía". ¿Otros tiempos? Otro testimonio: "Días antes de la boda le
pregunto a mi madre qué tengo que hacer. Me dio un guantazo y me dijo: eso se
aprende sobre la marcha y te voy a decir sólo una cosa, que tu marido jamás te
vea desnuda". Una época de prohibiciones.
Varias generaciones de mujeres españolas fueron educadas bajo el corsé del
"sumisa, entregada y devota" de la moral nacional católica del
franquismo. Las siguientes, sus hijas, pasaron a pelear la igualdad de género y
la ruptura con el patriarcado. Son conceptos vitales antagónicos sin ultimar,
con la punta del iceberg en la reforma propuesta para la ley del aborto y la base
en el machismo cotidiano. La
transformación, aún inconclusa, del papel de la mujer.
El registro audiovisual
de Madres e Hijas de la Transición Española –acumula casi 60
horas de grabación y 31 entrevistas subidas a la web– es ahí una fuente abierta
y un muestrario de similitudes y diferencias. Participan mujeres nacidas antes
de 1955 y sus hijas, entre 1950 y 1980, de Andalucía, Aragón, Asturias,
Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco y
Valencia. La idea es incorporar testimonios de otras provincias y percibe como
vías por explorar el desarrollo de documentales temáticos y volúmenes de
ensayos.
"El formato permite la exploración del cambio generacional en un
contexto en que entrevistada y entrevistadora están unidas por un vínculo
afectivo". Aránzazu Borrachero contesta a eldiario.es/andalucia
desde Nueva York (EEUU), donde es profesora del departamento de Lenguas y
Literaturas Extranjeras del Queensborough
Community College, ( City University
of New York, CUNY), que, junto con el Professional Staff Congress (Sindicato de
Profesores de CUNY), ayudó con fondos para iniciar el proyecto. El equipo Render de gestión digital
del patrimonio intangible se ocupa de la asesoría y aspectos técnicos del
trabajo. Además, aportaron imágenes el Archivo Regional
de la Comunidad de Madrid y el Archivo Histórico de la Fundación Francisco Largo Caballero.
Asociaciones como el Club de Amigos de la Unesco de Madrid
(CAUM) y la Asociación de Memoria Social y
Democrática (AMESDE) ayudaron a difundir la iniciativa.
La génesis de Mujer y Memoria, cuenta, es una respuesta al asalto,
desde los derechos adquiridos, de preguntas cómo "cuán determinante habrá
sido para nuestras madres crecer y hacerse adultas en la atmósfera envolvente y
con pocas fisuras que representaba el discurso del nacional catolicismo sobre
la mujer". Si eran conscientes de las limitaciones impuestas, del grado de
libertad personal restante. "¿Qué sienten ahora al mirar atrás?".
Madres que navegaron desde un contexto desfavorable "las aguas del
cambio, con inteligencia y sorprendente flexibilidad", a una sociedad
"mucho más libre". E hijas que, al entrevistarlas, cruzan la brecha
generacional sobre la empatía y el reconocimiento. Esa paradigmática
"magnitud y celeridad" transformadora responde a un contexto político
e histórico específico: "el franquismo, que con su ideal de mujer sumisa,
entregada y devota penetró profundamente en la sociedad, respaldado por un
importante aparato legislativo, propagandístico y religioso".
La "transición democrática" trajo la "generalización de un
concepto de mujer radicalmente diferente". Igualdad de género frente a la
atadura sistémica del régimen dictatorial. Mujer y Memoria aporta
"una comprensión más profunda acerca del funcionamiento de los roles de género
dentro de los procesos de transición política". En las entrevistas, señala
su directora, es generalizada una respuesta inicial: "pero si yo no tengo
nada que contar", que da paso al flujo informativo que constata, desde las
mejores "oportunidades" actuales, "que el cambio no se ha
completado".
En estos diálogos, la política se asocia al
"silencio producido por el miedo y el trauma" que contrasta con la
"satisfacción" posterior de sentirse con "voz y voto". El
deseo de "más y mejor acceso a la educación" es otro espacio
recurrente. ¿Y el sexo? "Abordan el tema con naturalidad". Y resulta
"inesperado", apunta Aránzazu Borrachero, pues suponía "un tabú
inquebrantable que las condenaba a la ignorancia total, aún de adultas".
Ya en 1971 comenzaba así una canción de Mari Trini versionada
por Rita Souling Band para
el proyecto: "yo no soy esa que tú te imaginas, una señorita tranquila y
sencilla" ( Yo no soy
esa, del álbum Escúchame).
Ningún comentario:
Publicar un comentario