Un estudio de balística demuestra que el avión del presidente Juvénal
Habyarimana fue abatido por la propia guardia presidencial hutu
PÚBLICO.ES París 11/01/2012
El estudio
de los motivos que desencadenaron el genocidio de 800.000 personas en Ruanda en
1994 dio ayer un giro inesperado, después de que el juez francés, Marc
Trévidic, estableciera, tras un informe científico, que fue la propia guardia
presidencial hutu la que derribó el avión del entonces presidente Juvénal
Habyarimana, y no los rebeldes tutsis como estableció el anterior juez, Jean
Louis Bruguière.
Según
publican hoy los medios franceses, el estudio balístico demuestra que los
disparos que abatieron el avión de Habyarimana el 6 de abril de 1994
provenieron del campo de Kanombé, donde se encontraban los soldados extremistas
hutus que teóricamente debían protegerle. Habyarimana acababa de firmar un pacto
con los tutsis liderados por Paul Kagamé para compartir el poder.
La teoría de
Bruguière apuntaba a todo lo contrario y acusó a los rebeldes del Frente
Patriótico Ruandés de Kagamé de haber organizado el ataque. El juez galo llegó
a solicitar en 2006 órdenes de arresto internacional contra varios cabecillas
del grupo rebelde, lo que provocó la ruptura de relaciones entre Francia y
Ruanda ya que ahora el presidente es el propio Kagamé, tutsi.
Bruiguière
fue sustituido por Trévidic, que en lugar de haber enterrado el caso, decidió
llevar a cabo el estudio científico que ha terminado por dar un vuelco a la
historia. Si bien la muerte de Habyarimana no está considerada como la causa
principal del genocidio, sí se tiene en cuenta como uno de los motivos que
desataron la violencia étnica en el país, por lo que en Francia, el diario Libération,
por ejemplo, habal de "un genocidio planificado".
Para Le Monde,
el atentado tenía el objetivo "de provocar una situación de caos propicia
para perpetrar la masacre planificada y sistemática de tutsis y de los hutus
moderados. De hecho, las matanzas se llevaron a cabo inmediatamente después del
atentado".
Bernard
Maingain, abogado de Kagamé, que fue el centro de las críticas durante muchos
años de varias administraciones francesas, dijo esta mañana a Radio France Info
que la noticia marca "un momento histórico" para Ruanda y que
"la justicia francesa y los que saben lo que pasó tendrán que investigar
en la dirección que nosotros habíamos indicado. Éste es un momento de alegría
para una serie de personas que fueron tomadas como rehenes en este asunto.
Creemos que se ha buscado desestabilizar la dirección de un país", dijo.
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