La exposición de creación gráfica '200 años re-diseñados' repasa con
humor ácido los cinco últimos siglos del continente
ISABEL LAFONT - Madrid - 01/02/2011
El Che transfigurado en el Tony Manero de Fiebre del sábado noche,
pistola en ristre a lo James Bond o patinando sobre un skate-board
recibe estos días a los visitantes de la exposición 200 años re-diseñados,
que se exhibe en la Casa de América hasta el 27 de febrero. La muestra,
inaugurada en el marco de las celebraciones del bicentenario de la
independencia de Latinoamérica, repasa la historia de este continente con humor
y un cuidado trabajo de documentación de los hechos que evoca.
Más de 60 artistas de ambos lados del Atlántico -ilustradores, fotógrafos
o diseñadores- respondieron a la convocatoria del director de arte Fernando
Rapa Carballo. "La idea surgió hace cinco años cuando, con mis hermanas
Sole -diseñadora gráfica- y Andrea -historiadora- descubrimos una colección de
cromos históricos y decidimos construir el antiálbum de la historia
latinoamericana", asegura este director argentino afincado en Madrid.
La exposición cubre toda la gama de temas que han configurado la
identidad latinoamericana. Hay reflexiones sobre la violencia, la dictadura, el
fútbol, la religión o la brecha entre ricos y pobres. "Imaginemos coger
recortes oficiales de miles de fuentes de estos 200 años de historia
latinoamericana y meterlos dentro de una licuadora, agregarle una pizca de
interpretación sediciosa, un fuera de foco inquietante, darle al botón más
potente... y a correr, que se acaba el mundo", explica Rapa.
Las piezas recorren todos los medios creativos, desde el collage
hasta la escultura, con un buen puñado de propuestas inclasificables. Una
habitación, por ejemplo, aparece empapelada con los cientos de documentos que
el comisario de la muestra tuvo que cumplimentar para obtener su nacionalidad
española. En otro lugar, el mítico rostro del Che Guevara -ubicuo en la
exposición- emerge de una sopa de logotipos de conocidas marcas
internacionales. Al lado, una cartela recuerda que el fotógrafo Alberto Korda,
autor de la imagen del guerrillero argentino reproducida hasta el infinito tras
su muerte en 1967, tan solo cobró 60.000 dólares en 2000, cuando un tribunal
obligó a la marca de vodka Smirnoff a pagarle esa cantidad por haber usado la
imagen en una campaña publicitaria. "La documentación historiográfica de
los hechos es una parte fundamental de esta exposición", insiste Rapa. Así,
la muestra recuerda que el 32% de la población latinoamericana vive en la
pobreza y un 12,9% en la indigencia; o que se trata de la región más golpeada
por la violencia de las armas y que concentra el 42% de los homicidios que
suceden en el mundo.
El recorrido pasa de la tragedia a la comedia sin previo aviso. Por
ejemplo, una de las piezas muestra los bigotes latinoamericanos más célebres. Y
no faltan, además del Che, otros iconos que pueblan el santoral histórico del
continente, como Eva Perón o el inefable Maradona, con la mano de Dios como
escudo cosida en su camiseta. En ocasiones el humor es decididamente negro,
como en el caso de la imagen del Falcon verde, el coche que se usó durante la
dictadura argentina para secuestrar civiles, convertido en una imagen pop de
reminiscencias warholianas.
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