La pieza incluye por primera vez los pasajes censurados
por Otto, el padre de la famosa víctima del Holocausto
ISABEL FERRER
La Haya 13 MAR 2014 - 00:06 CET
Una nueva adaptación teatral del Diario de Ana Frank está a punto de
aparecer en escena. Titulada Anne, la obra incluye por primera vez los
pasajes censurados tras la Segunda Guerra Mundial por
el padre de la niña. Los encargados de actualizar uno de los libros más
reconocibles del Holocausto son el matrimonio formado por los escritores
holandeses Leon de Winter y Jessica Durlacher. Hijos ambos de supervivientes
del horror nazi, han aceptado el encargo del Fondo de Ana Frank de Basilea
(Suiza), dueño de los derechos de autor. El estreno está previsto para el
próximo 8 de mayo en el nuevo Teatro Ámsterdam, erigido para acoger la obra.
El paso de la niñez a la adolescencia de Ana Frank, que murió de tifus en
1945, a los 15 años, en el campo de concentración germano de Bergen-Belsem, se
produjo durante los dos años de escondite en la capital holandesa. Sus padres y
hermana, además de otras cuatro personas, se ocultaron en la parte de atrás de
un edificio de los canales, y en sus escritos hay algunas críticas contra su
madre. También queda claro su despertar al amor y sus sentimientos hacia Peter,
el hijo del matrimonio que estuvo con ellos. Delatados, de los campos de
concentración solo regresó Otto Frank, el progenitor. El Diario fue
rescatado por Miep Gies, una amiga de la familia, y Otto consiguió publicarlo
en 1950. Suprimió, eso sí, las entradas que consideró comprometidas. Poco podía
imaginar entonces que acabarían vendiéndose, en diversas traducciones, unos 35
millones de ejemplares.
“La adaptación acerca al público
actual, sin vulnerarlas, las palabras de Ana”, han asegurado De Winter y
Durlacher. El Diario completo apareció en 1995 pero no había sido
representado así en escena. Imagine Nation, la productora holandesa, ha querido
añadir “momentos del periodo anterior al escondite, y también posteriores a la
deportación”. Es más de lo recogido por la propia niña, y esta parte adicional
se apoyará en los avances escenográficos del teatro. “La historia necesita ser
contada de nuevo a cada generación, y el Fondo de Basilea ha querido darle un
baño contemporáneo acorde con su misión educativa”, señalan sus portavoces.
La primera versión recortada del Diario sirvió
para que los dramaturgos estadounidenses Frances Goodrich y Albert Hackett
—matrimonio como sus colegas holandeses— firmaran una obra de teatro. Estrenada
en Nueva York en 1955, tuvo gran éxito y les valió el Premio Pulitzer. En 1958,
Hollywood encargó al director George Stevens una película, titulada El
Diario de Ana Frank, que dio el espaldarazo definitivo a la historia. La
actriz Audrey Hepburn, de padre británico y madre holandesa, recibió el guion,
pero rechazó el papel protagonista. Nacida el mismo año que Ana, le recordaba
sus propias penurias durante la Segunda Guerra Mundial, que pasó en la ciudad
holandesa de Arnhem, ocupada por las tropas nazis.
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