DIANA MANDIÁ - Santiago - 15/12/2011
Mulleres na guerrilla antifranquista galega, el retrato más completo de las que combatieron la dictadura en el monte o
apoyaron con refugio, víveres o armas a los clandestinos, se publica en 2011
pero "debería haberse escrito hace 20 años". Lo dice su autora, la
catedrática de didáctica de la lengua y literatura gallegas Aurora Marco, que
durante cinco años siguió el rastro de 200 guerrilleras gallegas en archivos,
registros civiles y casas particulares. Muchas ya han fallecido -como Carmen
Rodríguez Nogueira, de Quiroga, desaparecida en el transcurso de la
investigación- y de otras se había perdido la pista por completo. En los partes
de guerra ni siquiera aparecen con sus nombres completos y no era raro que a la
información biográfica de rigor se le añadieran notas como "la querida
de" o "la amancebada con". La guerrillera Consuelo Rodríguez, Chelo,
recuerda que los falangistas y la Guardia Civil se referían a ellas como
"las putas de los rojos".
El bando franquista, sostiene Marco, les negó la ideología, pero tanto la
Federación de Guerrillas León-Galicia, la primera organización guerrillera del
estado, formada por comunistas, anarquistas y socialistas, como el Exército
Guerrilleiro, impulsado por el PCE, contaron con mujeres en sus filas, la
mayoría muy politizadas. A la clandestinidad solo pasaban aquellas cuya vida
corría más peligro- su presencia fue muy controvertida aun entre los propios
guerrilleros- aunque los enlaces conformaron "una nómina inmensa".
Fruto de la misma investigación de Marco es el documental Silenciadas,
dirigido por Pablo Ces, que acaba de ser reconocido con un premio en el
Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos de Santa Coloma de Gramenet.
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