xoves, 30 de xuño de 2011

George Orwell, homenaje a un cronista


'Homenaje a Cataluña' y dos novelas lanzan la edición de todos los libros del autor de '1984' en español 
BRAULIO GARCÍA JAÉN MADRID 25/06/2011
Eric Blair prefirió usar un seudónimo para firmar su primer libro, Sin blanca entre París y Londres, en parte para evitar a sus padres, de "clase media alta sin dinero", el embarazoso trago social de ver a su hijo convertido en un puro literato, pero también para cubrirse ante el posible fracaso de la empresa. Cuando llegó la hora de firmar la segunda obra, El camino a Wigan Pier, el editor y el autor decidieron que no valía la pena cambiarlo y así George Orwell (1903-1950) se convirtió no solo en el nombre por el que sería reconocido universalmente: orwelliano es uno de los adjetivos que mejor describen las peores cadenas, no sólo televisivas, de nuestra época.
Sin embargo, antes de que el público le diera la fama y la historia la razón, el autor de dos de las novelas políticas más influyentes del siglo XX, Rebelión en la granja y 1984, con su imponente Gran Hermano como metáfora gubernamental, había sido también su cronista de lujo: desde los deprimidos barrios de Wigan Pier, al noroeste de Manchester, hasta las trincheras del frente de Aragón durante la Guerra Civil española. Por último, Orwell dejó también una imponente colección de ensayos, artículos periodísticos y cartas que George Steiner recibió, en las páginas de The New Yorker, como "un lugar para la renovación de la imaginación moral". Tres de las editoriales del grupo de Mondadori han comenzado este mes a publicar toda sus obras, algo que se alargará hasta finales de 2012 al menos: Los días de Birmania (Debolsilo), La hija del clérigo (Lumen) y Homenaje a Cataluña (Debate), inauguran la serie.
Antes que escritor, había trabajado en la policía imperial británica en la India. Luego, de regreso a Inglaterra, escribió su obra de corrido. En apenas 16 años: los que pasaron entre su debut de 1934, sobre sus vivencias en las dos grandes capitales europeas, y su muerte, sobrevenida en 1950 tras una larga tuberculosis contraída, al parecer, durante el trabajo de campo para Sin Blanca...
Diarios on-line
Pero entre el cronista que retrató la Inglaterra de la Gran Depresión y el novelista que sublimó la experiencia totalitaria en sus últimas obras, el lector impaciente puede escudriñar mientras tanto la experiencia e impresiones de las que se nutrió su obra gracias a los cuadernos que se conservan del escritor entre 1936 y 1942. The Orwell Prize, la organización que concede los premios de periodismo político más importantes de Gran Bretaña, publica desde hace tres años, con formato de blog y 70 años de distancia, los diarios que se conservan del autor de Homenaje a Cataluña. Esta semana se leía, por ejemplo, la entrada del 22 de junio de 1941: "Los alemanes han invadido la URSS esta mañana".
Los diarios no difieren de lo que fue una constante en su labor y que él mismo subrayó en su ensayo Por qué escribo: "Mientras siga vivo y con buena salud seguiré concediéndole mucha importancia al estilo en prosa, amando la superficie de la Tierra. Y complaciéndome en objetos sólidos y trozos de información inútil".
Más que unos diarios íntimos, el lector se encuentra con el mundo que lo rodeaba, anotado con la puntillosidad de un notario (desde el número de huevos que ponen sus gallinas; a las inclemencias del tiempo), aunque no faltan tampoco trazos sociológicos de punzante intuición, que luego desarrollaría en sus ensayos y novelas. Esta nota, por ejemplo, sobre un mitin en Wigan en 1936: "El problema con estos portavoces comunistas es que en lugar de hablar la lengua de la gente, emplean frases inmensamente largas y llenas de a pesar de ello' o a despecho de', [etc.]." Se empieza así y se acaba defendiendo que "La guerra es la paz", uno de los lemas del Ministerio de la Verdad de 1984.

"Nos vamos de Afganistán para no volver nunca más"


Miles de familias huyen de la guerra por miedo a morir en un atentado o en un bombardeo de la OTAN
ANTONIO PAMPLIEGA 25/06/2011
Tuvimos que huir por culpa de los bombardeos de la OTAN. Una noche está-bamos celebrando una boda en la aldea y habíamos alquilado un generador para tener luz y los soldados pensaron que se trataba de una base de los talibanes y nos bombardearon. Mataron a 18 mujeres y a diez niños", afirma el afgano Taj Mohamed, responsable de un campo de desplazados a las afueras de Kabul.
Mohamed, como la mayoría de las 900 familias que malviven en el campode Charah-e-Qambar, procede de la provincia afgana de Helmand, dondela guerra no da tregua. Pero las tropasde la OTAN no son las únicas responsables del éxodo masivo de Helmand."Los talibanes van casa por casa reclutando a un hombre de cada familia para que se unan a ellos; los que se niegan son ejecutados en público para que sirvan de ejemplo al resto de los aldeanos", confirma Rahmatullah,que tuvo que huir de su aldea para no unirse a la insurgencia.
Para los que llegan a este campo de desplazados no hay vuelta atrás; la insurgencia sentencia a muerte a los que regresan. "Hace dos semanas, una familia de este campo decidió regresar a su casa, pero cuando los talibanes se enteraron, los mataron a todos acusándoles de ser espías de [el presidente Hamid] Karzai", explica Mohamed.
Los desplazados viven en casas de barro y paja, coronadas con plásticos donde se puede leer el nombre de algunos organismos internacionales que han distribuido ayuda (Acnur, Unicef, WFP, Usaid). En las calles de Charah-e-Qambar, el agua estancada se torna de un verde oscuro mientras se entremezcla con los desechos humanos de sus habitantes, que se ven obligados a hacer sus necesidades en plena calle ante la inexistencia de baños o letrinas.
Otros desplazados afganos, si pueden pagárselo, deciden abandonar el país, como es el caso de Mohamed Mosawer y su familia, que llevan tres días esperando en un pequeño piso de Kabul junto a otras cinco familias más 35 personas en total para poder cruzar la frontera con Pakistán de manera ilegal.
"No nos queda nada"
"No nos queda nada. Nos vamos para no volver nunca más. Afganistán es mi hogar pero mi familia es mucho más importante", se lamenta Mosawer. "Ahora toda nuestra vida está ahí", dice señalando unas abultadas y quebradizas bolsas de plástico que reposan apoyadas en una de las esquinas de la pequeña habitación,, donde también están su mujer y sus cuatro hijos. "En Peshawar me espera mi hermano; trabajaré con él en la construcción. Nunca debí regresar", comenta este afgano que, como muchos de sus compatriotas, decidió volver a su hogar tras la caída del régimen del mulá Omar.
"Vinimos cargados de esperanza e ilusionados pensando que Afganistán volvería a ser un país en paz. Pero, después de diez años, tengo miedo a que un suicida o un bombardeo nos mate", comenta a este hombre que ha perdido toda esperanza de ver a su país algún en paz. "La guerraforma parte de nuestra cultura siempre ha sido así y siempre lo será", sentencia este afgano de etnia pastún, que huye de Helmand, la provincia más beligerante del país.
Mosawer ha tenido que desembolsar una cantidad ingente de dinero cerca de 1.500 euros por persona para poder pagar a un traficante de personas que los conducirá hasta las zonas tribales de Pakistán, donde podrán empezar una nueva vida. "Vendimos lo poco que teníamos para pagar el viaje e incluso mi hermano nos ha tenido que prestar dinero", confirma.
Empresa arriesgada
A pesar de que la frontera paquistaní se encuentra a sólo 300 kilómetros de Kabul, el viaje es una empresa arriesgada y muchos saben que se juegan la vida. Artefactos explosivos improvisados (IED, en sus siglas en inglés) colocados por la insurgencia, bandidos que asaltan a los vehículos para robar, controles en la carretera de las Fuerzas de Seguridad afganas o incluso un ataque de los talibanes son algunos de los riesgos a los que se enfrentan este grupo de personas.
"Sólo nos han dicho que viajaremos de noche para evitar los controles y para minimizar posibles asaltos de ladrones durante el camino", finaliza Mosawer. La desesperación que embarga a millones de afganos es tal que algunos no dudan en arriesgar su propia vida y la de sus familias con tal de escapar de las fauces de la guerra.
Durante su historia más reciente, millones de afganos se han visto obligados a abandonar el país por temor a los conflictos bélicos que lo azotan desde hace tres décadas. Entre 1979 y 2001, la invasión soviética de Afganistán, primero, y las luchas internas por el poder y el régimen talibán, después, forzaron a una tercera parte de la población a abandonar el país para refugiarse en Pakistán, Irán, Europa e incluso Estados Unidos.
Pobreza endémica
Tras la caída de los talibanes, cerca de cuatro millones de afganos decidieron regresar al país. Sin embargo, la pobreza endémica que se ha instalado en Afganistán, unida al recrudecimiento de la guerra y a la inseguridad que se vive en todo el país ha hecho que se produzca el efecto contrario.
Según estima el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), desde 2007 la tendencia ha vuelto a cambiar y se están produciendo movimientos migratorios hacia los países limítrofes con Afganistán.
Para ser una guerra que, según los líderes occidentales, debía traer la paz, la libertad y la prosperidad al pueblo afgano, en estos diez años sólo le ha proporcionado sufrimiento, pobreza y fantasmas.

O chamado "progreso"


O Museo do Mar abre unha exposición de 85 imaxes do Arquivo Pacheco que amosan o "asalto" ó medio mariño que supuxo a industrialización
MONTSE DOPICO . SANTIAGO
A construción do Hospital Xeral, anos 50
Unha viaxe ó pasado da costa galega. Que amosa, entre outras cuestións, o xeito no que o chamado "progreso" supuxo un auténtico "asalto" ó noso medio mariño. Este é o cerne da exposición Cartas de punto Maior, aberta onte no Museo do Mar e composta por 85 fotografías temáticas sobre a costa galega -maioritariamente de Vigo e Bouzas- do Arquivo Pacheco feitas entre 1895 e 1960.
Xa están dixitalizadas unhas 60.000 fotografías das máis de 100.000 que se calcula que alberga o fondo. Delas, foron seleccionadas, en sucesivas peneiras, as 85 desta mostra. "Fixemos tres exposicións cun enfoque temático en dous anos. A primeira, sobre a muller, a segunda, Os anos escuros, de entre o 36 e o 75, e a terceira é esta", o coordinador do Arquivo, Vítor Vaqueiro.
"O mar, nas súas diferentes vertentes: paisaxística, etnográfica, industrial..., é o eixe temático de Cartas de punto Maior. Pilar Abades e Pablo Prado encargáronse do proxecto expositivo, e concibírono como unha viaxe", indicou.
A transformación da paisaxe mariña é un dos alicerces da exposición. "Calquera que mire as fotos decatarase do vou dicir asasinato que se levou a cabo, non só en Vigo, en nome do chamado progreso. Sendo como é Galicia un país cun forte compoñente marítimo, produciuse un auténtico asalto ó medio mariño. Nas fotos vemos como o que había xa non o hai. E isto pode valernos para reflexionar sobre o que se chama progreso", sinalou o coordinador.
Desde o punto de vista etnográfico, a mostra achega información sobre as artes de pesca, as construcións mariñeiras, as embarcacións... "Están a dorna, a traíña, as vivendas dos mariñeiros...", subliñou.
As fotografías foron realizadas principalmente por Pacheco, aínda que dúas son de Filippo Prosperi. Xaime de Sousa Guedes, Pacheco, asociouse en Vigo, no 1907, co negocio fotográfico da viúva de Prosperi. Á morte desta, en 1915, Pacheco quedou co estudio. O fotógrafo foi colaborador gráfico de Faro de Vigo, ABC, Blanco y Negro, Vida Gallega e El Pueblo Gallego.
O seu traballo caracterizouse polo emprego da fotografía como memoria social, especialmente da cidade de Vigo, pero abranguendo toda Galicia, ao longo de tres cuartos de século. Tras o seu falecemento, os seus fillos Alberto e Xaime continuaron co mesmo labor no estudo fotográfico.
No1984 Manuel Sendón e Xosé Luis Súarez Canal amosaron algunhas das fotografías do Arquivo na I Fotobienal de Vigo. Despois iniciaron unha investigación máis profunda, consultando as placas arquivadas.
Manuel Sendón e Xosé Luis Suárez Canal iniciaron máis tarde as conversas coa familia e co Concello de Vigo para que esta institución adquirise o arquivo, tal como logo aconteceu. O equipo do arquivo continúa a labor de dixitalización das fotos. Entre os seus proxectos próximos está a publicación do ensaio sobre Vida Gallega de Roberto Ribao, que gañou o premio Pacheco- Prosperi.

1946


FÉLIX POBLACIÓN
El nuevo Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, presentado recientemente en Madrid, registra entre sus entradas más polémicas la que se refiere a los maquis como terroristas y bandoleros, tal como la dictadura franquista conceptuó a los guerrilleros republicanos que lucharon contra el franquismo en la posguerra y que fueron perseguidos y exterminados por el viejo régimen. Tal interpretación supone, a estas alturas, según manifestó el historiador José Luis Ledesma a este periódico, un paso atrás en la historiografía, pues la resistencia que se dio en nuestro país fue la misma que hubo en Francia contra la invasión nazi, en opinión de Fernando Hernández, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, y a nadie se le ocurre allí emplear contra esos luchadores ese tipo de calificativos.
En el cementerio de Carabanchel de Madrid hay un columbario que lleva el nombre de Cristino García Granda, cuyas cenizas reposan junto a las de otros dos compañeros de lucha. Los tres, guerrilleros antifranquistas, fueron fusilados por la dictadura en 1946. Unos meses más tarde, por orden del general Olleris, jefe de la IX región militar de Francia, el citado fue distinguido a título póstumo con la Cruz de Guerra con estrella de plata. El texto que ilustra los méritos del homenajeado es así de elocuente: “Cristino García, teniente coronel, resistente de los primeros, dotado de un alto espíritu de organización y combate. Ha tenido bajo su mando las brigadas españolas de los departamentos de Lozère, Ardêche y Gard. Organizador del asalto a la prisión de Nimes, liberó a los detenidos políticos. Bajo sus órdenes se libró el combate al enemigo en La Madeleine y El Escrimet, haciendo en estas operaciones –dirigidas por un jefe excepcional y pese a la desproporción de fuerzas y material– 1.300 prisioneros alemanes, con un total de 600 bajas entre muertos y heridos”.
Presidida por dos ministros, la entrega de la Cruz de Guerra a los compañeros de García Granda se celebró el 25 de marzo de 1947 en el velódromo de invierno de París con la asistencia de 25.000 personas. En esa ciudad y en varios municipios más de Francia, calles, plazas y hasta algún liceo llevan el nombre del combatiente. La enciclopedia ilustrada que se estudia en los colegios y donde figuran todas las glorias militares de Francia, desde Vercigetorix al general Leclerc, pasando por Napoleón y los mariscales
Foch o Joseph Joffre, dedica un libro biográfico a Cristino García Granda. Canciones y poemas de autores franceses recuerdan al luchador, a quien también dedicaron versos Rafael Alberti y Jorge Semprún.
El guerrillero fue detenido en la Plaza Mayor de Madrid el 18 de octubre de 1945, unos meses después de haber cruzado la frontera con 11 compañeros y tras realizar en la capital de España varios atracos. En el consejo de guerra celebrado el 22 de enero de 1946 se definió como patriota antifranquista: “Sé bien lo que me espera
–dijo– pero declaro con orgullo que cien vidas que tuviera las pondría al servicio de la causa de mi pueblo y de mi patria”. También fue muy explícito ante los calificativos que entonces le dirigió el fiscal y ahora repite la Real Academia de la Historia: “El fiscal nos llama bandoleros. No lo somos. Los bandoleros son quienes nos acusan, quienes martirizan y matan de hambre al pueblo. Nosotros somos la vanguardia de la lucha del pueblo por la libertad. Este juicio es una farsa en la que se nos acusa de delitos que no hemos cometido. Pero tenéis prisa por
deshaceros de nosotros. No queréis que el mundo vea nuestros cuerpos martirizados. Queréis ensuciar con este juicio el glorioso movimiento guerrillero”.
La ejecución de García Granda el 21 de febrero de 1946, junto a nueve de sus camaradas de lucha, fue condenada en Francia con ostensibles manifestaciones de indignación y protesta. La más llamativa fue la declaración suscrita por unanimidad por la Asamblea Nacional Constituyente, donde se afirma que los guerrilleros fueron fusilados por el odio a la libertad que habían defendido en Francia, y se invita al Gobierno a romper con el régimen de Franco: “La Asamblea traduce la protesta de la conciencia francesa ante esta nueva aplicación de métodos de represión condenados por el mundo civilizado”.
Cristino García Granda nació en el concejo asturiano de Gozón en 1913. Tanto para él como para José Antonio Alonso Alcalde (el comandante Robert), otro destacado guerrillero antifranquista, viene reclamando la Federación Asturiana Memoria y República la concesión del título de Hijo Adoptivo de Asturias y la Medalla de Oro de la región, según solicitudes cursadas ante la Junta General del Principado y el Gobierno de Asturias. El único homenaje rendido por el Gobierno socialista español a quien es considerado héroe nacional en Francia por su lucha contra el nazi-fascismo, fue la inauguración por el ministro Jesús Caldera, en 2005, de un centro social para emigrantes en la localidad Saint Denis.
Se podría pensar, por la composición del más que probable gobierno regional entrante en Asturias con Álvarez Cascos a la cabeza, que esa demanda va a tener ahora menos posibilidades de éxito que las que tuvo con el Ejecutivo anterior de Álvarez Areces. Lo que parece claro es que tal indiferencia o desconsideración hacia la memoria democrática contrastan con el interés que campea entre quienes, pagados por el Estado, se empecinan en revivir la memoria franquista con calificativos denostadores contra quienes lucharon por la libertad. Honneur à Cristino García, chef de maquis.
Félix Población es periodista y escritor

Ana Córdoba, otra mártir pacifista de Colombia


La activista defendía a los desplazados por el conflicto
EL PAÍS 24/06/2011
"Me van a matar y nadie ha hecho nada", afirmó la activista colombiana Ana Fabricia Córdoba durante una reunión con representantes del Gobierno colombiano el 29 de abril de este año. Lo había repetido varias veces. Ya le habían matado a su esposo y a dos de sus hijos. Seis semanas después, el 7 de junio pasado, un desconocido le dio un tiro en la cabeza mientras viajaba en autobús por Medellín a las 10 de la mañana. Tenía 51 años.
La activista, prima de la senadora Piedad Córdoba, intermediaria entre el Gobierno colombiano y las FARC, conoció la violencia desde su niñez. La guerra entre liberales y conservadores (19481960) obligó a sus padres a dejar sus tierras en Tibú (al noreste de Colombia, en la frontera con Venezuela) y desplazarse hasta Urabá, en la costa pacífica del país. Un hermano suyo militó en Unión Patriótica, un brazo político de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Entonces "comenzó el caos" aseguró a la revista Semana en una entrevista publicada en noviembre del año pasado. Los líderes y militantes de la Unión Patriótica fueron perseguidos y prácticamente exterminados por grupos paramilitares. Entre 1985 y 1988 murieron dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, 13 diputados, 11 alcaldes, 70 concejales y miles de sus militantes.
Pera la violencia no cesó. Los paramilitares mataron a su esposo en 2000. Córdoba y sus cinco hijos se mudaron a Medellín un año después. Recordaba su impresión al llegar a la segunda ciudad más poblada de Colombia. "Me llamó la atención que la gente se mantenía muy aseada, diferente al campo, donde uno encuentra hombres barbados a toda hora y las manos se mantienen negras de trabajar la tierra. No sabía ni siquiera cuándo tenían que parar los carros en los semáforos y me tiraba cuando transitaban por ahí", relataba a Semana.
Las amenazas continuaron y pidió en reiteradas ocasiones protección del Estado. De poco le sirvió. Uno de sus hijos, Carlos Mario Ospina Córdoba, murió asesinado a los 13 años en 2000 y otro más, Jonatan, falleció con 19 años en un tiroteo hace apenas 11 meses. La activista culpaba a la policía de los dos crímenes. En ninguno de los dos casos se ha dado con los culpables. El dolor, sin embargo, no le impidió acusar en voz alta a diferentes miembros de los equipos de seguridad de brindar apoyo a la estructura paramilitar en la zona, además de cometer actos de tortura contra los jóvenes de Medellín, según relata un informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos.
Córdoba se convirtió en líder de barrio La Cruz en Medellín, fundó en 2008 la organización Líderes Adelante por un Tejido Humano de Paz (Latepaz) y se integró en la Ruta Pacífica de las Mujeres, un grupo que busca una salida pacífica para el conflicto armado. La muerte de la activista ha empañado la ilusión por una paz en Colombia, motivada por la reciente ratificación de la Ley de Víctimas, que busca resarcir el daño a cuatro millones de personas afectadas por el conflicto armado y restituir más de dos millones de hectáreas a los desplazados. Por lo pronto, algunas Organizaciones de Derechos Humanos han anunciado la suspensión del diálogo con el Gobierno colombiano a raíz del asesinato.
A Córdoba le sobreviven tres hijos: Diana, de 28 años; Carlos Arturo, de 18, y, Carolina, de 12. El mismo día que murió su madre volvieron a ser amenazados. Han pedido el apoyo del Gobierno colombiano. "Les han matado al papá, a dos hermanos, a la mamá, y lo que expresan es toda la preocupación", afirmó el martes el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, que añadió que estudian "los mecanismos necesarios" para trasladarlos a otro país. "Es un asesinato que hubiéramos podido evitar", reconoció.

mércores, 29 de xuño de 2011

Un aniversario entre disputas políticas y futbolísticas


El gol de Maradona supuso un "homenaje a los argentinos que combatieron en la Malvinas"
ALEJANDRO REBOSSIO - Buenos Aires - 22/06/2011
Parece mentira, pero hasta ayer casi nadie se acordaba en Argentina de que hoy se cumplen 25 años de los dos goles que quizás más gritaron los argentinos en su historia: los dos que Diego Armando Maradona marcó contra Inglaterra en el Mundial de México 1986. El de la mano de Dios y el que desparramó a medio seleccionado inglés desde el medio campo hasta el área rival. Mientras que en la prensa mundial la efeméride aparecía aquí y allá, en los periódicos argentinos prácticamente ni se lo mencionaba hasta ayer. Tal vez estén más preocupados por la Copa América que en nueve días comenzará en Argentina o en la suerte de uno de los dos clubes más populares del país, el River Plate, que está a punto de caer al Nacional B (Segunda División).
El que aún recuerda aquella gesta es Héctor Enrique, el medio que en México 86 "volaba" tanto como Maradona, según comentó alguna vez otro de los campeones de aquella copa, Jorge Valdano. "Recuerdo aquella victoria con mucho orgullo", rememora Enrique, que fue ayudante del Pelusa en el cuerpo técnico del Mundial de Sudáfrica 2010. "Para nosotros, el partido con Inglaterra fue el partido más importante del Mundial porque veníamos de la Guerra de las Malvinas (1982)", comenta para EL PAÍS Enrique, de 48 años. "Aclaro que nosotros no vivimos el partido como una guerra. Ni los jugadores ingleses habían combatido en las Malvinas ni nosotros tampoco, pero la victoria fue un homenaje a los chicos que combatieron allá". Del lado argentino murieron 746 soldados y del británico, 268, en dos meses de batalla en aquel archipiélago gélido del Atlántico Sur.
Precisamente, 25 años después de aquel triunfo deportivo de Argentina las relaciones políticas con Reino Unido viven desde la semana pasada una nueva etapa de tensión verbal. Tras la victoria bélica, los diferentes gobiernos británicos nunca quisieron ni hablar de la negociación de la soberanía de las islas que ellos llaman Falkland. Y la semana pasada el primer ministro británico, David Cameron, ratificó su postura: "Mientras las islas Falkland quieran ser territorio soberano británico, deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto final de la historia". La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, contestó a lo que ella consideró un "gesto de mediocridad y casi estupidez" de una "burda potencia colonial en decadencia": "Los argentinos nunca creímos en los puntos finales de los derechos humanos ni de los derechos soberanos de nuestras islas Malvinas". En el bar de la embajada británica en Buenos Aires, que con buen humor fue bautizado The Hand of God (la mano de Dios), se iban a compartir mañana unos vinos con ocasión de la programada visita del director de las Américas del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido), pero el duelo verbal entre los jefes de Gobierno suspendió la llegada del funcionario.
Más allá de la discusión política, Héctor Enrique prefiere la futbolística. Recuerda con emoción aquel primer "gol de cabeza, casi con la mano" del máximo astro de la historia del fútbol argentino y también se jacta, en broma, de que él le pasó el balón a Maradona en la jugada que inició en campo albiceleste hasta llegar a la portería de Peter Shilton. "En un entrenamiento en Sudáfrica reprodujimos el segundo gol de Diego. Yo giré y le toqué el balón. Si yo le hubiera tocado mal el balón, era saque de banda para Inglaterra", sonríe.
Enrique siente nostalgia por aquella gesta -fue el último Mundial que ganó Argentina- porque considera que la situación actual del fútbol argentino es "lamentable". Reivindica, pese al 0-4 en cuartos de final contra Alemania, la apuesta ultraofensiva del seleccionado de Maradona, a quien admira como jugador y ser humano, y recuerda que el cuerpo técnico y el entonces entrenador del combinado juvenil y actual sucesor del Pelusa, Sergio Batista, coincidían en que ahora los clubes buscan jugadores altos y fuertes en lugar de habilidosos. "Todos decíamos que había que dejar de jugar con dos medios defensivos centrales, pero ahora Batista pone tres. De todos modos, le deseo lo mejor."
En uno de los sitios de Internet más visitados de Argentina, Taringa!, se entabló un debate entre amantes del fútbol sobre los dos goles más famosos de Maradona. Estaban quienes criticaban al Pelusa por su gol con la mano, por su experiencia como seleccionador argentino, por su pasada adicción a las drogas o por su personalidad provocativa. Otros lo defendían por su trayectoria como jugador, añoraban el fútbol que se veía hace un cuarto de siglo, hablaban de la presunta "envidia" de los países que no tuvieron un Maradona, aún se emocionaban hasta las lágrimas y lo exaltaban frente a un Lionel Messi que aún no conquistado nada con la selección mayor de Argentina. El 1ª de julio Messi inaugurará la Copa América contra Bolivia. Tendrá la oportunidad ganar en casa un trofeo que la albiceleste no gana desde 1993 y de reivindicarse ante su público, de acercarse al altar en el que aún domina Maradona.

El Tribunal Penal Internacional para Ruanda condena a la primera mujer por genocidio


La ex ministra de la Familia, Pauline Nyiramasuhuko, y su hijo, de etnia hutu, alentaron la matanza de civiles tutsis en el país africano
ISABEL FERRER | La Haya 24/06/2011
Kigali 1994
El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), con sede en Arusha (Tanzania), ha dictado la primera sentencia por genocidio contra una mujer. Se trata de Pauline Nyiramasuhuko, de 65 años y antigua ministra ruandesa de la Mujer y la Familia, que ha sido condenada a cadena perpetua. La procesada es de etnia hutu, mayoritaria en el país africano, y los jueces han fallado que organizó el secuestro y violación de mujeres y niñas tutsi, la comunidad minoritaria. Ayudada por su hijo, Arsene Shalom Ntahobaki, que recibe la misma pena, también ordenó el asesinato de civiles tutsi en su ciudad, Butare, al sur de Ruanda. En 1994, el intento de "exterminio de la población tutsi por parte del Gobierno hutu, dejó al menos 800.000 muertos. Naciones Unidas calcula que ello supone el 11% del total de la población. La tragedia se desató ante la pasividad de la comunidad internacional, más preocupada por mantener su influencia en África que por evitarla.
Según el TPIR, las milicias hutu, que la procesada contribuyó a crear desde el Gobierno, debían impedir nacimientos dentro del grupo tutsi. En un país donde la pertenencia a una etnia está ligada al linaje paterno, forzar a una mujer y dejarla embarazada equivale a destruir a la comunidad atacada. Las supervivientes de las masacres y violaciones recordaron ante los jueces momentos dantescos. Cuando las que eran ya madres pedían clemencia, "eran degolladas sin miramientos", rezan sus testimonios. Otro pasaje cita la respuesta dada por los milicianos que salían a violar: "Lo hacemos en nombre de Nyiramasuhuko. Es nuestro premio por poner en su lugar a las mujeres (tutsi) que nos miran con desprecio", decían.
También se ha recogido en el juicio un episodio sobre la presencia de la acusada en un puesto de la Cruz Roja y la catástrofe posterior. Se trataba de repartir comida, y los refugiados tutsi acudieron a cientos. Una vez allí, los hombres fueron separados de las mujeres. Ellos perecieron ametrallados. Ellas fueron violadas antes de morir. La fiscalía de Tribunal subrayó el hecho de que la procesada y su hijo, "forzaran a sus víctimas a desnudarse antes de meterlos en camiones para darles muerte". La ex ministra huyó a Congo tras el genocidio y trabajó como asistente social con los refugiados. En 1997 fue arrestada en Kenia. Siempre ha negado los hechos.
El caso de Nyiramasuhuko ilustra dos aspectos señalados de la justicia internacional. Por un lado, confirma que la violación constituye genocidio cuando se utiliza como método de tortura generalizada. De otro, muestra la lentitud de algunos procesos que han dividió a comunidades enteras. El juicio de la ex ministra africana ha tardado 10 años en cerrarse y ello lastra las posibilidades de una reconciliación nacional. Además, como en el caso del Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia (TPIY), con sede en La Haya, el de Ruanda tiene varios prófugos. Uno de los más notorios es Felicien Kabuga, un empresario que habría financiado el genocidio. Estados Unidos cree que se oculta en Kenia.

A xeración dos 50 volve a Monteverde


>> Agustín Fernández Paz reconstrúe unha vila galega dos 70 para retratar a violencia e a miseria moral do tardofranquismo
>> Xerais prepara a segunda edición de Non hai noite tan longa, primeira novela do vilalbés nunha colección para adultos
IAGO MARTÍNEZ 24/06/2011 - 00:28 h.
Cando Agustín Fernández Paz (Vilalba, 1947) era un neno e vía pasar os señoritos ben arrimado ás casas do barrio das Fontiñas non pensaba nas diferenzas de clase. Ían xogar ao tenis, limpísimos, e ao cativo atravesáballe o corpo unha sensación incómoda. A intuición dunha inxustiza que agora xa é capaz de poñer en palabras: “Eramos como os negros das películas vendo pasar os exploradores brancos pola selva”. Gabriel Lamas, o protagonista de Non hai noite tan longa (Xerais, 2011), a primeira novela do vilalbés que se publica en galego nunha colección para adultos, da que se prepara xa a segunda edición, tampouco acertou a poñerlle nome á primeira a esa violencia. Pasaron trinta anos e un fantasma até que se rebelou de vez.
Gabriel Lamas e Agustín Fernández Paz teñen máis ou menos a mesma idade. Ambos padeceron a ditadura franquista, aínda que as súas biografías foron distintas. O protagonista da novela ten 50 anos cando regresa en 2002 a Monteverde, a súa vila natal, despois de tres décadas en París. Aínda non sabe moi ben por que cruzou a fronteira dos Pireneos en 1972, deixando o seu pai no cárcere por un delito que non cometera, nin por que regresa. Non é soamente para soterrar a súa nai. Ten unha conta pendente co seu pasado: facer xustiza e limpar a memoria do seu pai. Como Fernández Paz.
“Esta novela é un axuste de contas comigo mesmo e coa miña xeración”, recoñece o escritor. “Eu non son Gabriel Lamas. Non escapei, coma el, dunha situación que o afogaba, e por iso non experimento a súa carraxe. Pero si que teño a sensación de ter sido estafado. Vólveme cada vez que vexo unha película e comprobo que hai moitas imaxes que foran censuradas, ou cando consigo ver por fin algunhas que sabía de memoria polas revistas de cine e que xa non me serven agora. Pasoume hai uns anos con If..., a de Lindsay Anderson. Eu sabíao todo desa película por Triunfo, que lía todas as semanas, e por Film Ideal e Nuestro cine. Devecía por vela, pero era imposíbel. Cando a vin, despois de tantos anos, xa non me fixo graza. Pasáralle o momento”.
A investigación que emprende Gabriel Lamas en Non hai noite tan longa na procura do verdadeiro culpábel do delito polo que encarceraron o seu pai, roubándolle o resto da súa vida, permítelle ao escritor reconstruír a época na que o protagonista abandonou Galicia. “Fálase moito da inmediata posguerra, e ten lóxica, pero aqueles últimos anos dos sesenta e os primeiros anos setenta foron horribles”, recorda o autor. “Aínda existía o Tribunal de Orden Público (TOP), e esa foi a época do proceso de Burgos, o estado de excepción, os secuestros editoriais, o de Ferrol no 72. No libro tamén menciono, de pasada, a Enrique Ruano e a Humberto Baena”.
MONTEVERDE SOMOS TODAS
Monteverde é Vilalba, pero tamén outras vilas nas que viviu Fernández Paz ao longo da súa vida, como Betanzos, Pontedeume ou Guitiriz. “Se quixese que o lector identificase o que conto con Vilalba, chamaríalle Vilalba. Non o fixen porque estas cousas acontecían en calquera vila galega –e creo que española– da época, talvez de maneira algo menos acusada na costa”. Os antagonistas cos que bate Lamas, como sucedería tamén en calquera outro lugar do estado español, son os mesmos que torturaran o seu pai. Descendentes sociolóxicos ou de sangue dos que se levantaran contra as aspiracións dos seus antepasados, de tradición anarquista. “Esa é a outra estafa. Repasa a lista dos altos cargos das institucións e dos consellos de administración das empresas e compáraa coa dos xerarcas do franquismo, a ver que pasa. Están todos os apelidos, seguen no poder. O das fosas comúns é o síntoma máis evidente, pero hai outras fosas, simbólicas, que tampouco queren abrir”.
O protagonista cruza o seu Rubicón moral. De súpeto, como Rosa Parks, descobre que está canso de ceder e ceder. Porén, a súa investigación non empeza aí. O inicio da novela, a faísca, escribiuna Agustín Fernández Paz nun caderno de 2006 sen saber onde conducía. Un home entra nunha casa deshabitada e atopa o fantasma de seu pai, coma no primeiro capítulo de Non hai noite tan longa: “Moito tardaches! Levo máis de trinta anos agardándote”.
“Foi esa imaxe a que me moveu a escribir a novela”, concede o autor, afeccionado a historias de fantasmas como as do inglés M. R. James. “É un bo recurso para comezar a historia, porque impacta o lector e deixa abertas moitas cousas arredor da trama. E ademais, pensa que nos anos 50 en Vilalba, coma en calquera sociedade agrícola, contábanse moitas historias de aparecidos, nas que por certo todos criamos”.
O título da novela está tirado de Shakespeare, de Macbeth. Comparte con L. P. Hartley e Luis Cernuda o pórtico do libro: “Reunide todo o ánimo que poidades. Que non hai noite tan longa que non remate en día”. A noite é o que teñen en común Gabriel Lamas e Agustín Fernández Paz. A estafa que privou o escritor de ler, cando lle tocaba, as novelas polas que devecía. A inxustiza que o protagonista se propón resolver, estiñando tamén a ferida do seu propio sentimento de culpa. O día que persegue Lamas encárnao tamén Milena, a súa sobriña, bautizada co nome da muller pola que Kafka perdía o siso.
“Milena é unha rapaza nova, xa non ten medo. Está aberta ao futuro e ten ganas de saber”, explica o vilalbés, que depositou no personaxe da adolescente o reverso da súa propia frustración. “Malia a súa idade, ten unha enorme bagaxe intelectual. Pode parecer excesiva esa cultura, pero non o é. Na miña vida profesional como docente de ensino secundario coñecín mozos e mozas que lían o que le Milena, ou incluso máis. Eles poden. Para nós estaba prohibido. Chegamos tarde”.

Joan Colom vuelve al Barrio Chino que le emocionó hace 50 años


Foto Colectania exhibe 76 fotos de un álbum, en parte inédito
TONI POLO BARCELONA 22/06/2011 08:30
Joan Colom (Barcelona, 1921) descubrió todo un mundo a través de las gentes deBarrio Chino de Barcelona. Entre 1958 y 1964, el fotógrafo realizó una serie de largo recorrido (algo insólito en la época) en la que, sin proponérselo, acabó creando un fresco del barrio con toda una carga social sincera, con ritmo, en movimiento, con personalidad. "No sabía que estuviera haciendo fotografía social, buscaba imágenes que me emocionaran", explicó ayer el artista en la presentación de la exposición en la sede de la Fundación Foto Colectania.
En 1973 le regaló un álbum que había confeccionado con las fotos de su curiosidad callejera a su amigo el crítico e historiador Josep Maria Casademont. Por entonces, Colom ya había dejado las calles del Barrio Chino y había vuelto a concentrarse en su trabajo como contable, ante la amenaza de una prostituta que decía querer denunciarle por haber publicado una imagen suya en el libro ilustrado Izas, Rabizas y colipoterras, de Camilo José Cela.
En 2004 el legado de Casademont fue adquirido por Foto Colectania, que desde hoy y hasta el 29 de octubre loexhibe en una muestra que se completa con la única filmación que hizo Colom, en 1960, en la que aquellos protagonistas de las fotos echan a andar. Además, los detalles originales de la puesta en página del álbum del artista ha sido respetada y reproducida en la edición facsímil del foto-libro, editado por RM.
La muestra exhibe 76 copias en blanco y negro, 74 de Joan Colom y las otras dos de Ignasi Marroyo, compañero de Colom en el grupo El Mussol, que lo captó mientras fotografiaba en las calles del barrio. El fotógrafo de 90 años y Premio Nacional de Fotografía 2002, que ayer recorrió emocionado la exposición, descubrió el Barrio Chino en 1958, sólo un año después de interesarse por la fotografía y aprender las principales técnicas.
Pasión y respeto
Sin acercar el visor a la cara para no interrumpir la escena y captar el instante sin ser descubierto por sus espontáneos personajes, "Colom se convirtió en un experto de tomar fotos con la cámara a la altura de la rodilla o del pecho", explicó ayer la comisaria de la muestra, Irene de Mendoza. Tapaba como podía la cámara cuando bajaba los domingos a pasear por el barrio y descubrir las relaciones al borde de la acera. "Siempre estuvo alejado de cualquier prejuicio, de posturas intelectuales", comentó De Mendoza, ante el asentimiento del propio Colom, sentado en primera fila.
"Retrató con pasión y con el máximo respeto la vida del barrio", añadió. "Alguna vez alguien me llegó a decir palabras muy fuertes", recuerda él. "Pero nadie me puso resistencia, al contrario, hubo quien se prestó a posar", dice, señalando una tira de tres fotos de un personaje afeminado que se exhibe sin problemas.
Ladrón de gestos
Es la excepción. El resto de imágenes se las robó al momento, a traición, para no alterar nada. Y no se perdió detalle: los vertiginosos tacones de las mujeres de buena vida esquivando los adoquines; las posaderas de esas mismas mujeres contoneándose casi por parejas, puesto que Colom creó el álbum según su criterio, colocando dos o tres fotos por página. Bustos poderosos de señoras apretadas, grandes curvas de otras y más protuberancias (en su mayoría femeninas) se intuyen tras los muros o los quicios de las puertas.
Las figuras humanas resisten otro tipo de detalles que dicen mucho de la época. "Gomas y lavajes", se lee en los rótulos que se cuelan tras las figuras humanas. "Era otra época", consideró ayer Colom, algo nostálgico. "La mayoría de esas calles ya ni existen: tiraron tres filas de bloques para crear la Rambla del Raval". Ahora, su histórica Leika ya no funciona. "Me regalaron una digital, pero todavía no me aclaro y aún no la he usado". Al tiempo. A las puertas de los 100 años, el autor sigue recordando su pasión entre archivos.

Resuelto el misterio del álbum con fotografías nazis


Un historiador desvela que la autoría del álbum de fotos publicado por The New York Times es del fotógrafo nazi Franz Krieger
PUBLICO.ES MADRID 22/06/2011 14:35
Prisioneiros de guerra e xudíos no campo de concentración de Minsk
Según publica The New York Times, hasta ayer martes, lo poco que se sabía sobre un álbum de fotos anónimas que había aparecido en esa ciudad, con fotografías de soldados nazis era lo que podía deducirse de sus 214 fotografías. Según analizaba el diario en el artículo que se replicó en los principales medios de información en Internet, en las fotografías aparecían retratos de prisioneros rusos y judíos y hasta el propio Adolf Hitler. Además, concluían que fueron tomadas para un trabajó de la Propagandakompanie nazi e imaginaban que la mujer de las páginas finales del álbum tendría que tratarse de alguien especial para el fotógrafo.
Pero nada se sabía de su autor, ni de la procedencia original del trabajo. Sin embargo, después de recibir el mensaje de un lector, solo unas horas después de aparecer publicado el artículo y las imágenes en Internet, el diario ha podido conocer que se trata de un álbum del fotógrafo Franz Krieger, de Salzburgo en Austria, que vivió hasta 1993. Además, la mujer que aparece fotografiada al final del álbum es Frieda Krieger, su esposa, que murió el 17 de noviembre de 1944, junto a su hija Heidrun de 2 años, cuando la Fuerza Aérea de EEUU bombardeó Salzburgo.
¿Cómo se ha resuelto el misterio del álbum de fotos nazis? En Alemania, el Spiegel Online había pedido ayuda a los lectores para descubrir quién era el autor de este "escalofriante y fascinante" documento. Así, una lectora, Harriet Scharnberg, escribió el siguiente mensaje desde Hamburgo:
"Las fotografías, por lo menos muchas de ellas, fueron tomadas por el fotógrafo Franz Krieger (1914-1993). Krieger trabajó como fotoperiodista en Salzburgo, Austria, y en el verano de 1941, se marchó a Minsk como miembro de la prensa del Reich. En esa ciudad se tomaron fotografías de los prisioneros de guerra soviéticos y también se visitó el barrio judío. A su regreso a Berlín, tomó además las fotografías de la reunión de Hitler con Horthy en Marienburg".
Scharnberg explicó en un mensaje posterior que está escribiendo su tesis doctoral en la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg sobre fotografías que representan la propaganda alemana contra los judíos y que este tema se está convirtiendo en su especialidad como historiadora. Así, ha trabajado en los archivos fotográficos de la memoria del campo de concentración de Neuengamme y en el Instituto de Investigación Social de Hamburgo.
De este modo, cuando investigaba fotografías del ghetto de Minsk, Scharnberg asegura que se topó con el libro El fotógrafo de prensa de Salzburgo Franz Krieger (1914 a 1933): Fotoperiodismo a la sombra de la propaganda nazi y la guerra, por Peter F. Kramml. "Por supuesto, las imágenes vinieron a mi mente cuando vi y leí las descripciones de las fotografías en el Spiegel Online y The New York Times", remarcó. Envió el mensaje solo tres horas y 45 minutos después de la publicación del artículo.
¿Quién fue Franz Krieger?
Hoy The New York Times, orgulloso de conocer ya la procedencia del trabajo, dedica un nuevo artículo a la vida del fotógrafo Franz Krieger. En ella detallan que pese a graduarse con un título en negocios de la Universidad de Viena, Krieger quería ser fotoperiodista. Entre 1935 y 1937, fotografió el Festival de Salzburgo y a las estrellas invitadas, como Marlene Dietrich. Después de la anexión alemana de Austria, Krieger fue a trabajar para el Reich, en una división administrativa nazi en la ciudad. Así, fue responsable de tomar la mayoría de las imágenes importantes en Salzburgo desde 1938 hasta 1941.
Después de unierse al Partido Nazi y a la Schutzstaffel (SS), Krieger se convirtió en miembro de la Propagandakompanie, una unidad de propaganda de la Wehrmacht. En agosto de 1941, emprendió viaje al Frente del Este, desde Berlín a Danzig (ahora Gdansk, Polonia) y a Minsk, Bielorrusia. Fruto de este viaje son la mayor parte de las fotografías del álbum. De vuelta a Alemania, Krieger fotografió la reunión de Marienburg (hoy Malbork, Polonia) a principios de septiembre de 1941 entre Hitler y el almirante Horthy, regente de Hungría.
Poco después, Krieger abandonaría la Propagandakompanie y se convirtió en un simple soldado, haciendo labores de conductor. En agosto de 1942, Krieger volvió a Rusia, cerca de Stalingrado, aunque tras contraer una enfermedad tuvo que volver a Alemania y no participó en la trascendental Batalla de Stalingrado.
Después de la guerra, Krieger montó un negocio de fotografía profesional y ocultó sus trabajos fotográficos vinculados con los nazis. Así, el diario sospecha que muchos de su álbumes o fotografías acabaron en manos de soldados de EEUU que los trajeron al país americano como simples recuerdos o reliquias. El álbum "misterioso" acabó en manos de un empresario de la confección en Nueva York que se lo prestó al diario para confeccionar el artículo.

Antonio López, un pintor en construcción


El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid inaugura el martes una extensa retrospectiva del artista que incluirá algunas obras en proceso de creación, como sus vistas de la Gran Vía
PEIO H. RIAÑO MADRID 24/06/2011
Cuando Antonio López llamó al modelo, él ya no estaba allí. Hace 25 años, el pintor manchego trabajaba sobre dos esculturas, una mujer de pie y un hombre yacente. La mujer vive desde hace tiempo en el Museo Reina Sofía, pero el hombre acaba de nacer. Esta semana ha perfilado y pulido la imponente pieza de bronce en la fundición donde le ayudan con los puntos de soldadura. Ha sido uno de los partos más largos que se recuerdan. La figura estuvo muchos años en su taller hasta que vino alguien y se interesó por ella. Era el empujón que necesitaba la criatura.
Lo primero que hizo fue averiguar si su agenda telefónica tenía el número del modelo en el que se inspiró para hacer la escultura. También dudaba de que aún fuera el mismo que apuntó en su día. La sorpresa fue doble cuando le contestó la mujer del modelo, pero para informarle de que su marido había fallecido unas semanas antes. "Busqué otro modelo que se parecía y lo acabé. Aquel hombre tenía una constitución muy fuerte. Si hubiera vivido me habría valido para ciertas partes como las manos y las uñas", cuenta en la cocina de su taller el pintor.
La última tarde que pasó junto a su escultura estuvo patinándola, dándole el tono oscuro. Ha afinado tanto la capa de pátina que se transparenta el bronce. Antonio se acerca a la escultura, la mira de cerca, la acaricia, parece hablarle al oído, ultima la expresión de esa piel artificial con una herra-mienta parecida al torno de un dentista o de un joyero. "Son muelas gordas que comen el bronce, para afinar y reforzarel gesto", explica mientras señala sus ojos. "Las patas de gallo", dice. "Es un instrumento muy fino: es como operarse los ojos", habla y señala su cara. Su rostro fino también tiene algo escultórico.
"Es de esas cosas que dejas abandonadas, no porque no te guste, sino porque surgen otras cosas con más interés para uno", explica sobre el motivo por el que no finalizó en su día la pieza. El tiempo avanza sobre las obras que parecen paradas, la espera de la vida también cuenta en cada una de las creaciones de Antonio López. El tiempo siempre presente y cambiante.
Cuando el próximo martes el Museo Thyssen-Bornemisza abra las puertas de la exposición retrospectiva de Antonio López olerá a pintura fresca. Estos días, el pintor, de 75 años, corre del taller a la fundición y de ahí a la sala de exposiciones a supervisar el montaje. Aunque la figura del hombre yacente contará con la pátina lista, el pintor tendrá pendiente la serie de las siete vistas en un viaje único por la Gran Vía, desde las siete de la mañana hasta el atardecer. A pesar de eso, ha decidido presentar estos paisajes al espectador en pleno proceso de construcción, el pintor al desnudo: a unas se les ve el dibujo sobre el lienzo, otras apuntan las formas, algunas van más avanzadas y todas con la dura luz de agosto esbozada.
Su hija María López cuenta en el texto del catálogo cómo es esa transformación de algo que parecía olvidado: "Es el tiempo presente su verdadero motor y lo que le mueve a transformar y revisar tantas veces una misma obra".
La muerte del arte
Si una pintura o una escultura en las manos de Antonio López es un ser vivo pendiente de la última transformación, ¿cuándo muere la obra de arte? "El arte muere de una forma biológica: cuando tú te desenganchas de ella. Sólo entonces habrá finalizado completamente y no habrá manera de revivirla. Muere cuando muere para ti. Me pasó con La terraza de Lucio, que una vez pintada la volví a ver y había cambiado el hechizo, así que tuve que cambiarla. Haces lo que haga falta, puedes continuar. Si realmente tienes un interés por algo, tiene una capacidad de desarrollo enorme e incontrolable. Esto me ha pasado media docena de veces, quiere decir que el tiempo no ha matado el germen de ese trabajo, que sigue despierto y se reanuda por el contacto con esa pieza", resume.
La exposición de Antonio López en el Thyssen es, en realidad, dos en una. La división en dos salas acentúa el efecto que causa reconocer al pintor de los paisajes monumentales, en la planta superior, y recordar, en las salas inferiores, las tripas de lo íntimo de sus orígenes. Arriba, lo brillante y espectacular, abajo, el pequeño corazón.
En la parte más espectacular, López enseña sus trabajos agrupados por obsesiones, desde la memoria y el desnudo a la naturaleza, pasando por el dibujo, la pintura y la escultura. Es el mundo reflejado, el que compartimos todos. En la intimidad de la sala inferior, el artista enseña el mundo inventado, el que solo puede ver él. La verdadera retrospectiva es esta última, que repasa cronológicamente desde sus inicios a sus últimas acciones, sus 58 años de creación.
Reconoce el artista que al principio había pensado en una exposición no demasiado amplia, él prefería sólo cosas recientes: "Si era de trabajos recientes, no iba a ser muy larga". Pero quedó muy corta, así que añadieron la línea retrospectiva desde sus inicios. "Al final han quedado dos exposiciones muy diferentes, pero la suma de las dos es un pintor", explica. Además, se han incluido dos esculturas monumentales, una copia de la impactante La mujer de Coslada, en el hall del museo.
"Arriba está lo que tiene una dimensión mayor, es como si se reúnen las novelas de un escritor que más páginas tienen. El cuadro de la vista desde la Asamblea posiblemente sea de los paisajes más grandes que se han hecho del natural. No creo que los temas cambien del espacio de arriba al espacio de abajo, cambia el formato Si todo estuviera reunido en la misma sala no notarías la transición entre unas obras y otras", asegura.
Sin embargo, el camino de Antonio López hacia la realidad objetiva le distanció de sus primeras obras. Poco a poco fue acercándose a la dureza de las cosas reales, a la visión despellejada de la realidad. Pero tardó en aceptarlo, porque temía quedarse desprotegido. No fue un solo paso, hubo muchos entre la visión de la plaza de Atocha con una pareja copulando, hasta la Gran Vía. Apenas 20 minutos andando, toda una vida para llegar de un lado a otro.
Un paisaje puede ser cruel. "Hombre, de eso no se puede dudar", exclama. "Lo puedes hacer con una figura humana o con un tomate. El tomate te puede asustar o apetecer comértelo. Depende de cómo lo pintes. En el caso de la vista de Vallecas sentía en aquellos días la ciudad como algo amenazante y peligroso. Las miserias y las grandezas del hombre están ahí: no quise exagerarlo, pero tampoco dulcificarlo y hacer una gran postal de la ciudad. No quería ser complaciente".
Por eso admira la inteligencia y la bondad, como le pasaba a Pío Baroja. El escritor vasco salió en varias ocasiones a lo largo de la charla. "Decir que me ha movido el amor me parece una cursilada, pero si hay algo que me ha movido tiene que ver con lo amoroso. Es decir, yo no podría hacer Pulp Fiction. Por eso me gusta tanto Velázquez, porque sabe mirar muy bien y no califica. Prefiero a Galdós que a Clarín, prefiero Fortunata y Jacinta que La regenta, porque en la primera pasan cosas muy graves pero Galdós no lo dice. No se permite hacer juicio sobre sus personajes".
El arte es hacer
El tiempo pasa y el proceso no acaba nunca. En una exposición tan extensa como esta, con cerca de 130 piezas, que haya obra inacabada plantea la posibilidad de conocer los cimientos. "No es una lección, es una declaración. Es como explicar a un niño en qué consiste el acto amoroso, hay cosas que es bueno saberlas. Es un hecho natural: el arte es más una experiencia que un producto". Es decir, para Antonio López el cuadro acabado es un desecho. "Bueno, es la parte más falsa, más maquillada. Al hombre le gusta ver cosas bonitas y acabadas. Un cuadro es otra cosa", suelta con su vehemencia contenida característica.
Los grandes prejuicios que se han escrito sobre Antonio López están señalados en uno de los textos introductorios del catálogo, en el que se habla del "realismo elevado a un extremo propio" o "es mucho más que un artista hiperrea-lista". Frases con miedo al hiperrealismo, como si hubiera que legitimarlo: "Es una pena que la palabra hiperrealismo acabe dando miedo. ¿Quién tiene la culpa de eso? Es la arrogancia del conocimiento tendencioso, es confiar demasiado en las apariencias. ¿De dónde vendrá eso? La verdad debería haber tenido más prestigio, porque el hombre sabe simular con mucha facilidad. Hay personas que no admiten bien la verdad, no todo el mundo puede con esa neutralidad de la verdad".
Antonio López se retrata a sí mismo a partir de sus referentes
Cocina
"Si la casa tiene un corazón, la cocina es un órgano vital para el hombre. No es exactamente el estómago. La cocina y el dormitorio las siento juntas". [Su hija María recuerda cómo era en la cocina donde ella y su hermana comían y cenaban, y donde durante mucho tiempo ha visto a su padre pintar la ropa en remojo dentro del pilón y de la nevera abierta. "Cuando pintó el conejo desollado, tenía que congelarlo y sacarlo en cada sesión. Me encantaba verlo, al principio tan blanquecino y luego tomando color a medida que se derretía"].
Gran Vía
"Es un lugar inhóspito, inhabitable, onírico y misterioso. Quizás siento la Gran Vía como la parte que pertenece al lado más oscuro del hombre: no sabes por qué el hombre ha hecho esas cosas, pero necesita hacerlo para colmar sus ambiciones. Porque la Gran Vía no representa solamente todo lo que representa como arquitectura, sino como aspiración. Hay en esa calle algo que va mucho más allá de lo que es necesario para el hombre, que es el resto de Madrid. La Gran Vía es justamente el excedente de todo lo imprescindible para la vida, pero que también es necesaria, como lo son los sueños".
Luz
"El hombre tiene la posibilidad de desvelar cómo es el mundo. La luz está creada para todas las criaturas, incluso para las plantas". 
Mari [María Moreno, su mujer] "Es la perpetuación de la especie. Pero sobre todo, la nobleza, la belleza y la dignidad, formada a partir de la bondad. Mari es una persona bondadosa, algo que no soy yo pero a lo que aspiro".
Membrillo
"He oído decir que es la fruta de la inteligencia y la verdad es que no lo podría decir de otras cosas. Tiene una presencia ética y estética. No tiene que ver con las necesidades fisiológicas del hombre, sino con la belleza, la paciencia, con grandes virtudes".
Naturaleza
"Entre las conquistas del ser moderno está la consideración y el respeto por la naturaleza. Ahora se ama la naturaleza como a uno mismo y ya no se pone al hombre por delante. La naturaleza en la que me fijo retrata la parte hermosa del mundo, son las cosas que nos han mejorado la vida y que nos han alimentado. No elijo plantas agresivas, como un cactus. Necesito acercarme a cosas hermosas para poder continuar".
Paciencia
"Está en relación con lo que te importa e interesa. La paciencia del gato agazapado a la espera de la caza de un pájaro, esa es la definición perfecta de paciencia. La paciencia es el interés. Si algo no te importa no puedes tener paciencia; si se trata de tu hijo tienes mucha paciencia. La paciencia también es un hechizo. Y estoy hechizado delante de las cosas, no solo delante del cuadro".
Tomelloso
"Como Gustave Flaubert decía: ‘Madame Bovary soy yo', pues yo podría decir que Tomelloso soy yo [risas]. Bueno, esto es una broma. Es un poco impúdico tratar de definir lo que es Tomelloso para mí".
Velázquez (y Vermeer)
"Son cabezas maravillosas, criaturas que nacen para decir lo que otras personas verdaderamente necesitan contemplar. Son personas providenciales. Tenía que haber más, puesto que son tan necesarias. Pero por algún maleficio hay muy pocas que tengan esa pureza, esa clarividencia, esa capacidad de libertad, esa independencia de mirada y de criterio, esa inteligencia".