Josep Robert Mallafré - Responsable del Equipo de Rusia de
Amnistía Internacional España 07/10/2012 – Eldiario.es
Anna, segunda pola esquerda |
La periodista y defensora de los derechos humanos Anna
Politkovskaya fue tiroteada en el ascensor del edificio donde vivía en Moscú el
7 de octubre de 2006, a las cinco y diez de la tarde. Se
cumplen ahora seis años de su asesinato.
Anna Politkovskaya informaba sobre la situación de
los derechos humanos en la República de Chechenia desde 1999 a
través del periódico Novaya Gazeta. También escribió ampliamente sobre
los abusos en otras partes de Rusia, denunciando la violencia en el ejército,
la corrupción en la administración estatal o la brutalidad policial. Muchos de
sus artículos fueron publicados en medios extranjeros y sus libros traducidos a
diversos idiomas. Su valiente cobertura del conflicto checheno fue reconocida
con numerosos premios, incluidos el Premio Global al Periodismo por los
Derechos Humanos de Amnistía Internacional en el Reino Unido el año 2001.
Debido a su posición abiertamente crítica, Anna Politkovskaya sufrió
intimidaciones y acoso por parte de las autoridades federales rusas y de las
autoridades chechenas. Fue detenida y amenazada con represalias por su
trabajo como periodista. En el año 2001, tuvo que marcharse de Rusia tras
denunciar un caso de torturas. En junio de 2004, fue retenida durante varias
horas en Tsenteroi, en casa de Ramzán Kadyrov, entonces primer ministro y
actualmente Presidente de Chechenia, donde dijo ser insultada y amenazada
verbalmente.
Su trabajo periodístico en el caso de Zelimkhan
Murdalov quizás sea el más emblemático. Anna escribió en
prensa y promovió una intensa campaña para esclarecer su desaparición en
Grozny, la capital de Chechenia. Zelimkhan Murdalov desapareció el 2 de enero
de 2001 después de ser detenido por las fuerzas de seguridad. Estando bajo
custodia policial, fue torturado durante horas por un miembro de una unidad
especial de la policía, Sergei Lapin, y otros agentes. Luego fue arrojado a una
celda, semiinconsciente. A la mañana siguiente, agonizante, fue sacado de la
celda. Fue la última vez que le vieron.
Tras la publicación de artículos sobre el caso, Anna recibió amenazas de
muerte y tuvo que abandonar el país durante un tiempo. Pero regresó para
continuar su trabajo en defensa de las víctimas de los abusos. Los padres de
Zelimkhan lucharon duramente para obtener justicia, a pesar de las amenazas y
el hostigamiento al que fueron sometidos. Contaron con el apoyo de Anna: logró
que un abogado de Moscú, Stalisnav Markelov, representara a la familia y reunió
los fondos necesarios para que pudieran abordar el proceso judicial. La
familia de Zelimkhan consiguió llevar a Sergei Lapin ante la justicia en 2005, en
un juicio sin precedentes en Chechenia. Finalmente, el torturador fue condenado a
11 años de prisión.
El asesinato de
Anna Politkovskaya no es un hecho aislado en la Federación Rusa.
El abogado Stalisnav Markelov fue asesinado en enero de 2009 en pleno
centro de Moscú cuando se disponía a recurrir contra la liberación anticipada
de un ex coronel ruso condenado por el asesinato de una niña chechena. En julio
del mismo año, la defensora de derechos humanos Natalia Estemirova fue
secuestrada y asesinada en Grozni. Había recopilado declaraciones de testigos
de crímenes de lesa humanidad cometidos en el segundo conflicto en Chechenia,
como los homicidios masivos cometidos en la localidad de Novye Aldy. El pasado
mes de diciembre, otro periodista moría asesinado: Khadzhimurad Kamalov,
fundador y director del periódico Chernoviky
destacado defensor de los derechos humanos, fue tiroteado en el exterior de su
oficina en la provincia de Daguestán.
Los defensores de derechos humanos de las repúblicas del Cáucaso Norte son
acosados permanentemente. El pasado mes de julio, la policía llamó a declarar a
Igor Kalyapin, Presidente del Comité
Interregional contra la Tortura en relación a un número de artículos
que había publicado sobre desapariciones forzosas y otras violaciones de los
derechos humanos en Chechenia. Se le acusaba de haber hecho públicas
informaciones confidenciales. Es la tercera vez que se abren acciones legales
contra Igor Kalyapin con el mismo pretexto. Este hostigamiento a las ONG
dificulta su trabajo y pretende ahogar las denuncias sobre la falta de
investigación efectiva de las violaciones de derechos humanos y la falta de
reparación para con las víctimas de estos abusos.
El asesinato de Anna Politkovskaya silenció a una de los pocos periodistas
que se atreven a sacar a la luz las violaciones de los derechos humanos en la
Federación Rusa. Pese a las varias detenciones y los dos juicios celebrados en
relación con el caso, nadie ha sido condenado por su muerte. Esta situación
debe cambiar. Amigos y seguidores de Anna tenemos derecho a conocer la verdad.
Su familia, además, debe obtener la justa reparación.
Anna demostró que era posible derribar el muro de la
impunidad que rodeaba a las torturas, desapariciones y asesinatos en las
repúblicas del Cáucaso Norte. Éste es su legado. Nuestro deber seguir luchando
por los que sufren las violaciones de derechos humanos y por los que les
defienden.
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