xoves, 28 de marzo de 2013

Aventura postrera del diputado Power


Los restos del representante de Puerto Rico en las Cortes de Cádiz regresan a la isla en el 'Elcano'
El diputado Power ha tardado 200 años en volver a casa, pero lo está haciendo de la misma manera en que se marchó: en barco de vela.
Ramón Vicente Power y Girart, político y marino, representante de Puerto Rico en las Cortes de Cádiz, falleció en 1813 durante su estancia en la ciudad a causa de una epidemia de fiebre amarilla que asolaba Europa. Sus restos, que se encontraban en el Oratorio de San Felipe Neri, fueron embarcados el sábado día 2 en el puerto de Cádiz a bordo del buque escuela de la Armada Española Juan Sebastián Elcano y viajan actualmente hacia Puerto Rico, donde se espera que lleguen el 6 de abril.
Allí los recibirá, para entregarlos a las autoridades, el cónsul español Eduardo Garrigues. Un curioso azar del destino ha querido que se trate del mismo diplomático que, siendo cónsul en Namibia, hubo de encargarse en 2000 de devolver a Botsuana los restos del guerrero disecado conocido como el Negro de Banyoles. A ver si va a ser una costumbre. “Es una singular coincidencia, qué le voy a hacer”, dice Garrigues por teléfono. “Cosas de la carrera”.
Se le aguarda al viejo diputado Power con enorme expectación en la isla caribeña y se le tributarán honores dignos de un jefe de Estado. Está previsto saludarle a su llegada con cañonazos desde la fortaleza de El Morro, el castillo que vigila la entrada del puerto de San Juan y, tras el desembarco, llevarlo en desfile con guardia de honor hasta el Capitolio, donde se le rendirá homenaje en un clima de previsible fervor patriótico. El retorno de los restos de Power, considerado un padre de la patria, se ha revestido, mirando de reojo a EE UU, de gran significado político en Puerto Rico. El país debate continuamente sobre el mantenimiento de la categoría de Estado libre asociado (ELA) de EE UU o la plena integración como 51 Estado de la Unión. Partidarios de una y otra opción tratan de sacar rédito del retorno del prócer, un hombre que tuvo una voz (y voto) en las Cortes doceañistas de la que carecen actualmente los puertorriqueños en el Congreso estadounidense.
La vida de Power estuvo a la altura del extraordinario destino de sus huesos, que la semana pasada, tras un responso en San Felipe Neri fueron trasladados en procesión hasta el Elcano por una guardia compuesta por miembros de la agrupación recreativa de los Voluntarios Distinguidos —que se atavían vistosamente con trajes militares de la época de las Cortes— y subidos a bordo con la tripulación del navío formada. Los restos, en una pequeña caja, han sido colocados en la capilla del barco, que viaja a América en el curso de su habitual crucero de instrucción de guardiamarinas.
El diputado ahora repatriado fue oficial de la Armada Española —alcanzó en 1811 el rango de capitán de fragata—, combatió a los corsarios ingleses en el Caribe y en 1809 defendió Santo Domingo del asedio de las tropas napoleónicas. Su padre, Joaquín Power y Morgan, de orígenes irlandeses aunque nacido en Bilbao, estaba relacionado —nadie es perfecto— con el tráfico de esclavos. De hecho, el progenitor llegó a Puerto Rico como agente de la Real Compañía de Asiento de Negros (conocida como la Gaditana de Negros) que regulaba la trata en la isla y controlaba la importación de África. Con posterioridad (no se le puede negar coherencia al hombre) fue alguacil mayor del Santo Oficio por el Tribunal de la Inquisición de Cartagena de Indias. La madre, María Josefa Girart y Santalla, era barcelonesa, hija de un capitán de artillería.
Ramón Power nació en la Muy Noble y Leal Ciudad de San Juan Bautista de Puerto Rico en 1775. Se lo inscribió como “hijo de padres blancos y que proceden de españoles”. A los 13 años lo enviaron a Bilbao a estudiar y en 1792 sentó plaza de guardiamarina en Ferrol. Tras muchas vicisitudes navales, batallas y peligros, regresó a Puerto Rico en 1801 al morir su padre. Allí, según las investigaciones de Juan Torrejón Chaves, de la Universidad de Cádiz, mandó la goleta correo Cometa, el único navío que mantenía la comunicación de Puerto Rico con el continente americano. Vivió aventuras dignas de Jack Aubrey y Hornblower mientras le daban caza barcos ingleses, y luego contra los franceses.
Era Power hombre de rostro curiosamente aniñado y así se le representa en los cuadros que se conocen de él, como el retrato obra de Federico Godoy que se expone en el Museo de las Cortes de Cádiz. A esa circunstancia se debe probablemente el título de otro lienzo en el que se le muestra en el trance de ser rescatado al caer al agua mientras saltaba de la fragata La Esperanza a una lancha: El salvamento del niño don Ramón Power. En 1809, mientras estaba embarcado, fue elegido por los cabildos de Puerto Rico para representar a la isla en las Cortes de Cádiz. El influyente obispo de Puerto Rico, Juan Alejo de Arizmendi, gran valedor de Power, explica José María García León en En torno a las Cortes de Cádiz (Quorum, 2009), le encargó las instrucciones, con peticiones como la creación de una universidad, la construcción de hospitales, caminos y puertos, el fomento de la agricultura, el comercio y la industria. Para que siempre recordara su compromiso con sus paisanos, le entregó, en un legendario gesto patriótico, su anillo pastoral. Power será ahora enterrado en la catedral de San Juan junto al amigo obispo.
Power llegó a Cádiz a bordo de la corbeta española Príncipe de Asturias el 8 de junio de 1810. Fue el único representante ultramarino no suplente presente en la apertura de las Cortes Extraordinarias el 24 de septiembre. Al día siguiente lo eligieron vicepresidente. En Cádiz gozó de gran popularidad. “No hubo en aquella Asamblea persona más generalmente querida”, dice de él Rafael de Labra en El panteón doceañista (1913). Liberal, logró varias ventajas comerciales y económicas para Puerto Rico. El 28 de noviembre de 1811 se aprobó la ley Power que otorgaba independencia a la isla para atender sus asuntos financieros, habilitaba los puertos de Mayagüez, Ponce, Fajardo, Aguadilla y Cabo Rojo, permitía la libre exportación de harinas y ganado, y derogaba el sistema de abasto forzoso.
La estancia de Power en Cádiz se alargó inevitablemente al fallecer el diputado de fiebre amarilla en su casa el 10 de junio de 1813 a las tres y media de la tarde. Estaba soltero y carecía de hijos legítimos. Fue enterrado en el cementerio general de San José Extramuros. En 1931 los restos, que se habían mezclado con los de otros difuntos, fueron trasladados a la cripta del Oratorio de San Felipe Neri y depositados en una gran urna funeraria de piedra blanca. La repatriación ha tenido lugar tras un largo proceso de identificación y análisis forense. La investigación concluyó que, con un alto grado de probabilidad, lo que transporta el buque Elcano con sus velas henchidas son realmente los huesos del diputado, marino vuelto a la mar, camino ya de casa.

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