venres, 1 de xuño de 2012

Se vende Franco... por una película


Un documental sobre memoria histórica lanza una campaña de micromecenazgo con obras de arte
¿Está usted dispuesto a financiar la recta final de una película documental sobre los residuos del franquismo en un pueblo de la Mancha comprando por mucho menos de su valor real una serigrafía del artista alemán Daniel Ritcher inspirada en el rostro del propio Caudillo? Si la respuesta es sí, siga leyendo.
La manchega Lucía Palacios y el alemán Dietmar Post llevan 10 años rumiando Los colonos del Caudillo, la película documental que han rodado estos dos inquietos cineastas que en 2008 ganaron con su documental Monks, the transatlantic feedback el Adolf-Grimme Award (el equivalente en Alemania a los Goya, con la particularidad de que el género documental se considera a la misma altura que la ficción o las series de televisión). Años antes, en 2002, lograron una notable resonancia gracias a otro de su trabajos, Reverendo Billy y su Iglesia de Parar las Compras, rodada en Estados Unidos en torno a la figura de Bill Tallen, activista artístico que en esos años encabezó una airada cruzada anticonsumo.
La idea de la nueva película nació hace más de una década, cuando precisamente vivían en EE UU. En un viaje a España, Palacios y Post fueron al pueblo manchego de ella, Moral de Calatrava. De excursión, se acercaron a una localidad vecina, Llanos del Caudillo. El lugar, recuerdan, les causó un fuerte impacto, sobre todo a él. “Era nuevo, de los años cincuenta, de casas adosadas blancas y con una torre de iglesia enorme. A Dietmar le llamó la atención que mantenía en sus calles los símbolos franquistas. Empezamos a investigar sobre aquel lugar y me marcó descubrir lo poco que sabía sobre el pasado de mi propio país”, recuerda Palacios. En 2008, fueron testigos de un hallazgo que determinó que siguieran adelante con el proyecto: en el pueblo se encontraron decenas de cajas con documentos sobre la creación y administración de Llanos del Caudillo. Salvados literalmente de la quema en el último minuto, en esos papeles está, como afirma el alcalde del pueblo, “la historia de un pueblo sin historia”.
Protagonizada por el exministro franquista José Utrera Molina, el expresidente del Gobierno Felipe González y los habitantes del pueblo, la película (narrada por el actor Juan Diego Botto) propone una revisión de la historia a partir de uno de los 300 asentamientos construidos por Franco durante sus años de dictadura. Lugares utópicos en los que, según una cita de la ordenación de los pueblos que creó el régimen copiando el sistema de Città nuove de Mussolini, “el nuevo hombre fascista habría de nacer: el hombre antiurbano y antiobrero, apegado a la tierra, temeroso de Dios y devoto al régimen, del cual es deudor de todo, casa, tierra y trabajo, bajo el control del partido”.
Para los dos cineastas, lo que comienza como la revelación de un episodio desconocido de la historia de España acaba convirtiéndose “en un espejo de la sociedad española en el presente”. Los Colonos del Caudillo, explican, “es una revisión del legado de Franco, una mirada hacia el pasado que nos ayuda a encontrar las claves del presente y entender un país en el que la figura del dictador aún persiste”.
El estreno mundial está previsto para el próximo otoño, pero para poder terminar la película (faltan 50.000 euros para llevar a cabo las mezclas de sonido, correcciones de color y la promoción) sus creadores, que no lograron ayuda del ICAA para su filme, pidieron al artista Daniel Ritcher, uno de los más importantes de Alemania, con quien habían colaborado en algún proyecto musical, que se implicara en su idea de micromecenazgo: una plataforma de crowdfunding que tiene como recompensa una de las 50 serigrafías de 100 x 140 centímetros firmadas por el artista a 300 euros. “Daniel realizó cuatro collages de Franco y nosotros, en lugar de venderlos por su precio, muy alto en el mercado, decidimos hacer las serigrafías y con ellas inventar una forma nueva de financiación”.

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