Valencia alberga hasta septiembre una gran exposición que reivindica el
importante papel de las revueltas universitarias para el avance de la
democracia, desde sus inicios en la posguerra civil hasta su protagonismo en
luchas actuales como la del 15-M o contra los recortes en la educación y el
sistema público de bienestar.
Manifestación por la amnistía. Madrid, 1977.Volkhart Müller. EFE |
JUAN E. TUR Valencia 14/03/2013
"La
democracia no es un estado que se conquista, sino un proceso que siempre ha
necesitado y seguirá necesitando de la participación de gente comprometida".
Con estas palabras, el vicerrector de Cultura e Igualdad de la Universitat de
València (UV), Antonio Ariño, presentaba ayer la exposición Memoria y vigencia de un compromiso.
Universitarios contra la dictadura, que pone en valor los movimientos
estudiantiles precisamente en un momento en el que desde diversos estamentos se
criminaliza esta y otras luchas.
Ideada hace
dos años y medio, la exposición (que permanecerá en el edificio de La Nau de la
UV hasta el 1 de septiembre, antes de iniciar un periplo por otras
universidades) hace un amplio repaso de la irrupción de los movimientos
estudiantiles en España, desde los años grises de la posguerra hasta el fin
de la dictadura franquista; entroncando finalmente con las luchas actuales,
reflejadas en acciones como las del 15-M o la Primavera Valenciana.
Información
todavía opaca
"El
primer objetivo de la exposición es evidente: contar la historia de la lucha
estudiantil contra la dictadura. Pero hay un segundo, que es ir más allá y
aportar un grano de arena para dar a entender los principios y valores que
impulsan a unas personas a realizar una lucha". Así lo explica su
comisaria, Maria José Millán, que espera que la muestra no solo mire al pasado,
sino que ayude a hacerse preguntas sobre el presente.
Reuniendo un
importante despliegue de documentos y objetos originales relacionados con el
movimiento estudiantil durante el franquismo en las principales universidades
españolas, la elaboración de la muestra ha servido también para evidenciar
otros aspectos del presente, como la dificultad de acceder a la
documentación policial de la época en España, que dista mucho de las
facilidades ofrecidas en Francia para acceder a sus archivos sobre Mayo del 68.
"En Francia, a donde también hemos acudido para poner la lucha en
contexto, está todo abierto, pero aquí los archivos policiales están cerrados y
solo se puede acceder mediante petición personal. Además, con las leyes de
amnistía se destruyeron muchas fichas legalmente. Pese a ello hemos conseguido
muchísima documentación de colecciones particulares", sostiene Millán.
De la
oscuridad a la luz
Pese al alud
de documentación, el resultado físico es impactante. "Hemos querido hacer
una exposición sensorial" explica el diseñador del espacio, Pepe Gimeno,
imponiendo su voz sobre el fondo de los pasos de un desfile militar que reciben
al visitante al acceder al recinto. La entrada a la primera etapa de la
exposición, titulada Silencio, es angosta y oscura y muestra el inicio
del franquismo y la ruptura con la modernización que supuso la Segunda
República. A partir de aquí, a medida que se entra en las etapas Conciencia
("en la que se forman los primeros grupos de resistencia duramente
reprimidos", como explica la comisaria) y Rebelión ("cuando el
movimiento se masifica y se reproducen las diferentes asambleas"), el
espacio se ensancha y es invadido por la luz, en sintonía al acercamiento a la
democracia.
En este
periplo, los visitantes podrán acceder a imágenes y documentación relativas al
movimiento estudiantil en València, pero también en Madrid (como la muerte del
estudiante Enrique Ruano estando bajo la custodia de la Brigada Político
Social en 1969) o Barcelona (con especial protagonismo de la Caputxinada de 1966); acompañadas
de un buen número de obras de artistas como Anzo, Equipo Crónica, Equipo
Realidad o Juan Genovés, que desde sus disciplinas agitaron las conciencias
respecto a esta lucha.
La lucha
sigue
Finalmente,
el último capítulo de la exposición, Vigencia de un compromiso, reúne
todos los recursos audiovisuales de la muestra (desde los documentales relativos
a la represión en el franquismo, como 10 mujeres contra el olvido o La
caída, al centrado en la Primavera valenciana ‘Estudiar en primavera)
al tiempo que la acerca a la lucha estudiantil más reciente.
"Lo
cierto es que cuando diseñamos la exposición queríamos desmontar la imagen
de supuesta pasividad de los jóvenes ante la actualidad, pero no cabe duda
que los acontecimientos nos los han facilitado", reconoce Maria José
Millán. Ahora lo que cabe es que, como también desean, "se valore el
compromiso como una reivindicable actitud ciudadana".
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