xoves, 19 de xaneiro de 2012

Subversivos de derechas


ANTONIO ELORZA 14/01/2012
Trabajador incansable, Eduardo González Calleja realiza con este libro una aportación fundamental al conocimiento de la Segunda República. Tal vez habría que poner en cuestión el título, ya que en su exhaustiva revisión de la trayectoria de las derechas durante el quinquenio republicano, salvo para el bienio 1934-1936, lo que nos muestra es la actuación de partidos, instituciones y grupos a los cuales debería ser adscrita la calificación de reaccionarios, ya que en 1931 la visceral oposición al nuevo régimen, en definitiva a la democracia como tal, no tiene delante revolución alguna. González Calleja era ya un experto en el periodo republicano como consecuencia de sus trabajos sobre la violencia.
Ahora complementa lo anterior con una precisa reconstrucción de las ideas políticas, del funcionamiento de las organizaciones y de los proyectos conspirativos de la derecha española, desde el mismo momento en que la República es proclamada, y a partir de entonces sin tregua ni descanso. Es un dato de suma importancia para valorar las frustraciones experimentadas por un régimen político que desde su nacimiento tuvo que afrontar recurrentes intentos de destrucción, en los cuales por añadidura están implicados personajes de primera fila, como ese general Goded que en 1932 es jefe de Estado Mayor, o incluso cuentan con ejecutorias de republicanismo. Mucho antes de octubre de 1934, la República vivió en un marco de golpe de Estado permanente.
El autor acierta al conjugar en su análisis el carácter de las organizaciones, sus posiciones ideológicas, el recurso a la formación de grupos paramilitares, la concreción de las mismas en actos conspirativos o de violencia, y, en fin, las redes de alianzas y de competencias que se forman y se deshacen sucesivamente entre ellas, a veces bajo la influencia de grupos externos, tales como los financieros monárquicos que en el verano de 1933 impulsan el acercamiento entre las JONS y el grupo de Primo de Rivera. La exhaustiva labor investigadora ha permitido a González Calleja esta reconstrucción del complejo de organizaciones e intereses que desde distintos ángulos convergen en el propósito de subvertir el orden republicano. Como resultado, no solo encontramos en el libro análisis monográficos sobre esos distintos grupos en mayor o menor medida fascistizados, con tanto mayor interés cuanto que la historiografía se ha ocupado menos de algunos de ellos, sino que la maraña que aparentemente engloba a los mismos se transforma en una red de componentes heterogéneos, cuya dinámica deviene transparente, perfectamente comprensible para el lector.
Nada tiene de extraño que el punto de llegada sea un análisis pormenorizado y convincente de toda la gama de fuerzas subversivas de derecha que acaban depositando en el Ejército la responsabilidad del golpe de Estado en julio de 1936. Falta tal vez la reflexión sobre el carácter genocida que asume desde un primer momento el levantamiento militar y las conclusiones buscan un distanciamiento, casi una equidistancia, en contraste con la información proporcionada en el relato principal. Por encima de ello, se encuentra en Contrarrevolucionarios la posibilidad de conocer en profundidad qué fue y qué hizo en clave de violencia y subversión la derecha durante la Segunda República.

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