El juez no halla indicios contra los comandos especiales
de la banda o los neofascistas italianos
La muerte del ideólogo de ETA Político-militar Eduardo Moreno
Bergareche, Pertur, el 23 de julio de 1976, seguirá siendo un
misterio. El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha archivado la
investigación que abrió en
2008 a instancias de su familia para determinar si fueron miembros
del sector duro de la organización opuestos a su apuesta por el abandono de las
armas los que acabaron con él o lo hizo un grupo neofascista italiano a las
órdenes de los servicios policiales españoles en un episodio más de la guerra
sucia contra la banda terrorista.
Tras tomar declaración como testigos a siete miembros y simpatizantes de la
organización refugiados en el País Vasco francés, así como a cuatro
neofascistas italianos supuestamente relacionados con los servicios secretos
españoles, e interrogar como imputado al exdirigente de ETA Francisco Mujika
Garmendia, Pakito, con el que fue visto el día de su desaparición, el
magistrado llega a la conclusión de que, de todo ello, “no se desprenden
indicios suficientes como para imputar a persona o personas determinadas como
responsables de la desaparición”, por lo que ordena el archivo de la causa.
Andreu, sin embargo, sí constata las importantes discrepancias entre
Pertur, que proponía el abandono de los métodos violentos y la incorporación de
ETA a la vida política democrática, con los comandos bereziak
(especiales), los encargados de ejecutar los atentados y las acciones violentas
de la banda por entonces. Hasta el punto de que estos últimos lo secuestraron
tratando de que no asistiera a una conferencia de cuadros en la organización
como máximo responsable de la oficina política de esta.
El juez da por probado, además, que Pertur fue visto el día de su
desaparición por las calles de San Juan de Luz (Francia) donde residía, junto a
dos miembros destacados de los bereziak, Miguel Ángel Apalategi, Apala,
y Francisco Mujika Garmendia, Pakito. El simpatizante ETA que los identificó,
Eleuterio Jáuregui, Trotski, sin embargo, declaró en la Audiencia que,
aunque le sorprendió ver a Bergareche junto a dos de sus supuestos detractores
en el seno de la organización, no hubo ninguna circunstancia que le llamara la
atención, ya que Pertur llegó incluso a bromear con él durante ese breve
encuentro.
La resolución recuerda, además, que un grupo ultra denominado Alianza
Apostólica Anticomunista de España reivindicó el secuestro de Pertur y que, el
31 de julio de 1976, el diario El Correo recibió un comunicado del
Batallón Vasco Español atribuyéndose su muerte. “Eduardo Moreno Bergareche, Pertur,
ha sido ejecutado y enterrado en un pueblo de Navarra. No será el último. Ojo
por ojo. Viva la unidad de España”, decía esa nota.
Uno de los cuatro neofascistas italianos investigados,
Angelo Izzo, aseguró que su grupo de mercenarios tuvo relaciones con la Policía
y la Guardia Civil durante esos años y relató cómo, bajo las órdenes de algunos
de sus miembros, perpetraron secuestros de “dirigentes de ETA y antifascistas”
en Francia. Después los trasladaban a una casa de campo en Barcelona que
denominaban “La Granja”, donde, manifestó, “los torturaban, los asesinaban y
los enterraban”. Sin embargo, este último, tampoco dio ninguna pista sobre
Pertur.
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