La exposición "William Klein: cuadros, etc."
rescata las pinturas que el artista realizó tras su encuentro en París con el
cubista Fernand Léger.
"Olvídate de los talleres y galerías. Sal a las
calles", recomendó el pintor.
El Museo de Arte y Diseño de Nueva York programa taambién
un ciclo con las películas dirigidas por Klein, uno de los artistas más
rebeldes del siglo XX.
ÁNXEL GROVE. 13.03.2013 - 14:40h
Candy Store, New York, 1955 |
"Sé tú mismo. Prefiero ver algo torpe pero
que no parezca la copia del trabajo de otro", aconseja William Klein a los fotógrafos en ciernes que
asisten a sus charlas o talleres. El artista estadounidense, que en abril
cumple 85 años y no ha dejado de hacer fotos ni un solo día, condensa su rebeldía
y anticonformismo en una duradera e inflexible propensión a despedazar las reglas.
Uno de los más rebeldes y personales creadores del
siglo XX, Klein trastornó el desarrollo de la fotografía con el
deslumbrante Life is Good
& Good for You in New York (1956), al que siguieron Rome
(1959), Moscow (1964) y Tokyo (1964),
cuatro fotoensayos que cambiaron el abecedario fotográfico urbano —si encuentra
usted alguna primera edición a buen precio, échele el guante: es una inversión
que le dará buenos réditos inmediatos—. Una exposición en Nueva York, ciudad
natal del fotógrafo, explora dónde y cómo se gestaron la mirada disconforme y
la propensión antiburguesa de este guerrillero.
Buscando aventuras en el Ejército
William Klein: Paintings, etc (William Klein: pinturas, etc.), una muestra que hasta el 27 de
abil puede verse en la Galería Howard Greenberg, revela hasta que
punto fue decisiva la estancia del artista en París en 1948 y 1949, ciudad en
la que recayó casi por casualidad tras haber estudiado Sociología en Nueva
York, decidir que aquello no era lo suyo y enrolarse en el Ejército de los EE
UU en busca de aventuras que tampoco encontró. Lo destinaron a una base de
Alemania en 1947 y renunció al uniforme para terminar matriculado en la Sorbona
parisina.
En las aulas universitarias se produjo un encuentro
casual de esos que sustentan la creencia del destino. Klein fue a parar a una
de las clases de Arte que dictaba el pintor campesino y cubista Fernand
Léger, al que no conocía ni de oídas. Fue el artista quien invocó al
estadounidense para que cultivase la rebeldía y se desprendiese de las
opiniones ajenas a la hora de hacer arte. "Olvídense ustedes de los
talleres y las galerías y expongan en las calles", decía Léger. Klein
aprendió la leccción.
Cubismo y letrismo
Antes de entregarse a la fotografía por entero, el
artista en ciernes hizo pintura —en realidad nunca la dejó y en sus imágenes
también hay un poso de cubismo y letrismo que nacen del arte de las
vanguardias—. Algunas de esas obras, que tardaron décadas en ser mostradas en público,
se exponen en Nueva York ahora. La exposición añade una serie de grandes fotomurales, realizados entre 1950 y
1953, que nunca habían sido impresos al gran tamaño que Klein deseaba.
William Klein:
Paintings, etc se completa con
fotos de moda en blanco y negro, realizadas a partir de 1954, cuando Klein,
tras seis años en Europa, regresó a Nueva York y fue contratado por la revista Vogue
sin haber realizado nunca antes un editorial de moda. Se exhibe también parte de
la serie de fashion with light (moda con luz), donde utiliza
elementos radiantes (focos y flashes) para componer decorados en torno a
las modelos.
Simultáneamente con la exposición
habrá un ciclo de cine en el Museum of Art
and Design de Nueva York, Without
Compromise (Sin compromiso), con las películas que ha
dirigido Klein y documentales sobre su obra. Entre las obras que se proyectan
está la mítica Qui êtes-vous,
Polly Maggoo? (1966). El fotógrafo asistirá a coloquios
con el publico.
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