El documental ‘Memorias de las cenizas’
reconstruye el horror que sufrieron los casi 1.500 andaluces deportados a los
campos de extermino nazis, a través de los testimonios de cinco supervivientes
y familiares
AMINA NASSER / Granada / 28 Ene 2014
eldiario.es
“Nos
metieron en un tren sin saber adónde íbamos… Teníamos dos caminos, Franco o
Hitler… Nos metieron en vagones cerrados, como animales, y por la noche, nos
llevaron a Mauthausen”. Así narraba Alfonso Cañete Jiménez, ya fallecido,
(Montalbán, Córdoba, 1920-Ivry-sur-Seine,Francia, 2013), cómo fue deportado al
campo de concentración nazi después de haber sido apresado por los alemanes en
la II Guerra Mundial. Su testimonio forma parte del hilo argumental del
documental Memoria de las cenizas: andaluces en los campos nazis, una
historia dedicada a las víctimas olvidadas del nazismo: los deportados
republicanos.
El libro-documental, presentado en la
Biblioteca de Andalucía (Granada), reconstruye la historia escasamente
divulgada del horror que sufrieron los andaluces recluidos en los campos de
exterminio nazis. Lo hace a través de los relatos de cinco supervivientes y
familiares de víctimas. Casi 1.500 andaluces fueron detenidos por los nazis y
deportados a campos de extermino. Formaban parte de los 10.500 reclusos
republicanos que los fascistas iban deteniendo por las zonas ocupadas. Muchos
fueron deportados a los campos de Mauthausen (Austria), de donde no saldrían
con vida. Sólo un tercio logró sobrevivir al ‘infierno’.
Memoria de las cenizas relata con toda la crudeza el drama de
los deportados a través de los testimonios de cinco andaluces: Juan Camacho
(Gádor, Almería), Eduardo Escot (Olvera, Cádiz), José Marfil (Málaga),
Francisco Ortiz (Santiesteban del Puerto, Jaén), y Alfonso Cañete. Tres ya han
fallecido. Los otros dos son nonagenarios que siguen en el ‘exilio’. “La
chimenea de Mauthausen estaba siempre humeando… olía a carne quemada”, cuenta
José Marfil. Su padre fue el primer español que murió en Mauthausen, según
cuenta él mismo en el audiovisual. “Allí no había vida”, dice Eduardo Escot, el
deportado número 1515. “Te tenías que hacer fuerte”, insiste, mientras muestra
la chaqueta a rayas de preso.
En la cinta también hablan familiares
de reclusos que murieron en los campos de concentración. Son las otras víctimas
del nacismo, como María Gálvez, hija de un deportado de Zujaira (Granada),
también protagonista del documental. Cuando tenía trece o catorce años, se
enteró de que su padre, Juan Gálvez, había muerto en Mauthausen. Era uno de los
diez prisioneros que murieron en los campos nazis procedentes de la misma
localidad granadina, donde en la década de los 80 se levantó un obelisco en
memoria de los deportados. “Desde que supe lo de mi padre, siempre quise ir al
lugar donde murió”. Hace unos años pudo cumplir su deseo. Se fue a Mauthausen.
“Ya me puedo morir tranquila, que ya lo he visto”, dice.
Ni los supervivientes se
explican cómo lograron resistir y salir con vida de aquel siniestro lugar al
que llegaron después de pasar todo tipo de calamidades: miseria, guerra,
exilio… Habían
huido del fascismo español y terminaron rodeados de terror en los campos de
exterminio nazis. Ellos lo cuentan en primera persona en el documental
proyectado en la Biblioteca de Andalucía, coincidiendo con la conmemoración de
las víctimas del holocausto, que ha sido dirigido por Eduardo Montero y del que
es coguionista el antropólogo granadino profesor de la Universidad Pablo de
Olavide Ángel del Río.
Memoria de las cenizas:
andaluces en los campos nazis rescata el drama de la deportación republicana en los campos nazis. El
libro, coordinado por Del Río, tiene un objetivo didáctico y divulgativo de una
realidad histórica bastante desconocida en España. “El 5 de mayo de 1945, las
tropas aliadas del ejército norteamericano liberaron el último campo de
concentración nazi en Mauthausen y se encontraron con una gran pancarta que
decía: Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras”. Lo
recordó el coguionista del documental en el acto de presentación al referirse
al escaso conocimiento que existe sobre los republicanos que estuvieron
recluidos en los campos de exterminio.
También
aludió a ello Luis Naranjo, director general de Memoria Democrática de la Junta
de Andalucía. “¿Quién recuerda la participación de españoles en la Segunda
Guerra Mundial?”, preguntó, para subrayar que la relación suele restringirse a
la División Azul. ¿La causa? “La memoria falseada todavía es dominante”,
dijo al referirse al “papel heroico de miles y miles de españoles que después
de luchar contra el fascismo en España tuvieron que defenderse del fascismo en
Europa. El libro-documental “recupera un retazo de nuestra memoria”, la de los
deportados en los campos de exterminio nazis, explicó.
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