Nunca Máis y Greenpeace denuncian que ninguno de ellos se sentará en el
banquillo de los acusados en el juicio. Arias Cañete vuelve a ser ministro,
Fernández de Mesa es director general de la Guardia Civil y Álvarez Cascos fue
presidente de Asturias. Mariano Rajoy era entonces vicepresidente y encargado
de coordinar la gestión de la crisis.
Miguel Pardo 15/10/2012 - 21:49h
Lo recordó Nunca Máis y lo recuerda ahora también Greenpeace. Los
responsables políticos de la catástrofe del Prestige no sólo no fueron
sancionados judicialmente, sino que ascendieron o continuaron con su carrera
política, incluso consiguiendo puestos de responsabilidad más altos que los que
tenían hace diez años cuando la marea negra de chapapote teñía las costas y el
mar gallego.
Justo diez años después, y coincidiendo con el inicio del juicio
en A Coruña, tanto la plataforma ciudadana como la organización ecologista
recuerdan que los responsables políticos de aquel desastre ecológico no se
sentarán en el banquillo de los acusados de la vista que da comienzo este
martes y en la que los dos principales imputados son el capitán del Prestige,
Apostolos Mangouras, y el ex director general de la Marina Mercante,
López-Sors.
Ya lo recordaba Nunca Máis la pasada semana, cuando sus portavoces
advirtieron del hecho de que dos de los jefes de ejecutivos de los que en la
actualidad dependen los gallegos tuvieran en la época del Prestige altas
responsabilidades. "La persona que invoca ahora a la seriedad y al buen
hacer es el mismo que se ganó el apodo de señor de los hilillos por sus
declaraciones", dijo Xurxo Souto, en referencia a Rajoy, tras recordar
también que Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, era entonces vicepresidente
con Manuel Fraga. "Nosotros sabemos perfectamente quién es Rajoy y
sabemos también bien que harían él y Feijóo si tuvieran que volver a
actuar", aseguraron.
Ahora, es Greenpeace quien hace un repaso a las
actuaciones de las personas que entonces tenían responsabilidades tanto en
la gestión del accidente como de la marea negra ocasionada por culpa de las
decisiones tomadas. El listado es grande y empieza, nada más y nada menos, que
con el actual presidente del Gobierno de España.
Mariano Rajoy
Mariano Rajoy era en noviembre de 2002 vicepresidente y portavoz del
Ejecutivo, además de ministro de la Presidencia. Fue el encargado de asumir la
coordinación de la gestión de la crisis y, como portavoz, acusado "de no
informar adecuadamente a la sociedad sobre los datos reales de la catástrofe
ambiental del Prestige". Para la posteridad quedan ya declaraciones suyas,
como aquellas en las que aseguraba que la marea negra no alcanzaría las costas
o que del buque salían "pequeños hilillos de plastilina en estiramiento
vertical".
Pero antes, sobre el 23 de noviembre, aseguraba que el vertido
"afectaba a una parte importante de A Coruña", pero que "no era
una marea negra", además de intentar tranquilizar a la población
explicando que "el fuel del Prestige" era "el menos tóxico de
todos cuantos vertidos había sufrido Galicia". Además, también son
recordados sus rechazos de la versión portuguesa de la evolución de la marea o
aquella frase del 4 de diciembre, cuando negaba que el crudo hubiera llegado a
las Rías Baixas, mientras millares de marineros luchaban ya contra la marea
negra con sus propios medios. El 5 de diciembre se ve obligado a reconocer que
el fuel seguía saliendo del Prestige, aunque lo hacía con la célebre frase de
los "hilillos de plastilina". Tan sólo unos días después, reconoce
que esos hilos son 125 toneladas de fuel al día.
Para Greenpeace, "ninguna
de las funciones que tenía otorgadas Mariano Rajoy entonces fue desempeñada con
solvencia, ya que como portavoz no informó ni comunicó a la sociedad con
claridad ni fundamento". Además, como ministro de la Presidencia, "no
fue capaz de coordinar los diferentes ministerios", lo que provocó
"una gestión ineficaz de la catástrofe".
"Nueve años después
-recuerda Greenpeace- Mariano Rajoy fue elegido presidente del Gobierno sin
tener que responder por ninguna de sus faltas y errores cometidos en sus cargos
en 2002 y sin tener que personarse en el macrojuicio que comienza el 16 de
octubre".
Francisco Álvarez-Cascos
El presidente de FORO Asturias y ex presidente del Principado era en
noviembre de 2002 ministro de Fomento. Tal y como recuerda Greenpeace, su
departamento era "el responsable de la elaboración y puesta en marcha de
los planes de emergencia en caso de una catástrofe como la del petrolero".
A pesar de aprobarse en 2001 el Plan Nacional de Contingencias por
Contaminación Marina Occidental, "ninguna de las actuaciones se llevaron a
cabo según este plan y la falta de coordinación fue
espectacular".
Además, y esa es la principal critica que recibe, ni
expertos independientes ni profesores universitarios fueron consultados a la
hora de decidir alejar el Prestige de las costas, en una iniciativa que no
contó con ningún informe científico a favor.
“Asumo la ratificación de todas
las decisión de las capitanías, oídos los prácticos de los puertos, y asumo la
responsabilidad de haberlas apoyado y de no haber introducido modificación
ninguna" llegó a asegurar Cascos. Diez años después, será el entonces
director general de la Marina Mercante, José Luis López-Sors, quien se siente
en el banquillo de los acusados y cargue con toda la responsabilidad de una
decisión fatal para el desenlace de la catástrofe. Nueve años después, y tras
fundar su partido, Álvarez-Cascos fue proclamado presidente de Asturias tras
vencer en unas elecciones, aunque sólo duraría diez meses en el cargo después
de convocar elecciones anticipadas.
Miguel Arias Cañete
En la época de la catástrofe del Prestige, Arias Cañete era ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación, y aunque sus competencias no debían ser
importantes en la gestión de la marea negra, sus decisiones y opiniones
sobre el problema acabaron por llenarlo de responsabilidades en la gestión.
Greenpeace lo acusa de "minusvalorar la dimensión ambiental de la
catástrofe y de ser corresponsable con las decisiones
gubernamentales".
Según la organización ecologista, la consecuencia de
sus actuaciones fue la "completa descoordinación con las consellerías de
pesca, los pescadores, los mariscadores y los marineros". Se recuerda
cuando, al poco de que el Prestige hubiera lanzado su primero SOS, Arias Cañete
aseguraba que en quince días se podrían abrir los caladeros de pesca.
“Con el
remolque del Prestige a aguas internacionales se consiguió evitar un desastre
ecológico del que el sector pesquero habría tardado años en recuperarse",
llegó a decir Arias Cañete, que fue célebre por decir también, a pocos días de
la catástrofe, que el vertido estaba "controlado" y que no derivaría
"en consecuencias para las poblaciones pesqueras ni para las especies
marinas gracias a la rápida actuación de las autoridades".
Diez años
después, Miguel Arias Cañete vuelve a liderar el Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente y cuenta con más de 325.000 euros en
participaciones en empresas petroleras.
Jaume Matas
Ministro de Medio Ambiente en aquella época, es señalado por Greenpeace y
muchos otros colectivos como responsable de la ineficacia de la limpieza de las
playas y de que no se haya realizado ningún plan integral para paliar los daños
causados por la marea negra". "El Gobierno actuó con diligencia,
eficacia y coordinación. Desde el primer momento tomó las medidas necesarias
para evitar daños mayores ante un desastre de esta naturaleza", aseguró en
las primeras semanas de la catástrofe.
En 2007 dejó la política después de
perder las elecciones al Parlamento balear. Está imputado por doce delitos relacionados
por corrupción cometidos durante su etapa en el Govern. En marzo de 2012 fue
condenado a seis años y dos meses de prisión.
Arsenio Fernández de Mesa
Fernández de Mesa era el delegado del Gobierno durante la época del
Prestige y nombrado también de aquella vocal de la Comisión interministerial
para el seguimiento de los daños causados por el buque. Mantuvo "una
política de desinformación desde el principio y participó en la decisión de
alejar el petrolero de las costas gallegas sin que expertos cualificados
examinaran el barco".
Quedan ya para la historia alguna de sus frases en las
comparecencias ante la prensa. "El destino del fuel en el fondo del mar es
convertirse en adoquín", había llegado a manifestar, después de no aclarar
en ningún momento los riesgos o de asegurar que era "casi imposible"
que el crudo llegara a las Rías Baixas. En la actualidad es director general de
la Guardia Civil y sus manifestaciones siguen sembrando la
polémica.
Además, Greenpeace destaca en su listado otros responsables
políticos que entonces, por sus cargos, tomaron decisiones fundamentales en
cuanto a la gestión de la catástrofe o de sus posteriores consecuencias y
que tampoco se sentarán en el banco de los acusados durante el juicio. Así,
cita a Ana Pastor, ministra de Sanidad y Consumo entonces y ahora de Fomento;
Javier Gárate, por entonces director de Sasemar; Ángel del Real, capitán
marítimo de A Coruña; Serafín Díaz, inspector de Capitanía Marítima; o Enrique
López Veiga, conselleiro de Pesca.
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