Un informe destaca la difícil situación de las niñas en
América Latina y el Caribe.
Los embarazos en menores de 18 años aumentaron en Brasil,
Bolivia y Colombia un 38%. En Centroamérica entre el 19 y el 37% de niñas
sufren violencia.
Según 'Plan Internacional', si el diagnóstico no mejora
"no saldrán de la pobreza".
EFE. 07.03.2013 - 18:48h
Los embarazos y la violencia doméstica, sexual y en
el entorno escolar son los principales componentes que impiden el desarrollo
pleno y condenan a la pobreza a millones de niñas y adolescentes en América
Latina y el Caribe, según un estudio difundido este jueves por Plan
Internacional.
Por ser niña:
Situación de las niñas y las adolescentes en América Latina y el Caribe
hace hincapié en la difícil situación de las niñas que viven en zonas rurales y
urbanas marginales, y en las que pertenecen a grupos minoritarios, como indígenas
y afrodescendientes. En este sentido, el director regional de Plan,
Roland Angerer, destacó que los embarazos precoces, que van en aumento en la
zona, muestran una violencia sexual que supone una acción delictiva que
perjudica "gravemente" el desarrollo actual y futuro de las niñas.
El estudio, que abarca los doce países
de la región, con 104 millones de niñas, donde opera Plan,
muestra, en vísperas del Día Internacional de la Mujer, una realidad que
lastra las oportunidades de las mujeres jóvenes. Uno de los factores más
importantes que determinan esta situación son los embarazos tempranos, que
muchas veces se producen como consecuencia de la violencia doméstica, tanto en
la escuela como en la comunidad. Embarazos que, según Angerer, se registran
incluso en niñas de 9 y 10 años de edad.
Además, según los datos facilitados,
el número de embarazos en menores de 18 años se ha incrementado en la última
década en un 38% en países como Brasil,
Bolivia
y Colombia.
En Nicaragua y El
Salvador, los bebés de madres jóvenes o de niñas aumentó en un 25% y
en Centroamérica entre el 19 y el 37% de las adolescentes de entre 15 y 19 años
sufren las consecuencias de violencia física o sexual.
Por otro lado, las niñas
también deben enfrentarse al trabajo doméstico que, según Angerer, les
"quita tiempo" para estudiar y retrasa su ingreso en la escuela. Un
ingreso que "tampoco les ayuda a superar las diferencias de género"
debido a los contenidos educativos.
Así, el jefe regional de Plan
destacó que la solución viene de la mano tanto de políticas públicas que eviten
la deserción del sistema escolar en caso de maternidad o unión, como de la
incorporación de las niñas y adolescentes en las propuestas de políticas públicas,
programas e iniciativas que les afecten directa e indirectamente porque
"si no mejora" el diagnóstico, "no saldrán de la
pobreza".
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