El presidente grabó más 260 horas de sus conversaciones
en el despacho oval, que ahora han sido recogidas en un libro que incluye dos
CDs.
Los extractos muestran a Kennedy obsesionado con los
rusos y muy reacio a la incursión de la prensa en su vida personal.
Solía pedir consejo a sus predecesores; con Harry Truman,
por ejemplo, incluso bromeaba sobre la disfunción eréctil que éste sufría.
El libro recoge los pensamientos de Kennedy sobre
acontecimientos como la crisis de los misiles en Cuba o la guerra de Vietnam.
20MINUTOS.ES. 23.09.2012 - 18.27h
Aunque muchos de sus auxiliares no lo sabían, el
presidente John F. Kennedy grabó más de 260 horas de
sus conversaciones en el despacho oval, que ahora han sido recogidas en un
libro y dos CDs por la biblioteca dedicada a su memoria. Algunos extractos
estarán disponibles online.
"Éstas son las memorias que Kennedy nunca
llegó a escribir", explica el director de la biblioteca, Thomas
Putnam, según informa The New York
Times.
Inmediatamente después de su asesinato, el
sistema de grabación de Kennedy fue desmantelado y las grabaciones
permanecieron en manos de su familia hasta 1976, cuando fueron donadas a los Archivos
Nacionales. Posteriormente, la Biblioteca John F. Kennedy las compró.
El de Kennedy no es un caso aislado. Otros
presidentes como Franklin D. Roosevelt o Richard Nixon también grabaron
sus conversaciones en el despacho oval, aunque ninguno de ellos supo que era el
único, ya que estos registros no se dieron a conocer hasta tiempo después.
Obsesionado con la URSS
Las grabaciones permiten conocer el día a día de
Kennedy y profundizar en la personalidad del presidente, que se mostraba obsesionado
con la Guerra Fría contra la URSS. Tal era su obcecación que en 1962 le
dijo a James Webb, administrador de la NASA, que llegar a la Luna era su
primera prioridad.
"No estoy interesado en el espacio",
explicó el presidente. Kennedy solo quería vencer a los rusos. "Ser
segundos está bien, pero entonces seremos segundos siempre".
Kennedy huía de toda intromisión de la prensa
en su intimidad. En 1963, abrió el periódico y descubrió que sus auxiliares
militares habían construido un paritorio en la base aérea de Cape Cod por si su
esposa se ponía de parto mientras la familia estaba allí de vacaciones. Se habían
gastado 5.000 dólares.
Kennedy, furioso, cogió el teléfono e hizo que
trasladasen a Alaska al oficial que posaba en la fotografía del periódico.
"¡Acabas de hundir el presupuesto de las Fuerzas Aéreas!", se
quejó. Después pidió que los muebles fuesen enviados de vuelta.
Conversaciones con Truman y Eisenhower
Las cintas revelan que Kennedy acostumbraba a hablar
con frecuencia con sus predecesores Harry Truman y Dwight Eisenhower
para pedirles consejo. En ocasiones, estos diálogos se enfocaban a temas
personales.
Así lo demuestra una de sus conversaciones con
Truman, que por aquel entonces rondaba los 80 años, en la que Kennedy le dice
que le nota "en plena forma". Los dos hombres rompieron a reír con la
respuesta de Truman: "Mi principal dificultad es mantener satisfecha a
mi esposa. Tiene miedo de que me haga daño".
Los historiadores creen que Truman se refería a su disfunción
eréctil.
El libro recoge los pensamientos de
Kennedy sobre muchos de los acontecimientos del momento, tales como la
crisis de los misiles en Cuba, el movimiento en defensa de los derechos civiles
o la guerra de Vietnam.
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