domingo, 1 de xaneiro de 2012

Francia aprueba la ley que penaliza la negación del genocidio armenio


Turquía ha amenazado con adoptar sanciones económicas por lo que consideran un nuevo ataque del país europeo a su identidad nacional
EFE PARIS, FRANCIA 22/12/2011
Los diputados franceses aprobaron hoy una ley destinada a penalizar con condenas de prisión la negación del genocidio armenio de 1915, lo que tensó las relaciones diplomáticas con Turquía, que amenazó con adoptar sanciones económicas por lo que consideran un nuevo ataque del país europeo a su identidad nacional. Con una amplísima mayoría, los parlamentarios adoptaron una proposición de ley presentada por una diputada conservadora destinada a imponer una pena de un año de cárcel y 45.000 euros de multa a quien niegue la existencia de un genocidio en Armenia en los inicios de la Primera Guerra Mundial.
El texto, muy reclamado por la comunidad armenia residente en Francia, levantó sin embargo ampollas en Turquía, que no reconoce ese genocidio en un territorio que en esa época formaba parte del Imperio Otomano. El presidente turco, Abdullah Gül, consideró la proposición de ley como un intento de "prohibir el rechazo de acusaciones sin fundamento", mientras que el presidente de los empresarios del país, Bahadir Kaleagasi, no descartó "una reacción hostil" del mundo económico. Sin concretarlo, el presidente de los patronos aseguró que la población turca puede rechazar los productos franceses en sus tiendas.
Décimo quinta economía mundial, Turquía es el cuarto socio comercial de Francia fuera de la Unión Europa (UE) y acoge a un millar de empresas francesas que suponen su segundo inversor exterior. En Francia las amenazas turcas se toman menos en serio. El ministro de Asuntos Europeos, Jean Leonetti, recordó a Turquía las obligaciones comerciales de un miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y socio preferente de la UE. Francia recuerda que en 2001, cuando oficialmente se reconoció el genocidio armenio, Turquía también amenazó con sanciones, pero desde entonces los intercambios entre ambos países han crecido un 30 por ciento.
Ninguna de las formaciones políticas tomó partido de forma oficial en contra de la proposición de ley presentada por la conservadora Valérie Boyer, que sólo tuvo la oposición a título personal de un pequeño puñado de diputados. Los opositores trataron de ridiculizar la medida incluyendo la penalizción de la negación de otros supuestos genocidios, como la sangrienta represión a la que fueron sometidos los habitantes de la región atlántica gala de la Vendée en los años más duros de la Revolución Francesa. Para otros diputados, el debate sobre el genocidio armenio tiene un carácter electoral, a menos de un año de las Presidenciales en el país y con la vista puesta en los 500.000 franceses de origen armenio.
La comunidad armenia mostró su satisfacción por el texto que, asegura, otorga verdadero valor al reconocimiento del genocidio, hasta ahora algo meramente simbólico. Supone el final de un camino abierto por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que durante un viaje a Ereván prometió penalizar la negación del genocidio armenio, como ya se condena hacer lo mismo con el holocausto nazi. Francia es uno de los 21 países del mundo que tiene reconocido el genocidio armenio, en el que según los historiadores perecieron entre medio millón y millón y medio de personas en una campaña de exterminio organizada por el partido de los Jóvenes Turcos, embrión de la formación en la que se apoyó Mustafá Ataturk para fundar la actual Turquía.
Las autoridades turcas reconocen que hubo matanzas, pero las sitúan en el contexto de la Primera Guerra Mundial, reducen el número de víctimas al medio millón entre los dos bandos y no lo consideran genocidio porque no hubo un exterminio planificado desde el Estado.

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