Por: Mikel López Iturriaga | 26 de
septiembre de 2012
Karlos Arguiñano lleva 20 años cocinando en
la tele, sin que nadie haya conseguido hacer sombra a su monumental figura. Sus
platos, su alegría y, ejem, sus chistes nos acompañan desde hace tanto tiempo
que más de un jovenzuelo podría pensar que el vasco fue el primero en guisar
delante de una cámara en España. Craso error: aunque él inauguró el rol de chef
mediático, don Karlos tuvo algunos precedentes, de los que podemos disfrutar de
nuevo ahora gracias a la tarea de rescate de telejoyas prehistóricas que está
llevando a cabo la web de Televisión Española.
Desde el verano, Recetas de
RTVE.es trata de ordenar los vídeos gastronómicos de la cadena
pública. "Teníamos un montón de contenidos diarios, más todos los históricos,
y se trataba de agruparlos bajo un mismo paraguas", explica su
responsable, Esther García Pérez-Amat. Piezas culinarias de España Directo
o La Mañana de La 1 se mezclan allí con antiguos
programas de José Andrés, el sucesor en TVE de Arguiñano, de quien
por cierto no hay ni un sólo vídeo porque el canal ya no posee los derechos de
sus programas.
Pero para los amantes de lo viejuno como yo, el verdadero festín está en el
material de los setenta y los ochenta. Esos programas de aspecto rancio en los
que, aparte de reírte con la ropa y los peinados, puedes encontrar sabias y
semiolvidadas enseñanzas gastronómicas. Aunque debes armarte de un poco de
paciencia, porque su ritmo televisivo no es precisamente trepidante. "Ni
el ritmo, ni la cocina", cuenta García Pérez-Amat. "Las recetas son
lentas, muy tradicionales, todo es muy básico y no hay nada precocinado. Se
nota que había más tiempo para cocinar y para explicar las cosas, por lo que
los programas están llenos de consejillos. Desde luego, la rapidez en la cocina
no era un valor como ahora".
Ya que vivimos en los tiempos de las recetas en 30 minutos, les ofrecemos
sin más preámbulos con nuestra programación de hoy.
Vamos a la mesa
El primer programa culinario de la televisión en España vio la luz en 1967
y falleció en 1968. Presentado por Maruja Callaved, se emitía justo antes del
telediario. Este espacio aún no contaba con cocina propia, y según el blog
Carta de Ajuste, Callaved suplió las estrecheces técnicas con una
corte de nutricionistas y unas animaciones bastante primitivas. "El
programa no es que fuera una juerga, pero al menos abrió camino a otros
posteriores", afirman. Ciertamente, en el trozo que podemos ver en este
vídeo (a partir del minuto 9) Vamos a la mesa parece más bien Vamos
al funeral. El acierto de sus predicciones, eso sí, no se puede negar: tal
como auguraron, la comida se acabó en 1985 y los derivados del petróleo
sustituyeron a los chuletones.
'Gastronomía'
En 1970 llegó el segundo programa de comida de TVE, titulado Gastronomía
en un alarde de originalidad. Sus artífices trazaron en él un recorrido por la
cocina española, del País Vasco a Andalucía, de los asados a los gazpachos y de
los fritos a los arroces. En este maravilloso episodio, dedicado a las tradiciones
madrileñas, manchegas y andaluzas, vemos a gente haciendo cosas muy de otros
siglos, como comer gazpacho de pastor o fumar mientras se zampan un rabo de
toro. También oímos frases memorables: "Todo si es de buena cuna cabe en
la olla donde el garbanzo se ablanda".
Con las manos en la masa
La madre de todos los programas culinarios españoles nació en 1983, con un
ligero retraso histórico de 20 años respecto a los primeros shows
estadounidenses del género. Lo dirigía y presentaba la inconmensurable Elena Santonja,
que en cada episodio compartía cazuelas con un cocinero o un famoso de la
época. "Fue la primera cocina real en estudio de la televisión en
España", explica Esther García Pérez-Amat. En una genial declaración de
intenciones, la presentadora estrenó su
cocina friendo un huevo.
Santonja no sólo tuvo el acierto de poner a guisar en su programa a
personajes tan inesperados como Torrente Ballester, Massiel, Fernando
Fernán-Gómez, Carlos Berlanga o Martirio, sino que supo educar a la audiencia
enlazando la gastronomía con la literatura, la música y otras ramas de la
cultura. La adictiva sintonía de Vainica Doble, con Sabina
como artista invitado, terminó de convertir el programa en un clásico.
Aquí podemos ver dos programas legendarios: Alaska recordando sus orígenes
cubanos con unos frijoles negros con arroz blanco y ensalada tropical, y Pedro
Almodóvar guisando el pisto manchego y el cordero a la caldereta de su madre,
con playback de un bolero incluido.
'La cesta de la compra'
En 1986 la televisión matinal llegó a España: hasta entonces, la emisión
comenzaba al mediodía y antes sólo había una imagen fija con muchos colorines
denominada "carta de ajuste". Uno de los programas de relleno para
esta nueva franja horaria era La cesta de la compra, un batiburrillo
sobre consumo en el que cabían contenidos tan apasionantes como una encuesta
callejera sobre la paga extra de julio o un reportaje sobre los créditos del
Ministerio de Obras Públicas. Pero allí estaban también las recetas de Elena
Santonja, con un formato diferente al de Con las manos en la masa: no
había famosos, sino una asistenta llamada Manuela interpretada por Amparo Baró.
La cocina de Elena
En 1991, Con las manos en la masa se transformó en La cocina de
Elena. El programa, que en palabras de Santonja tenía "un aire más de
comedia", mostraba a la presentadora cocinando con otra asistenta, Benita,
y recibiendo a invitados como Sánchez Dragó o Néstor Luján. Extrañamente, la
sintonía de Con las manos... se mantuvo, e incluso este nombre aparecía
entre paréntesis en la cabecera.
La cocina de Elena duró
apenas cuatro meses. La cadena lo suspendió después de que la presentadora
se negara a hacer publicidad encubierta de productos sin recibir
compensación económica. Así acabó la carrera de Santonja en TVE, que al año
siguiente estrenó El menú de Karlos Arguiñano.
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