Sergio Barrejón estaba esperando a una amiga en Madrid cuando presenció por
primera vez un control a inmigrantes. “Al principio pensé que era una agresión.
Vi a una señora rumana que iba con su bebé, a la que le estaban hablando mal, y
me acerqué. Resultó que eran policías y me echaron de malas maneras. Me quedé
observándolos, aunque no sabía qué estaban haciendo exactamente. Solo
paraban a gente extranjera que fuese negra, árabe o de países del este”,
recuerda. La imagen se le quedó grabada y empezó a indagar sobre las redadas a
inmigrantes.
Leyó artículos sobre denuncias de organizaciones sociales, noticias sobre
Edu León y Olmo Calvo, dos fotógrafos que han documentado durante años estos controles
cuando todavía no se hablaba de ellos. Descubrió la cuenta en Twitter de las
Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos ( @brigadasDDHH), un grupo de personas que
se dedica a vigilar y denunciar estas prácticas policiales, advirtiendo sobre
cuándo y dónde se están produciendo a través de la red social y trabajando
directamente en la calle.
Todo ello terminó convirtiéndose en la semilla de Stop, un cortometraje en
el que Barrejón denuncia “el racismo que se esconde las redadas a inmigrantes”
y pone en valor el coraje de quienes, desinteresadamente, se atreven a
combatirlo. “Quise contarlo como una historia de ficción, pero sobre todo
incorporando la idea de que hay un grupo de personas que intenta ayudar, y de
cómo una gente que
no pertenece al poder puede echar una mano a las víctimas de esta injusticia
con actos cotidianos”. En el vídeo, que está protagonizado entre otros por
Eduardo Noriega, Irene Anula y Diana Lázaro, estos se hacen pasar por
familiares o amigos de los inmigrantes con los que se encuentran junto a
controles policiales para evitar que los agentes centren su atención en ellos,
los paren y le pidan los papeles.
“Mi idea era pensar en gente que
hace o podría hacer esto todos los días cuando va a trabajar. No quería hacer un
cuento de Disney en el que surgen amistades o amores irrompibles entre quienes
protagonizan estas historias. Me interesaba esa ayuda anónima que no conduce
a nada más, pero que aun así merece la pena”, asegura Barrejón apuntando a
la trascendencia que tienen los pequeños gestos. “Muchas veces me parece
hipócrita pensar: no voy a ayudar porque no voy a solucionar todo un problema
social. Si puedes aportar tu grano de arena, hazlo y quizás contribuya. A lo
mejor esa persona mañana vuelve a ser parada en otra redada y termina
deportada, pero eso no quiere decir que no puedas acompañarla hoy a la vía del
tren y evitar que pase”.
Durante la elaboración del guión ha contado con el apoyo de SOS Racismo.
“Quería asegurarme de que respetaba la realidad. La organización me
ayudó a documentarme”. También le asesoraron en los detalles. “Me dieron
pequeñas claves, como que debía meter a una mujer policía. Yo tenía previsto en
el guión que fuesen dos policías hombres y me dijeron que debía incluir a una
mujer de paisano, que siempre hay en las redadas por si tienen que cachear a
otra mujer”.
Stop está siendo exhibida solo en festivales, por ahora.
Barrejón confía en que el corto sea un altavoz más en el trabajo diario de las
organizaciones sociales, que ya se encargan de denunciar unos controles
ilegales y “prohibidos”
que, a día de hoy, "siguen
sucediendo".
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