La fiscal de la Corte de Apelaciones de Santiago ha presentado 726
querellas por las víctimas de violaciones de derechos humanos ocurridas entre
1973 y 1990, entre las que se encuentra el caso del ex mandatario.
SOLEDAD GALLEGO-DIAZ - Santiago de
Chile - 27/01/2011
La muerte del ex presidente de Chile Salvador Allende, ocurrida el 11 de
septiembre de 1973, fue durante muchos años una incógnita. Para muchos, fue
asesinado por militares golpistas mientras luchaba con las armas en la mano
defendiendo el palacio presidencial. Para otros, se suicidó con un tiro de su
propio fusil AK-47 cuando comprobó que no había ninguna posibilidad de resistir
el ataque desencadenado por el general Augusto Pinochet.
Hasta ahora ninguna de las dos versiones podía ser considerada oficial
porque nunca existió una investigación judicial sobre lo ocurrido aquel día en
el palacio de la Moneda. Ayer, por primea vez, la justicia chilena decidió
abrir el caso y examinar la querella presentada por la fiscal de la Corte de
Apelaciones de Santiago para determinar las causas exactas de su muerte.
La muerte de Allende será investigada junto con otros 721 casos de
violaciones de los derechos humanos cometidos durante la dictadura militar,
sobre los que hasta ahora no se habían iniciado actuaciones judiciales. El
proceso fue abierto el año pasado por el magistrado de la Corte Suprema Sergio
Muñoz, que fue nombrado coordinador de todos los casos relativos a violaciones
de los derechos humanos entre 1973 y 1990 y que comprobó que existía un
importante número de delitos que, por unos motivos u otros, nunca habían
llegado a ser investigados judicialmente.
Entre ellos, lo ocurrido en La Moneda aquel terrible 11 de septiembre. La
redacción de las querellas concretas fue encomendada a la fiscal Beatriz
Pedrais, quien presentó ayer sus casos ante el juez especial Mario Carroza,
quien será el encargado de dirigir la investigación sobre lo que ocurrió con
Allende. Buena parte de los protagonistas de aquellas jornadas, desde el gobierno
legítimo o desde las fuerzas golpistas, ha fallecido ya, incluido el propio
general Pinochet, que se mantuvo en el poder durante 17 años al frente de una férrea
dictadura, y que murió en diciembre de 2006.
Salvador Allende representó el primer experimento de la izquierda
latinoamericana por llegar democráticamente al poder y de desarrollar sus
programas desde las instituciones del sistema. Allende, médico de profesión, y
experimentado político marxista, fue elegido presidente de Chile el 4 de
noviembre de 1970 y ejerció su mandato hasta el golpe de Estado encabezado por
el general Pinochet, que llegó a bombardear desde aviones el Palacio de la
Moneda, en una imágenes que quedaron grabadas en la memoria de millones de
personas en Latinoamérica y en el resto del mundo.
Inicialmente los pocos supervivientes de
aquella jornada dijeron que Allende había sido asesinado por los militares que
lograron entrar en el palacio, pero años después el médico personal del
presidente constitucional explicó que el mandatario había decidido quitarse la
vida con su propio fusil y no permitir que le detuvieran ni encarcelaran. La
justicia chilena deberá decidir ahora si esta última versión, la más aceptada
comúnmente, es realmente la verdadera.
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