martes, 4 de marzo de 2014

30 años de "Spitting Image", el programa que revolucionó la sátira televisiva


El programa germen de otros muchos como El Guiñol, marcó una época en la que la sociedad británica no osaba a caricaturizar a sus dirigentes
En su aniversario, muchas personalidades influyentes se reunirán en Londres para debatir acerca del impacto social de esta sátira
EFE – Londres 25/02/2014 – eldiario.es

Con sus muñecos de látex que caricaturizaron a toda una generación de políticos británicos, desde Margaret Thatcher a John Major, el programa que revolucionó la sátira moderna, "Spitting Image", nació hace treinta años.
La cadena ITV emitió el primer episodio el 26 de febrero de 1984, cuando los británicos empezaron a reírse de su clase dirigente cada domingo y durante más de once años, en los que el ingenio y la originalidad de sus creadores marcaron una época.
Una Margaret Thatcher (de 1979 a 1990) vestida con traje de hombre, con sus rasgos faciales pronunciados y dando órdenes de estilo militar a unos ministros siempre sumisos, fue tal vez el personaje más célebre de los realizados para este programa.
Spitting Image nació del ingenio de Peter Fluck y Roger Law, dos ilustradores más asociados a la prensa escrita, pero cuya capacidad de invención ayudó a crear unas marionetas que cautivaron la imaginación del público británico.
Sin temor a la censura
Spitting Image salió al aire en momentos en que Thatcher disfrutaba de una gran popularidad, pues en 1982 había salido victoriosa de la Guerra de las Malvinas frente a Argentina, y su poder se afianzaba con una manera de gobernar cada vez más implacable.
Fue así como el programa la caricaturizó como una política tirana, que acosaba a sus ministros con continuas exigencias, que fumaba puros y recelaba de todo lo que fuera francés.
Casi todos los políticos relevantes de los años en los que el Partido Conservador dominó la política del Reino Unido fueron convertidos en muñecos con movimientos, aunque la familia real británica tampoco se salvó de esta comedia satírica.
Así, la reina Isabel II aparecía con labios pronunciados, siempre pintados de rojo, con tiara o corona y, a veces, con un pañuelo en la cabeza, mientras la reina madre llevaba gorro de dormir.
El primer ministro John Major fue convertido en un político gris, desde el pelo hasta la piel, con una inclinación compulsiva por los guisantes que le preparaba cada día su mujer Norma.
El programa además le inventó a Major una amante, la entonces atractiva diputada Virginia Bottomley, por la que el muñeco de látex que encarnaba al "premier" suspiraba cada vez que la veía.
Los tories como diana
A Kenneth Clarke, Spitting Image lo retrató como un político obeso y borracho, a pesar de ser ministro de Sanidad, mientras que el titular de Exteriores Geoffrey Howe resultó un personaje un tanto aburrido que se pasaba todo el tiempo hablándole a las ovejas.
También pasaron por las críticas el expresidente estadounidense Ronald Reagan, ridiculizado con una nariz pronunciada, unos dedos exageradamente largos y con problemas de memoria, pues rara vez contestaba a las preguntas que le hacían los periodistas.
Aunque satirizó a políticos "tories", los laboristas también tuvieron su espacio, como un Tony Blair con una sonrisa exagerada, que prometía mejorar la sanidad y crear escuelas, pero dando rodeos a la hora de explicar cómo financiaría su programa de Gobierno.
El éxito de Spitting Image fue rotundo, pues llegó a tener una audiencia de quince millones de televidentes, lo que le convirtió en toda una institución, hasta que fue retirado el 18 de febrero de 1996 por su caída de audiencia.
Eran tiempos de cambios en el mundo político del Reino Unido, en el que un decadente Gobierno conservador de John Major dio paso, un año después de emitirse Spitting Image por última vez, al llamado Nuevo Laborismo de Tony Blair (1997-2007).

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