Un libro de Juan Fermín Vílchez cuenta la evolución
ideológica y gráfica de la prensa diaria española a través de sus páginas
11/12/2011
Son más de dos siglos de Historia desde aquel primer
periódico publicado en España, el 1 de febrero de 1758, bajo la cabecera de Diario
Noticioso, Curioso erudito, y Comercial Público, y Económico, con el tamaño
de una cuartilla y apariencia de libro. Una amplia selección de primeras
páginas de todo ese largo periodo es la materia en la que se basa el libro Historia
gráfica de la prensa diaria española, de Juan Fermín Vílchez de Arribas,
cuyo primer tomo abarca hasta 1976, el año en que EL PAÍS pudo presentarse ante
los lectores tras años de lucha para superar las dificultades impuestas por la
dictadura de Franco.
Titulares a toda plana como "El pueblo, cansado
de sufrir hambre, asalta las tahonas y apedrea e incendia otros comercios"
(La Jornada, 1 de marzo de 1919); "Ayer, con un orden absoluto y un
entusiasmo frenético, quedó instaurada la República en España" (El Sol,
15 de abril de 1931), o "Los clarines de Franco son las trompetas de
Jericó" (Informaciones, 30 de marzo de 1939) aparecen en las
portadas reproducidas. El recorrido visual por esta obra, editada por RBA,
recuerda al lector una serie de hechos relevantes ocurridos a lo largo de 218
años. También, los grandes avances técnicos decimonónicos, que favorecieron la
introducción de rotativas para la producción de periódicos -El Imparcial de
Madrid fue el primero de España en utilizar una máquina de ese tipo-, las
linotipias en las imprentas o las máquinas de escribir, ya en las postrimerías
del siglo XIX; la fundación de La Vanguardia en 1881, que a las pocas
semanas de su salida ofrecía dos ediciones por jornada, de mañana y de tarde, y
fue de los primeros en imprimir fotografías -esporádicamente en un principio-;
y la creación de otras muchas cabeceras que perviven.
De especial interés es la parte del libro dedicada
al comportamiento de la prensa durante la II República y la Guerra Civil. Los
diarios tuvieron una influencia notable en la opinión pública cuando, sin
televisión y con la radio todavía no plenamente desarrollada, la prensa
constituía el único medio de comunicación de masas, tanto la ligada a familias
o grupos empresariales, como a los partidos políticos. El autor pone como
ejemplo notorio "la agresiva campaña electoral de las elecciones de
febrero 1936", cuando triunfó el Frente Popular y se abrió el camino al
golpe militar y a la contienda.
Durante la Guerra Civil se dieron circunstancias tan
especiales como la publicación de una misma cabecera, la de Abc, con dos
periódicos de aspecto parecido pero contenidos muy distintos, que desde sus
sedes de Sevilla y de Madrid participaron informativamente en la lucha
fratricida. El primero con su ideología conservadora de siempre, y el de
Madrid, con la republicana circunstancial; el sevillano defendiendo al ejército
del general Franco, y el madrileño apoyando al Gobierno de la Segunda
República; el primero, con problemas de suministro de papel al principio de la
guerra, que fueron subsanándose conforme avanzaba esta, y el segundo, todo lo
contrario, con apuros durante los últimos meses. Los grandes titulares reflejan
las apuestas ideológicas y partidistas de los que dominan cada medio.
El libro resalta también el aspecto gráfico de la
prensa diaria española, que siempre estuvo vinculado al desarrollo de los
procedimientos de impresión y a la creatividad de los periodistas "de
confección", modernamente llamados diseñadores. Según Vílchez, el
periodista pionero en la confección de diarios fue el malagueño Augusto Suárez
de Figueroa (1852-1904), quien revolucionó la forma gráfica de la prensa cuando
dirigió en Madrid El Resumen, Heraldo de Madrid y Diario
Universal. Además, está considerado por los historiadores como el último
profesional de la información que murió como consecuencia de un duelo a sable,
al ser desafiado por un hijo del general Manuel Salamanca (1831-1891), antiguo
gobernador general de Cuba cuando esta isla se encontraba bajo la soberanía de
España. Suárez de Figueroa fue también el primer director que contrató como
redactora a una mujer, la almeriense Carmen de Burgos, Colombine (1867-1932).
Un buen número de portadas incluidas en la obra
permiten observar la coincidencia de enfoques de las cabeceras supervivientes a
la victoria militar de Franco sobre los republicanos, la evolución de las
primeras páginas de los periódicos más significativos durante la dictadura o la
forma en que varios de ellos presentaron la noticia de la muerte de Franco, en
1975. En el relato se engarza también una galería de acontecimientos mundiales
que tuvieron honores de primera página.
El libro abarca hasta 1976, el año de aparición de
EL PAÍS, el diario llamado a convertirse, según el autor, en "referencia
del moderno periodismo español por contenido y diseño". -
La competencia por el 'cuarto poder'
Durante muchas décadas, el llamado cuarto poder
residió en las cabeceras de la prensa escrita y en sus diferentes formatos, que
se reproducen sobre estas líneas de forma comparada. Algunas de las primeras páginas
presentadas a la izquierda rememoran el modo de contar grandes acontecimientos,
como la guerra de Cuba de 1898 o el triunfo electoral del Frente Popular en
1936, meses antes del golpe militar contra la II República, que abocó a la Guerra Civil. Se reproducen la portada de un
periódico vasco que dio cuenta del bombardeo de Gernika; otra de un diario
valenciano que confirmó la muerte de Franco en las primeras semanas de
la Guerra Civil, y un ejemplo del modo en que se presentaban los triunfos franquistas en la prensa editada bajo su control.
Aparecen también dos portadas de Abc de Madrid, una del 25 de julio de 1936 -cuando el
periódico había sido incautado- dando un viva a la República, y la otra del 30
de marzo de 1939, exaltando a Franco con una nota manuscrita de su director,
más esta explicación añadida al pie: "Los ladrones mancharon esta portada
con un repugnante viva a la República".
Eran tiempos de prensa de combate.
Luego llegaron la censura y las severas sanciones
del franquismo. La libertad hubo de esperar mucho más, hasta el
restablecimiento de la democracia.
Actualmente, el problema de la prensa es otro: la crisis del diario de papel, que
cuestiona su existencia futura. Sobre todo porque han surgido más sistemas para
comunicar noticias, con Internet como protagonista. El rotativo que conocemos
apenas tuvo competencia hasta muy avanzado el siglo XX, pero ya no es el único que ofrece los conceptos del cuarto poder. -
Ningún comentario:
Publicar un comentario