Los nuevos modelos de familia han creado un nuevo género editorial
infantil.
Dicha tendencia incluye relatos que explican a los más pequeños que son
fruto de una inseminación o de una maternidad en solitario.
PURI CARO. 21.01.2013 – 20minutos.es
Érase una vez una sociedad en la que los roles familiares se modificaron.
Y comenzó a aparecer el divorcio. De caso residual pasó a ser habitual. Y con
el paso de los años fueron haciéndose visibles otros fenómenos que permanecían
escondidos en un armario apolillado llamado tabú: el de las parejas
homosexuales y su necesidad de tener descendencia. Las leyes hace poco que
regularizaron estos matrimonios, así como la maternidad y la adopción entre
familias del mismo sexo. Para entonces, los hijos de padres separados ya
contaban con dos papás o dos mamás (las nuevas parejas de sus
progenitores) o con nuevos hermanos (fruto de la nueva relación o de las
anteriores de padrastros y madrastras).
Este no es un cuento chino. Y no ha llegado a su fin. España sigue
evolucionando y el retraso en la edad de la maternidad, unido al estrés y al
estilo de vida, hace florecer los problemas de fecundación en muchas
parejas heterosexuales. Y de ahí la aparición de la inseminación artificial,
la in vitro o la adopción de niños de otros países. Las mujeres cerca de
los 40 sin pareja estable comienzan a optar por la maternidad en solitario
cuando el reloj biológico les da avisos, generando la familia monoparental.
Otra nueva vuelta de tuerca a la denominada familia tradicional. También los
hombres solteros tienen reloj biológico y buscan adopciones o vientres de
alquiler.
Más allá de debates morales sobre estos nuevos modelos de familia y sobre
su validez o no para unos sectores u otros de nuestra sociedad, son realidades
palpables que han cambiado estructuras ancestrales de ordenación familiar. Y
que están modelando un nuevo género editorial, el de los cuentos
infantiles que explican a los pequeños, fruto de estas nuevas familias, su
papel dentro de ellas y en el mundo. Y cómo en sus casos es posible, al igual
que en resto de modelos, el tradicional final de cuento: "Fueron felices y
comieron perdices".
Tesa Zalez, una emprendedora en tiempos
de crisis, ha fundado en Madrid la Editorial
Chocolate. Entre sus proyectos, figura un libro muy especial fruto
de una experiencia real, la de la periodista Rosa Maestro, quien a los
39 años decidió ser madre soltera. Contaba a su hija, ahora de 9 años, relatos
orales en los que sustituía aquello de "los niños vienen de París"
por el de que "bajan de una estrella en una caja con una semilla", si
son hijos sin papá.
'Cloe quiere ser mamá'
Maestro ha acabado editando el cuento infantil ilustrado Cloe quiere
ser mamá bajo la supervisión de psicólogos y de clínicas de reproducción
asistida, y gracias a los relatos de madres como ella llegados de todo el mundo
a su página web www.masola.org.
Maestro, que repitió adoptando a una niña marroquí, cree que aún hay que "salir
del armario" de la maternidad en solitario.
En cuanto a la falta de una figura paterna, explica desde su experiencia
que "todos los niños tienen los mismos problemas y que en el caso de los
hijos de madres solteras, ellos escogen durante su infancia una figura paterna:
un tío, un primo, un abuelo, un amigo..."
Relatos para momentos duros
Mi abuela tiene... de V. Van den Abeele (SM) es un cuento sobre
el Alzheimer: un día, la abuela de Cristina la llama por otro nombre porque está
enferma. Pídeme un deseo antes de dormir está protagonizado por
niños con cáncer y sus familias, al igual que Érase una vez una reina que
luchaba contra el cáncer. El duelo infantil lo aborda el cuento Papa
no está. Yel cambio de roles Papi ¿Los niños
juegan con muñecas? de M. Morata (G.E.U.) y La Cenicienta
que no comía perdices, de Nulina López Salamero.
5 preguntas a...
Dra. Giuliana Baccino (psicóloga), especialista
en reproducción asistida (Uruguay, 1976)
1. ¿Por qué incluyen cuentos como el de 'Cloe quiere ser
mamá' en su clínica?
Es muy útil para las pacientes que
quieren ser madres solteras y nos preguntan cómo y cuándo decírselo a los niños.
A veces, con las palabras no nos expresamos bien y el cuento despeja dudas.
2. ¿Qué recomienda a los padres en proceso de fecundación?
Que
lo lleven adelante con mucha decisión y seguridad.
3. ¿A qué edad recomienda explicar a los niños su
procedencia?
Lo ideal es decírselo entre los 4 y los 8 años de
edad. Nunca en la adolescencia, porque es una edad conflictiva y les añade una
problemática más. Y tampoco de adultos, porque se quedan con una idea de
ocultación.
4. ¿La idea de decirlo pronto está científicamente
apoyada?
Hay investigaciones que lo avalan, y una de ellas
se llevó a cabo por nuestro centro (FIV Madrid).
5. ¿Los menores no lo viven como un conflicto?
No.
Lo viven como algo natural. La sociedad se está abriendo.
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