martes, 31 de xaneiro de 2012

Postales desde el pasado

La página web 'Cronicae' intenta reconstruir dos siglos de historia gracias a las fotos antiguas que sus usuarios comparten y colocan en un mapa del mundo
Desde la ventanilla se podían ver los geranios. Francisco Guijarro aún recordaba aquel detalle de la última vez que había pasado por la estación madrileña de Torrelodones, en un tren camino de El Escorial. Así que al acercarse a esa parada, muchos años después, avisó a su compañera de viaje, Sonia Bernaldo, del bonito paisaje que les esperaba. Sin embargo, el nuevo Torrelodones les enseñó otra cara: ya no había flores, sino un “edificio moderno y horrendo”, cuenta Guijarro.
La mente decepcionada de Bernaldo empezó entonces a pensar en la fórmula para rebobinar el mundo. A fuerza de darle vueltas al asunto, su trabajo (diseñadora de páginas web, al igual que Guijarro) le ofreció la solución: un mapa digital donde todos pudieran colocar y compartir sus fotos antiguas. Hizo falta un año de trabajo, y seis meses de desarrollo concreto, hasta que Bernaldo, Guijarro y su colega Jorge de Aguinaga parieran Cronicae.com.
A lo largo de tres semanas (la web debutó el 22 de diciembre) esa suerte de álbum de familia mundial ya ha acogido a más de 1.000 parientes. Cualquiera puede acceder, registrarse y catapultar sus fotos amarillentas de antaño desde un cajón olvidado hasta la Red. Eso sí, antes hay que digitalizarlas. De hecho, entre centenares de postales, el usuario Borja Meneses ha publicado precisamente una imagen de la estación de Torrelodones del 1 de enero de 1985.
Camino de la ambición (“¡Haz historia!”, reza el lema de la página web), Cronicae ha volado de década en década y hecho escala en medio planeta. De la calle principal de Kuta (Indonesia) en 1993 hasta el Jardín del parque God en Colorado (EE UU) en 1950, pasando por la plaza Navona de Roma en enero de 1960, sus banderitas coloridas cuelgan de todos los continentes.
Pese a ello el mapa desvela todavía muchos vacíos. Guijarro y Bernaldo se justifican con el hecho que acaban de empezar y que, aún así, tienen usuarios “hasta en la Antártida”, aunque la mayoría proceden por ahora de España y Latinoamérica. Presumen además de que Cronicae se puede traducir a 53 idiomas, gracias a que aprovecha el  servicio de Google.
La comprensión inmediata es imprescindible para que el proyecto “nos una y nos desarme”, una de las razones que llevó a los tres creadores hasta la meta. “Las fotos del pasado nos recuerdan de dónde venimos, nos transmiten humanidad”, asegura Guijarro. Aunque el objetivo final sube el listón bastante más. “Queremos que el mundo se retrate audiovisualmente”, apunta Bernaldo.
No quieren, en cambio, ganar dinero. Guijarro y Bernaldo repiten hasta tres veces que ya sacan de su trabajo el provecho suficiente como para volcarse sin afán de lucro en la caza a las cromos del pasado. Además, prometen que pronto Cronicae permitirá compartir documentos vídeos y audios. O, lo que es lo mismo, ver y escuchar la historia. Para olerla, habrá que esperar a que la tecnología lo permita. Una lástima: seguro que aquellos geranios de Torrelodones perfumaban divinamente.

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