Tim Kring publica en España su primera novela 'Sólo para tus ojos' que
describe los experimentos de la CIA para el control mental con los ácidos en
los años sesenta
TOMMASO KOCH - Madrid - 14/02/2011
Produce alucinaciones con los ojos abiertos, sinestesia (mezclar los
sentidos, algo así como oír colores y ver sonidos) y percepciones
distorsionadas del tiempo. Fue el compañero inseparable de los movimientos hippies
de los años 60. Ha protagonizado videos
musicales y películas. Ahora, según el creador y guionista
de la serie Héroes, Tim Kring, el ácido LSD podría incluso haber sido la
causa de la muerte del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy. Esa
al menos es la sospecha que deja caer en su primera novela, Sólo para tus
ojos, escrita a cuatro manos con Dale Peck y que Ediciones B publicó el
pasado 9 de febrero en España.
"Estaba con la segunda temporada de Héroes pero de pronto en
noviembre de 2007 se convocó en EE UU una huelga de los guionistas de series.
Como quería participar y por tanto no podía escribir para Héroes, me
puse manos a la obra con la novela", cuenta Kring por teléfono, desde su
casa en Los Ángeles. Solo para tus ojos narra un mes de acercamiento
frenético y delirante, día tras día, al fatídico 22 de noviembre de 1963 en el
que Kennedy cayó asesinado en Dallas, Tejas. De fondo, conspiraciones, agentes
secretos, experimentos de control mental y alucinaciones de todo tipo. A veces
la confusión es tanta que cabe preguntarse: ¿qué acabo de leer?
Desde el prólogo, en el que 1.963 personas ven aparecer un niño en llamas
en el cielo de Dallas el 30/12 de 2012 a las 11.22 (resumiendo e invirtiendo
los números, 12.30 del 22/11 de 1963, justo cuando murió el presidente, el
pretexto que sirve a Kring para volver a ese año) hasta el final, Solo para
tus ojos corre sin parar. Sus personajes también corren, pero uno detrás
del otro. El agente cubano Baltasar, el policía del FBI B.C., la prostituta Naz
y Chandler, conejito de indias de unos experimentos de la CIA con el LSD, se
encuentran, se reencuentran, se persiguen, escapan. Parece una serie
televisiva. "De hecho, quería escribir algo que un día pudiese ser
adaptado a un guion. Quería que tuviera el ritmo de un telefilme",
sostiene Kring.
El titular original de la obra, Shift (cambio, variación, en español)
resume en cierta forma el hilo conductor de toda la obra: "Se refiere a
los cambios que causa el LSD en una persona pero también a los que se pusieron
en marcha en el país en esa época". Un concepto que no refleja el titular
español. "Quizás lo hayan escogido porque Solo para tus ojos es la
frase que se alega normalmente a los documentos top secret",
sugiere poco convencido Kring.
Teoría de la conspiración
"Quería escribir sobre una conspiración. Me puse a investigar sobre
la época de Kennedy y desde el principio di con los experimentos de control
mental a través de las drogas que llevaba a cabo la CIA", detalla Kring.
En particular, con la dietilamida de ácido lisérgico, comúnmente conocida como
LSD. El autor, que asegura no haberla probado nunca, hasta llega a plantear en
la novela que el mismísimo Kennedy tomara el ácido de vez en cuando, con su
amante Mary Meyer (uno de los personajes reales de la novela).
Kring se inspiró en Philip K. Dick y Robert Ludlum a la hora de escribir.
Pero la referencia de sus investigaciones fue Timothy Leary, profesor de
Harvard que en los sesenta estudiaba las potencialidades del LSD y llegó a
sostener que aumentaba las capacidades mentales del hombre y permitía usar más
del 5% del cerebro que aprovechamos normalmente. De forma parecida a la heroína
en Trainspotting, en Sólo para tus ojos el juicio sobre el LSD es
doble: "Tiene su punto casi romántico, fascinante, de ver cosas que no
existen, pero puede convertirse en pesadilla". Y sembrar destrucción y
muerte.
Escribir la novela fue para Kring como abrir el cajón de los recuerdos.
"A comienzo de los 60 estábamos más esperanzados, menos cínicos. Tras el
asesinato de Kennedy, EE UU perdió su inocencia. Tuvimos que aceptar que no éramos
perfectos como pensábamos". Kring parece emocionarse al recordar ese día:
"Tenía siete años y estaba jugando en el patio del colegio. Los altavoces
nos pidieron que volviéramos a las clases. Nos dijeron que el presidente había
muerto. Por el pasillo vi la puerta abierta del despacho del director: era un
hombre muy grueso y estaba sentado a su mesa, con las manos en la cabeza y la
mirada al suelo".
Cuando murió la esperanza
Desde entonces, un efecto dominó precipitó al país en el drama: el
asesinato de Martin Luther King y de Bob Kennedy, la guerra del Vietnam.
"Acabamos perdiendo la esperanza". Fue uno de los momentos clave de
la historia reciente de Estados Unidos. La primera pieza de una trilogía que
Kring quiere escribir y describir junto a Peck. "Los otros dos momentos
son la caída del muro de Berlín y la época actual". Eso sí, terminarán las
otras dos novelas, siempre y cuando les dé tiempo. "Estoy ahora con una
serie, Touch, sobre la interconexión global, y con el proyecto Conspiracy
for good". Se trata de una novela contada entre papel, móviles,
redes sociales e incluso actores en carne y hueso que se pueden encontrar por
las calles de Londres, donde empieza la trama.
Tres novelas y una serie. Mucha carne en el asador. En cambio Héroes
ya no se cuece. Se canceló el pasado 14 de mayo de 2010, con la segunda
temporada aún por terminar. Presupuesto alto y audiencia en caída: una fórmula
que la NBC, productora de la serie, no podía mantener. Kring reconoce la
disminución de espectadores pero matiza: "Seguía siendo de las series más
descargadas en Internet. Creo que el problema es el número de episodios:
hacemos demasiados y el producto deja de ser algo raro y especial". Serie
como Perdidos triunfaron sin embargo con más de 20 capítulos por
temporada. "Ya, pero acabaron reduciendo el número de capítulos".
Kring se despide rápido. El compromiso era que la entrevista durara 20
minutos y ya van 40. ¿Habrá sido una percepción distorsionada del tiempo?
Ningún comentario:
Publicar un comentario