La policía detiene a decenas de personas, a las que se les ha retirado el
estatus de refugiado, para iniciar un proceso de deportaciones masivas
PÚBLICO.ES 11/06/2012 13:57 Actualizado: 11/06/2012 15:27
El Gobierno
de Israel ha conseguido el visto bueno definitivo de la Justicia para empezar a
detener y deportar a inmigrantes africanos. De hecho, las fuerzas
israelíes han arrestado hoy a 55 personas, que se suman a las 25 detenciones de
ayer efectuadas por la Brigada Oz, que se encarga de cumplir con los planes del
Ejecutivo hebreo para expulsar a miles de ciudadanos sursudaneses y eritreos.
Poco importa
que los detenidos contaran con el estatus, ya retirado, de "protección
colectiva", que impedía que fueran deportados ante los conflictos
en sus países de origen. Especialmente preocupante es el caso de los
sursudaneses, los más perseguidos, que tendrán que volver a una región donde la
guerra contra Sudán ha generado medio millón de refugiados.
Las redadas,
que ya habían comenzado hace días, cuentan con el respaldo del Tribunal de
Distrito de Jerusalén, que rechazó el recurso que habían presentado diversas
organizaciones de derechos humanos. Se calcula que en Israel residen de manera
ilegal unos 60.000 inmigrantes, los llamados infliltrados,
la mitad de los cuales son africanos, de los que -según el Gobierno- entre
1.000 y 1.500 serían sursudaneses, una cifra que ONG locales elevan a entre
5.000 y 7.000.
Decenas de
afectados han protestado contra esta decisión y han salido a la calle con
eslóganes como "Los sudaneses no somos cáncer", "Somos refugiados,
somos seres humanos", "Somos refugiados, no enemigos" y "No
somos infiltrados, somos refugiados". Sin embargo, en el caso de que
se nieguen a ser deportados, podrían hacer frente a penas de entre dos y cinco
años de prisión de acuerdo a un cambio en la ley realizado recientemente por el
Ministerio israelí del Interior que extiende el plazo para que las fuerzas de
seguridad puedan mantener detenida a una persona que entre en el país de forma
ilegal.
En las
últimas semanas se han registrado crecientes protestas e incidentes violentos
contra los inmigrantes africanos, a los que se les acusa de casos de violencia
contra la población judía. Ante ello, el primer ministro israelí, Benjamin
Netanyahu, ya dio la orden hace unos días de acelerar la deportación de
los alrededor de 25.000 inmigrantes sin papeles de Sudán del Sur, Costa de
Marfil, Ghana y Etiopía.
Todos ellos
son "solicitantes de asilo", según ha denunciado a Efe Orit Ruden, de
la Organización de Ayuda a Refugiados y Solicitantes de Asilo (ASSAF). "La
mayoría de ellos han esperado unos seis años para obtener respuesta a su
solicitud, pero no lo han conseguido y ahora les quieren expulsar a Sudán del
Sur, donde incuestionablemente se enfrentarán a una situación de riesgo,
tanto desde el punto de vista de seguridad como del humanitario", ha
declarado la activista.
Las
organizaciones también han criticado el doble juego utilizado por el Gobierno que
no esperó a la decisión judicial para comenzar las redadas. "La corte ha
decidido que está bien quitarles la protección colectiva, pero también ha
establecido que tienen derecho a solicitar asilo de forma individual y, dos
días después, las autoridades han comenzado a arrestar a familias y niños
en mitad de la noche sin darles tiempo para pedir el estatus de
refugiado", ha puesto de manifiesto Ruden. La activista ha concluido que
"no son criminales, no han cometido ningún delito. Han pedido sus derechos
de forma legal, pero el Ministerio de Interior ha decidido tratarlos como
criminales".
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