mércores, 26 de decembro de 2012

Carrero Blanco, un ogro sin garras


TVE emite una serie sobre el asesinato del almirante, ocurrido el 20 de diciembre de 1973
La figura de quien fuera presidente del Gobierno con Franco aparece desdibujada
Televisión Española emitió ayer noche un serial sobre el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco, ocurrido el 20 de diciembre de 1973, complementado con un documental titulado El consejero fiel. Tanto en la ficción como en el reportaje posterior, la figura de quien fuera presidente del Gobierno con el general Franco y mano derecha de este, aparece desdibujada y con poca profundidad. Aquel a quien ETA bautizó como El Ogro (nombre de la operación terrorista que culminó con el magnicidio) aparece aquí como un padre ejemplar, un ejemplo de lealtad al caudillo y con algunas obsesiones como el marxismo y el libertinaje.
El serial, integrado por dos capítulos dirigidos por Miguel Bardem, se centra la actividad del comando etarra que durante meses preparó el atentado en la calle de Claudio Coello y que costó la vida al almirante al poco de salir de su misa diaria en una iglesia cercana.
Las escenas que las que aparece el militar apenas aportan información sobre quién era realmente este hombre duro e inflexible, llamado a perpetuar el régimen del dictador. Carrero sale cortándose el pelo en una peluquería, pintando apaciblemente sus cuadros y dibujos o en momentos de intimidad familiar en los que solo de pasada comenta con cierta desgana el secuestro de un industrial a manos de ETA u otro episodio de actualidad. No parece este un retrato muy profundo de quien era nada más y nada menos que el presidente del Gobierno al servicio de Franco.
En la ficción se apuntan algunos de los misterios que desde hace 39 años rodean el asesinato, tales como la aparente pasividad, negligencia o estulticia de los servicios policiales que mandaba el ministro Carlos Arias Navarro, incapaces de frenar el atentado, e incluso la hipotética cobertura y apoyo de los Estados Unidos a los autores del audaz atentado. A esta última teoría, que nunca ha sido acreditada, se le conceden bastantes visos de verosimilitud.
Sobre esta hipótesis del compló ETA-Estados Unidos para perpetrar el magnicidio se insiste en el documental Carrero Blanco, el consejero fiel, emitido a continuación. Está compuesto básicamente con los testimonios de Luis y Carmen, dos de los hijos del almirante, complementados con las voces de los historiadores Carlos Fernández Santander, Javier García de Cortázar, y Charles Powell, junto con las opiniones del catedrático Antonio Elorza, José Utrera Molina, exministro de Franco, y Santiago Carrillo, el histórico líder del Partido Comunista de España recientemente fallecido.
El documental tampoco ahonda en quién era y qué significaba Carrero para el franquismo. Quizá el dato más elocuente, aunque circunstancial, de su personalidad lo proporciona uno de los intervinientes en el reportaje, quien recuerda que el almirante consideraba a Manuel Fraga, también ministro de Franco, nada más y nada menos que “un peligroso liberal”.
Charles Powell, quien cree que Carrero quería implantar una monarquía autoritaria y quien descarta por completo la implicación de Estados Unidos en el atentado, es la voz más crítica, junto con la de Elorza, quien afirma sin tapujos que el asesinado delfín de Franco pensaba que la libertad abre el camino al Apocalipsis y que ante eso solo cabía la represión. Pero, en definitiva, los espectadores que no vivieran aquella época seguirán teniendo la imagen de Carrero muy difusa.

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