El centro Simon Wiesenthal incluye nuevos sospechosos en
su lista de los más buscados
JUAN GÓMEZ
Berlín 8 ABR 2013 - 17:04 CET
La Oficina Central para el esclarecimiento de los crímenes
nacionalsocialistas de Alemania, con sede en Ludwigsburg, ha anunciado la
apertura de diligencias previas contra colaboradores del Holocausto que todavía
viven en libertad en el país. Se trata de vigilantes del infame complejo de
campos de concentración de Auschwitz, en la Polonia ocupada por los nazis
alemanes. Allí murieron asesinadas alrededor de 1,3 millones de personas, en su
mayoría judíos, pero también decenas de miles de civiles polacos y de gitanos
europeos. En su cualidad de guardias en aquella fábrica de matar, los 50
sospechosos serán acusados de complicidad en miles de asesinatos. La mayoría
son ciudadanos alemanes. Viven dispersos por el país y tienen una media de 90
años de edad. El delito de asesinato no prescribe en Alemania.
Al mismo tiempo, el centro Simon
Wiesenthal de Los Ángeles ha introducido dos nombres nuevos en su
lista de criminales de guerra nazis más buscados. Hans (o Antanas) Lipschis y
Theodor Szehinskyj militaron en la Tercera División de la SS, conocida por su
emblema de la calavera y porque estuvo compuesta por guardias de campos de
concentración. Lipschis ocupa el cuarto lugar en la lista. Fue vigilante en el campo de
exterminio de Auschwitz-Birkenau. Después escapó a Estados Unidos,
desde donde lo extraditaron a Alemania hace 30 años. Szehinskyj, por su parte,
sigue en Estados Unidos. Sustituyen en la lista a Károly (Charles) Zentai, cuya
extradición a Hungría fue denegada por los jueces de Australia, y a Klaas Carel
Faber, asesino confeso de judíos que murió de viejo el pasado mayo. El centro
Simon Wiesenthal, que se dedica a buscar e identificar a criminales nazis,
calificó además de “muy buenos” los esfuerzos estadounidenses para el
esclarecimiento de los crímenes de la II Guerra Mundial. Alemania, dicen, lo
está haciendo “bien”. En cambio, los países bálticos, Australia y Austria (la
cuna de Hitler) suspenden.
El fiscal Kurt Schrimm tendrá en cuenta la jurisprudencia sentada por el
juicio al criminal de
guerra John Demjanjuk. Fue condenado en 2011 a cinco años de cárcel
por su complicidad en 28.000 asesinatos cuando era guardia del campo de
exterminio de Sobibor, en 1943. Demjanjuk
no cumplió su pena y murió unos meses
después de escuchar el fallo del tribunal de Múnich que había
solicitado su extradición desde Estados Unidos. Publicó un escrito donde se negaba a
reconocer la autoridad para juzgar los hechos a los tribunales
alemanes, puesto que, decía, la República Federal es “sucesora del III Reich”.
Sus abogados recurrieron la condena, pero murió antes de que concluyera el
proceso.
Estos días se cumplen 50 años desde que la Oficina para
el esclarecimiento de los crímenes nazis instruyera el primero de los llamados
Procesos de Auschwitz en Fráncfort. La Central de Ludwigsburg, una ciudad
próxima a Stuttgart, ha iniciado unas 7.500 investigaciones desde su fundación
en 1958. Ahora quieren ampliar sus pesquisas mediante la colaboración con
autoridades de países sudamericanos. Muchos criminales nazis huyeron hasta
América tras la derrota de Alemania. Según dijo el fiscal Schrimm al diario de
Múnich Süddeutsche Zeitung, “la colaboración con Brasil es prometedora”.
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